Ha salido publicado el primer artículo científico firmado por el cuerpo de investigadores de Alellyx Applied Genomics −una empresa privada de biotecnología surgida del Programa Genoma FAPESP− durante este mes de marzo en Journal of Virology, conteniendo la caracterización genética y molecular de un virus que el equipo de investigadores de Alellyx considera como un fuerte candidato a erigirse en agente causante -o al menos uno de ellos- de la muerte súbita de los cítricos, una enfermedad que se ha instalado en alrededor de dos millones de naranjos en los estados de São Paulo y Minas Gerais. De acuerdo con este estudio, hay un 99,7% de asociación entre el ahora llamado Citrus sudden death-associated virus (CSDaV, o virus asociado a la muerte súbita de los cítricos) y el mal capaz de matar a un naranjo o un mandarino en unos pocos meses.
De cualquier manera, no se puede decir que sea realmente ése el responsable de la muerte de las plantas. Es necesario también demostrar que existe una clara relación de causa y efecto, el llamado postulado de Koch, que consiste en inocular el supuesto agente causante de la enfermedad en organismos sanos, en este caso los naranjos, y verificar si éstos contraen o no la enfermedad. Es un trabajo lento, en el cual es necesario ceder a los caprichos del virus, cuyo período de incubación puede llegar a extenderse durante tres años. Recién entonces aparecen los primeros síntomas: la pérdida de brillo de las hojas y el bloqueo de los vasos que llevan la savia de la copa para las raíces. Entonces, las raíces mueren, y con ellas también las plantas.
Los investigadores de Alellyx pueden no tener entre manos la certeza que anhelan, pero no por ello dejan de celebrar la publicación de dicho artículo, un hito en la historia de la empresa. El estudio de diez páginas que salió en Journal of Virology, una revista internacional de primera línea en el campo de la virología, apunta que es posible conciliar el desarrollo de productos con la investigación científica de alta calidad, como pretendían los cinco fundadores de la empresa -todos ellos expertos en biología molecular y bioinformática que no querían dejar de lado el rigor científico con el que habían trabajado en las universidades de la que provenían. “Alellyx compone el cuadro de iniciativas exitosas en genómica”, asevera José Fernando Perez, director científico de la FAPESP. ?El Programa Genoma FAPESP siempre tuvo por objeto la formación de recursos humanos altamente calificados, tanto para la investigación en el ambiente académico como para la generación de empresas.?
En el artículo referente al virus no faltan ejemplos de carreras académicas consistentes, que desembocaron en una de las raras empresas brasileñas de genómica vegetal. Entre los 26 nombres que firman el estudio se encuentran dos docentes universitarios licenciados: Fernando Reinach, presidente de Alellyx y director ejecutivo de Votorantim Novos Negócios, temporalmente distanciado de la Universidad de São Paulo (USP), y Jesus Aparecido Ferro, que dejó también por un tiempo los laboratorios de la Universidad Estadual Paulista (Unesp) de Jaboticabal para dedicarse a la empresa de la cual es socio. Paulo Arruda se mantiene en la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp), pero con menor actividad que antes, en tanto que Ana Cláudia Rasera da Silva, dedicada mayormente al cuidado de sus hijas Amanda y Mariana, de 5 y 2 años, dejó la USP. “No tenía tiempo para hacer todo como debía”, dice.
En el equipo que durante dos años y medio trabajó con ese virus hay también diez biólogos con doctorado y otros cuatro con maestría, al margen de 12 estudiantes de grado en biología. “Ese trabajo fue enteramente financiado por la iniciativa privada, pero solamente fue posible porque la universidad pública capacitó al personal”, comenta Reinach. El grupo incluye también a dos virólogos bastante experimentados, que actuaron como consultores: el israelí Moshe Bar-Joseph, que actualmente trabaja en la Organización de Investigación Agrícola de Israel, y Elliot Kitajima, de la escuela Superior de Agronomía Luiz de Queiroz (Esalq) de la USP, una de las más respetadas autoridades brasileñas en virología de plantas.
Producción limitada – Es muy raro que empresas privadas brasileñas divulguen en revistas científicas los resultados de sus investigaciones. En general a los técnicos, biólogos e ingenieros agrícolas o veterinarios que trabajan en las empresas no se les prohíbe divulgar sus descubrimientos en las revistas especializadas, ni tampoco se los estimula a propagar sus hallazgos, ya que se busca esencialmente un producto para vendérselo, o una patente que, en un primer momento, hace que las informaciones se mantengan en secreto.
En las bases de datos de publicaciones científicas despunta más fácilmente la producción de centros de investigaciones que atienden a más de una empresa. Tal es el caso del Fondo de Defensa de la Citricultura (Fundecitrus), una asociación de citricultores e industrias procesadoras de frutas cítricas cuyos expertos firmaron 51 artículos científicos (33 en revistas nacionales y 18 internacionales), individualmente o con otras instituciones de investigación, durante los últimos cinco años. El equipo del Centro de Tecnología de la Caña (CTC), de Piracicaba, controlado por la Cooperativa de Productores de Caña de Azúcar, Azúcar y Alcohol del Estado de São Paulo (Copersucar), publicó un artículo en una revista internacional y participó en al menos otros seis trabajos divulgados en revistas nacionales durante los últimos tres años.
Son más raros aún los artículos científicos -o papers, como también se los denomina- firmados únicamente por investigadores de empresas. De una búsqueda no exhaustiva en PubMed, una base de artículos solventada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, al margen del artículo de Alellyx emerge un solo artículo de una empresa brasileña, firmado por el equipo de Natura Inovação e Tecnologia de Produtos. Salió el año pasado en Journal of Cosmetic Science y presenta un método alternativo para cuantificar los daños en el cabello producto del uso permanente de alisamiento. Y la situación no cambia mucho cuando ingresamos en Scielo, que congrega a las mejores publicaciones científicas editadas en Brasil. Con la firma de Valleé, una empresa de Minas que fabrica medicamentos de uso veterinario, aparecen dos artículos, uno de ellos producido junto con la USP y el Instituto Pasteur de São Paulo. Biobrás, la única productora nacional de insulina, adquirida en 2002 por la danesa Novo Nordisk, también exhibe dos trabajos, ambos producidos conjuntamente con otros grupos de investigación.
Patentes – La publicación de este artículo sobre el virus constituye una nueva etapa de la estrategia trazada por Reinach, que había participado en la coordinación del secuenciamiento y el análisis de genomas de bacterias causantes de enfermedades de plantas patrocinados por la FAPESP antes de lograr conseguir unos 30 millones de reales provenientes del grupo Votorantim para crear Alellyx, en marzo de 2002. Desde un principio, Reinach condujo a su equipo de manera tal que los descubrimientos redundasen primeramente en patentes, esenciales para el desarrollo de productos innovadores, y luego en publicaciones capaces de rubricar la credibilidad del equipo ante la exigente comunidad científica.
En efecto, el artículo expone las secuencias del genoma del virus que habían sido objeto de tres patentes concedidas en septiembre de 2003 por parte del gobierno estadounidense, en nombre de Walter Maccheroni y Ana Claudia Rasera da Silva, ambos autores principales del paper de Journal of Virology. Estas secuencias de genes permiten la identificación del CSDaV, mediante dos tipos de tests diagnósticos, uno molecular y otro con anticuerpos, y la utilización de las moléculas de revestimiento del virus en plantas resistentes a la muerte súbita. “Como estos descubrimientos están protegidos por patentes”, dice Reinach, “nadie más puede hacer tests diagnósticos basados en esas secuencias durante los próximos 20 años”.
En Alellyx, sostiene Reinach, se hacen actualmente -centenares de tests por día-, principalmente para controlar la salud de las plantas de naranjales nuevos. “Atendemos a grandes citricultores, responsables del cultivo de aproximadamente una cuarta parte del total naranjos del estado de São Paulo”, afirma. Dichos exámenes diagnósticos, desarrollados para atender inicialmente las necesidades de los investigadores de la empresa, pueden indicar incluso dónde puede manifestarse la enfermedad, ya que registran señales del CSDaV en los insectos que lo transmiten -los pulgones Aphis spiraecola y Aphis gossypii. Así, este tipo de test, que otros centros de investigación también están desarrollando, puede servir de base para delinear medidas preventivas, tales como la eliminación de las plantas infectadas antes que otras se infecten.
Para Alellyx, la conquista del mercado para ese tipo de test, a punto tal de cubrir las inversiones hechas hasta ahora en investigación de la muerte súbita “alrededor de 3 millones de dólares” es quizás una tarea equivalente a la propia identificación del virus. Es evidente que no se trata de un producto que se usará en gran escala en el campo, tal como si fuera una azada. Para los productores de naranjas, que viven luchando por reducir los costos de producción y elevar los precios de venta, a veces puede ser más barato arrancar las plantas supuestamente infectadas que descubrir si padecen efectivamente una enfermedad contra la cual, al menos por ahora, no existe remedio. Pero algo es cierto: los diagnósticos precoces de la muerte súbita son esenciales para el sector citrícola, que cultiva 200 millones de naranjos, emplea aproximadamente a 400 mil personas y genera negocios anuales de unos 4 mil millones de dólares, de acuerdo con un estudio del Programa de Estudios de Negocios del Sistema Agroindustrial (Pensa) de la USP, concluido el año pasado.
Muerte lenta – Algunos conceptos sobre la muerte súbita de los cítricos han cambiado a partir noviembre de 2002, cuando el equipo de Alellyx recibió la primeras muestras de las plantas contaminadas y se lanzó a la caza del agente etiológico. Al principio se sospechó que se tratara de una mutación del virus de la tristeza de los cítricos, una enfermedad que consumió el 90% de los naranjales paulistas entre 1939 y 1949. Pero luego las diferencias se impusieron, y ahora el equipo de Alellyx demuestra que el CSDaV es un nuevo miembro del género Marafivirus, integrante de la familia Tymoviridae, mientras que el virus de la tristeza pertenece a la familia Closteroviridae. Con todo, no debe aún descartase la posibilidad de que ambos puedan actuar en conjunto como causantes de la muerte súbita.
También se pensó que esa enfermedad continuaría avanzando sobre los frutales a razón de 60 kilómetros por año, como ocurrió entre 2002 y 2003. Hasta enero de 2004, la enfermedad había afectado a millón y medio de plantas en 12 localidades del sur de la zona conocida como Triângulo Mineiro, y otras 436 mil en 18 municipios del norte, noroeste y centro del estado de São Paulo. Pero no se propagó a esa velocidad imaginada. “La muerte súbita está contenida en la región norte del estado de São Paulo”, comenta Marcos Machado, del Centro de Cítricos Sylvio Moreira, de Cordeirópolis, interior paulista, donde también se investiga al agente causante y las formas de control de la muerte súbita. “Debe haber un componente ambiental muy fuerte, como el suelo, el agua o el clima, que la mantiene confinada en esos límites”. La velocidad de ese avance puede reducirse o acelerarse también de acuerdo con la concentración de frutales, la erradicación de plantas enfermas, el control de insectos vectores o el transporte de plantines contaminados, aseveran Waldir Cintra de Jesus Junior y Renato Beozzo Bossanezi, de Fundecitrus, y Armando Bergamin Filho, de la USP, en un estudio difundido en la revista Visão Agrícola.
En la actualidad se sabe cómo contener a la muerte súbita: se usa un portainjerto -la planta sobre la cual crece la especie de naranjo que se desea cultivar- resistente. Con todo, las alternativas más eficaces exigen un cuidado extra, y a su vez caro: la irrigación. Pero el actual centro de las atenciones es otra enfermedad: la greening o huanglongbing (HBL). Detectada en marzo de 2004, ya se ha instalado en alrededor de 400 mil naranjos de 46 localidades de la región central del estado de São Paulo. Por llegar a la copa de los naranjos, solamente puede contenérsela mediante la aplicación de una medida drástica: la eliminación de las plantas con síntomas, tal como se está haciendo con el chancro cítrico. En las próximas semanas se promulgará una ley que autoriza a los inspectores sanitarios del gobierno a arrancar los árboles contaminados.
Republicar