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FINANCIACIÓN

Un fondo censará a las organizaciones que apoyan a la población negra y que están coordinadas por personas negras

La iniciativa procura recabar datos sobre la desigualdad y la filantropía

Mariana Rodrigues

El fondo filantrópico Agbara, creado durante la pandemia para asistir a las mujeres negras mediante programas de generación de ingresos e incentivos a emprender, está montando un centro de investigaciones para recabar datos sobre las desigualdades sociales en Brasil y elaborar estudios sobre temas relacionados con la población negra, la filantropía y la inclusión. Para este fin, se invertirán 2 millones de reales y está previsto el reclutamiento de 27 estudiantes o investigadores, uno por cada estado de la federación.

El propósito inicial es promover un censo de las entidades e iniciativas coordinadas por personas negras para asistir a otras similares en el país, que operan en el marco del concepto definido como filantropía negra. En Estados Unidos, esto está muy difundido. En 2011, las organizaciones dedicadas a la promoción de la igualdad racial eligieron agosto como el mes de la filantropía negra y, desde entonces, impulsan actividades en este período del año para reflexionar sobre sus desafíos y proponer nuevas acciones. En Brasil, esta modalidad filantrópica se originó en la época de la esclavitud, cuando surgieron redes de apoyo para recaudar fondos y comprar manumisiones y hermandades religiosas de esclavizados y libertos.

Según surge de los datos de una investigación realizada el año pasado por la Iniciativa Pipa, una organización filantrópica con sede en Río de Janeiro, el 74,1 % de las personas que están al frente de los proyectos en los suburbios de ese municipio son negras o pardas, al igual que el 80,6 % de las personas que se benefician de estos proyectos. En el marco del estudio intitulado “Periferias y filantropía: las barreras para el acceso a los recursos en Brasil” fueron entrevistados a más de 600 dirigentes de organizaciones y cooperativas. Otra información relevante indica que el 46 % de los proyectos dirigidos por personas negras en las periferias recaudan menos de 5.000 reales al año. En general, se trata de actividades que las personas llevan a cabo en simultáneo con su trabajo remunerado. Pero no existe información detallada sobre estos individuos y proyectos. El censo del Fondo Agbara se propone entrevistar a estas personas y elaborar un diagnóstico sobre la filantropía negra en Brasil, que será divulgado a finales de año. El núcleo de investigaciones tiene en mente publicar también una “Guía de buenas prácticas para la promoción de la filantropía negra”.

“Mientras que en Estados Unidos la filantropía negra está consolidada, aquí todo ello habrá de entenderse prácticamente desde cero”, dice la coordinadora del centro de investigación, Luana Braga Batista, Lua, como es más conocida, estudiante de doctorado en antropología social en la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). Ella subraya que, en Brasil, incluso los institutos creados por personas negras exitosas, como artistas y jugadores de fútbol, no suelen desarrollar acciones enfocadas en la cuestión racial. Por lo general, se trata de iniciativas sociales más amplias que llegan a un público mayoritariamente compuesto por personas negras debido a la vulnerabilidad de este grupo poblacional, pero no han sido diseñadas para combatir la desigualdad racial. El Fondo Baobá para la Equidad Racial, creado en 2011, es el ejemplo más conocido de una organización no gubernamental que dispone de un fondo patrimonial específico destinado a proyectos dirigidos a la población negra y a combatir el racismo.

El núcleo del Agbara contará con el apoyo de instituciones que ya trabajan con las iniciativas del fondo, entre ellas, Global Fund for Community Foundations, con sede en Sudáfrica, la Fundación Tide Setúbal, cuyo trabajo se centra en el desarrollo social de la población urbana periférica, y la Fundación José Luiz Egydio Setúbal, que apoya principalmente proyectos de salud infantil. “Hay confluencia de objetivos entre las iniciativas de Agbara y nuestra fundación, uno de cuyos pilares de acción es el apoyo a la consolidación del sector filantrópico”, dice Ana Claudia Andreotti, analista de proyectos de la Fundación José Luiz Egydio Setúbal, que invertirá 160.000 reales en el núcleo de investigaciones en una primera etapa, con la perspectiva de efectuar nuevas aportaciones.

Las características y la trayectoria del Fondo Agbara explican su interés por la filantropía negra. La iniciativa surgió en Campinas en 2020, bajo el liderazgo de la socióloga y pedagoga Aline Odara. Con experiencia en la organización de colectas para ayudar a amigos y personas con dificultades, en los primeros meses de la pandemia organizó una iniciativa para recaudar fondos cuyo objetivo inicial era que 20 personas donaran 20 reales por mes durante un año, con lo que recaudaría 400 reales mensuales para ayudar a mujeres negras en situación de vulnerabilidad. La noticia se propagó por la Universidad de Campinas (Unicamp), donde Odara cursa una maestría en educación, y la cantidad de donantes creció a 60 en cinco días y a 300 en tres meses, con lo que la recaudación mensual pasó a ser de 6.000 reales. A medida que el emprendimiento fue escalando, Odara, actual directora ejecutiva del fondo, sintió la necesidad de formalizar la iniciativa. Agbara significa “potencia” en yoruba, la lengua de buena parte de la población de Nigeria y de varios otros países africanos, presente en Brasil a través de las tradiciones culturales y religiosas de origen africano.

Hubo que establecer criterios para definir quiénes recibirían ayuda: se daría prioridad a las mujeres negras solteras con al menos tres hijos a cargo. Otro de los parámetros fue destinar el 50 % de las transferencias a las regiones norte y nordeste de Brasil, que necesitan más inversión social que otras. Además del giro de dinero, la tarea del fondo evolucionó hacia la financiación y la mentoría de pequeños emprendimientos liderados por mujeres negras. El proyecto Avança Preta ha proporcionado capacitación técnica a más de 20 iniciativas de generación de ingresos que movilizan a mujeres negras. Hay proyectos para públicos específicos, como las mujeres recolectoras de materiales reciclables o también, por citar un ejemplo reciente, la incorporación de mujeres negras en la cadena logística y de suministros del puerto de Navegantes, en el estado de Santa Catarina.

En tres años, el fondo recaudó más de 6 millones de reales y ha realizado 2.500 inversiones, tanto a través de aportes financieros directos a proyectos como proporcionando formación a mujeres negras. El trabajo lo realizan 10 empleadas con diversa formación, todas ellas negras. “Cuando una mujer negra emprende uno de estos movimientos, ello involucra a varias personas más. Es una hija que puede asistir a la escuela, una hermana a la que empieza a ayudar o el impulso a los negocios del vecindario de los que se convierte en clienta”, concluye Aline Odara.

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