La notoriedad alcanzada por la investigación con células progenitoras embrionarias (stem cells o células tronco) en los últimos meses es producto del progreso y de la controversia. Los progresos obtenidos en ese área indican que dichas investigaciones producirán numerosas aplicaciones prácticas para la medicina y la biología, pero al mismo tiempo están generando una viva controversia en el campo de la ética, llevando a intervenciones de gobernantes, parlamentarios y líderes religiosos.
Es necesario hacer hincapié en que muchas de las discusiones tienen como base especulaciones que están distantes de la realidad científica actual, situándose casi en el campo de la ciencia ficción, en tanto que la multiplicidad de células progenitoras presente en el organismo contribuye para hacer más confusa aún la cuestión, pues las restricciones éticas se relacionan apenas con los experimentos con una de las categorías de esas células: células embrionarias totipotenciales, derivadas de la masa interna de blastocistos obtenidos de óvulos fertilizado sin vitro o de tejidos fetales obtenidos en embarazos interrumpidos precozmente.
La semejanza entre la transferencia de núcleo en células somáticas representa un método alternativo de producción de células tronco embrionarias, y la semejanza de este abordaje con los pasos iniciales de la clonación de mamíferos ha contribuido para aumentar la confusión. Las posibles aplicaciones de esas células en la medicina incluyen la regeneración de tejidos (como el miocardio tras el infarto, el páncreas en diabéticos, el tejido muscular de portadores de distrofia muscular e incluso el tejido nervioso, tenido hasta hace poco tiempo como imposible de ser reparado).
Esos linajes podrían también servir para probar medicamentos y para comprender los mecanismos complejos involucrados en el desarrollo humano y los factores que controlan la formación de células especializadas, con importantes reflejos sobre la investigación del cáncer. Otra consecuencia benéfica de esos estudios es el estímulo a la investigación con células progenitoras de adultos, células multipotenciales presentes en varios tejidos humanos, de las cuales las mejor conocidas y explotadas son las células hematopoyéticas. Paralelamente, la sangre del cordón umbilical podría ser una fuente de células progenitoras más inmaduras, como ya se ha descubierto en el caso del linaje hematopoyético.
La comunidad científica tiene un papel central en el sostenimiento de la investigación en este área y en la promoción del diálogo con la sociedad para alejar temores y ayudar a definir los límites de las intervenciones. Debemos fomentar investigaciones básicas y aplicadas sobre el uso de células progenitoras de diferentes fuentes y, al mismo tiempo, estimular un debate fundamentado en el conocimiento científico y en el interés de la sociedad, para permitir que los investigadores participen en el gran progreso que se producirá en dicha área en el futuro inmediato.
En ese sentido, el debate ético sobre experimentación con células embrionarias parece estar muchas veces dislocado.Por ejemplo, ¿cuál es el destino de los embriones supernumerarios congelados obtenidos mediante fertilización in vitro, guardados en clínicas de fertilización y que no serán utilizados para su implantación y el desarrollo de fetos? El debate ético debería concentrarse en su producción. Si la sociedad y las organizaciones médicas consideran ético producirlos para la reproducción (y son producidos por miles) y no son capaces de encontrarles un destino útil, su utilización para fines médicos y de investigación biológica no parece indefendible.
Marco Antonio Zago es profesor de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto de la USP y coordinador del Cepid Centro de Terapia Celular
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