El trabajo intitulado La invención de Emilio como conjetura: la opción metodológica de la escritura de Rousseau, de Carlota Boto, de la Universidad de São Paulo, tiene como propósito reflexionar sobre el pensamiento pedagógico de Jean-Jacques Rousseau. A tal fin, el análisis se centra en la lectura de la obra Emilio, o de la Educación, publicada en 1762. El texto apunta a cotejar la lectura de Emilio con el análisis de comentadores, de manera tal de proceder a la revisión bibliográfica sobre el tema. La hipótesis que allí se esgrime señala que Emilio no es solamente un libro sobre educación.
Rousseau pone de relieve en el texto su preocupación con relación al establecimiento de la caracterización del “ser” del niño. En tal sentido, pretendía buscar en la infancia en general, vestigios del hombre en estado de naturaleza. Al hacerlo, establece una periodización de la vida y del aprendizaje. Al denunciar la desidia de su época con relación a la figura del niño, y siendo crítico del modelo educativo de los colegios religiosos de su tiempo, Rousseau describe la condición del niño, al tiempo que inventa un niño imaginario que debería ser educado de acuerdo con los criterios de la naturaleza. La educación de niño Emilio puede comprenderse como un libelo contra el severo tratamiento dado a los niños de verdad. Según el filósofo, no se era capaz de “ver” al niño. Siendo así, la escritura de Emiliono tiene la finalidad de establecer prescripciones pedagógicas, pues Rousseau crea un niño apartado de la sociedad. El objetivo era otro: el autor pretendía identificar en el niño su esencia. La figura del Emilio era entonces un método destinado a operar el pensamiento, escribió el investigador.
Edução e Pesquisa – Tomo 36 – nº 1 – São Paulo – abr. 2010
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