“Hubo un tiempo en que los animales hablaban…” Hasta hace un tiempo no tan remoto, un sinnúmero de historias infantiles empezaba con esas palabras. Y, como si fuera una especie de pase mágico, ni bien fueran leídas o oídas, dichas palabras abrían las puertas hacia viajes inolvidables a través de un mundo fantástico. Ecos de esos primeros e intensos sentimientos de placer, brindados por la fantasía literaria, resuenan seguramente en la memoria de cada lector que se enamora cada vez que se encuentra con un magnífico texto de ficción en el transcurso de su vida. Porque la lectura de ficción puede tomarse de diferentes maneras: por ejemplo, como una gratificante experiencia estética, o como un ejercicio que promueve reflexiones sobre la condición humana. Con todo, no deja de ser el lugar por excelencia de las grandes aventuras de la imaginación. Pero lo más extraordinario sucede cuando no es un texto ficcional, sino un relato surgido de la ciencia, con su propósito de develar lo real, el que nos transporta de vuelta a las emociones de aquel universo mágico recorrido allá en los años de la infancia, con la ayuda de los cuentos de hadas. Entonces, y de una manera muy especial, se reconquista uno de los sentidos posibles del gran placer del conocer.
Todo esto viene a colación del hermoso artículo de tapa de esta edición, sobre el lenguaje de los monos muriquíes o monos arañas, hallados en algunos tramos del Bosque Atlántico. En dicho artículo, el editor Carlos Fioravanti narra -a partir de la página 34- los instigadores descubrimientos de un grupo de investigadores paulistas, sobre la capacidad de estos primates de recombinar 14 diferentes elementos sonoros, que se aproximan a las vocales o consonantes de lenguaje humano; y que al hacerlo, producen un lenguaje natural con un sentido social claro. En otras palabras: los muriquíes casi que hablan.
De lo casi mágico a la confrontación con una realidad dura y desafiante. El conocimiento científico se hace también en esas travesías. Y de una confrontación de esa índole trata el reportaje sobre la muerte súbita de los cítricos. Una extraña enfermedad identificada hace dos años, que afecta a los naranjales brasileños. Y que, debido a por su potencial destructivo, ya ha sido elevada a la condición de enemigo número uno de la citricultura nacional. En dicho texto, que disputó con el mono muriquí la portada de esta edición, el reportero especial Marcos Pivetta enumera los síntomas y los efectos de esta enfermedad, e informa sobre la formación de una fuerza de tarea en la que se unen el Ministerio de Agricultura, el gobierno del estado de São Paulo, los citricultores y los investigadores de instituciones públicas y empresas para detener el avance del problema. Muestra también que las acciones referentes a la muerte súbita pueden determinar cambios en las bases de la citricultura, y las grandes posibilidades que tienen los investigadores de arribar a una solución definitiva para este problema, teniendo en cuenta el conocimiento científico acumulado en el país en lo que se refiere a cítricos, y el dinamismo de la investigación en este campo. Al fin y al cabo, la citricultura en Brasil tiene la pujanza que tiene gracias al apoyo ininterrumpido de la investigación para su desarrollo, y eso desde hace más de siete décadas.
Cabe destacar también en esta edición el reportaje especial del editor Marcos Oliveira sobre Embrapa, que en abril cumple 30 años de excelentes servicios prestados en pro del desarrollo del sector primario de la economía nacional. Centenas de nuevas variedades de semillas desarrolladas en el transcurso de estos años, numerosas técnicas de manejo y de control de plagas agrícolas, adaptadas a todas a la regiones del país, linajes y nuevas técnicas de reproducción para bovinos y porcinos. Éstos son algunos de los hitos en la trayectoria de esta empresa pública, que han redundado en incrementos masivos de productividad, y en la generación de riquezas para el país.
Para finalizar, merece relieve el pequeño dossier en el que seis especialistas, con total autoridad para abordar el tema, incluso en razón de las funciones públicas que ejercen, analizan la relación entre educación, ciencia y desarrollo en Brasil -valiéndose de las lecciones del pasado, de cara al futuro. Los recientes recambios en la administración pública federal y estadual hacen que el momento sea más que oportuno para hacer tales reflexiones.
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