Con base en dos principios físicos –el ultrasonido y el magnetismo–, la empresa Safe Metal, de Río de Janeiro, desarrolló una serie de equipamientos para tests industriales que todavía no son producidos en Brasil. “Nuestro concepto es desarrollar tecnología para ensayos no destructivos”, afirma Antônio Claudio Sant’ Anna, socio en la empresa. Uno de los aparatos, llamado de T-Scan, dotado de ultrasonido, mide espesores y verifica posibles defectos en chapas de acero. El artefacto emite un impulso como un radar que recorre el interior del chapa y retorna, y el tiempo de ese movimiento es medido. Si el eco retorna antes de lo previsto, las chances de que existan corrosiones internas o rajaduras en la chapa son grandes. Safe Metal también desarrolló un equipo que verifica la existencia de fisuras en los cuellos de cilindros metálicos. La empresa surgió hace seis años en la Incubadora de Empresas de Base Tecnológica de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). Hace cuatro meses, Safe Metal levantó vuelo y dejó la incubadora.
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