Pesquisa FAPESP fue reconocida por partida doble en el mes de junio, en el marco de la entrega de los Premios de Reportajes sobre la Biodiversidad del Bosque Atlántico Brasil 2003, concedidos por la Alianza para la Conservación del Bosque Atlántico, una institución integrada por Conservation International y SOS Mata Atlântica. Carlos Fioravanti, nuestro editor de Ciencia, logró el segundo lugar, y nuestro reportero especial Marcos Pivetta recibió la mención de honor. Ambos galardones llenaron de alegría a todo el equipo que produce esta revista, siempre con inmensa dedicación, rigor indiscutible en la elaboración y exposición de los datos de los artículos y un alto grado de profesionalismo. Este natural reconocimiento externo por nuestros méritos no sensibilizaría únicamente a corazones muy duros.
Me permito aquí proferir algunas palabras sobre los bravos periodistas premiados, cuya contribución es decisiva para el logro de la calidad que Pesquisa FAPESP exhibe mes a mes. Fioravanti, un discretísimo paulista de la localidad de Itú, de 42 años, riguroso hasta el más absoluto perfeccionismo, y al mismo tiempo, capaz tanto de una entrega apasionada en cada reportaje por él elaborado como de una generosa paciencia con cada texto ajeno que, como editor, tantas veces debe acabar, es sin lugar a dudas uno de los mejores profesionales brasileños en la actualidad en el área de periodismo científico, en la que trabaja desde 1989. El trabajo que le valió este premio fue un reportaje sobre el comportamiento de los monos muriquíes, que fue portada de la edición de marzo – a propósito, una hermosa tapa, concebida por nuestro director de arte, Hélio de Almeida, sobre una imagen impresionante de uno de esos monos, captada por nuestro fotógrafo Miguel Boyayan. Con respecto a Pivetta, un paulista de 34 años, poseedor de un temperamento exuberante, ruidoso, siempre listo para frases de agudo sentido del humor y fina ironía, es dueño de un talento de igual medida -o desmedida- para los variados quehaceres periodísticos, y especialmente, para la escritura periodística. El trabajo que le valió la mención de honor fue un reportaje sobre las nuevas formas de conservación y multiplicación del palo de Brasil.
Una vez cumplida placenteramente la tarea de compartir con nuestros lectores esta victoria, sobra espacio únicamente para destacar en forma breve el reportaje de la portada de esta edición; por cierto, de Pivetta, que muestra a partir de la página 80 de qué manera la ciencia y la tecnología pueden se entrelazarse con la música para expandir las fronteras de ese arte, a punto tal de justificar la formación de un instituto virtual de investigación en dicho campo en São Paulo. Merece relieve también el reportaje de autoría de Fioravanti, que revela nuevos datos sobre la química existente detrás del par ejercicios-bienestar. La actividad física como algo importante para el organismo humano es algo conocido desde hace ya mucho tiempo. Con todo, el artículo que comienza en la página 32va más allá de lo obvio, al mostrar los reales mecanismos que ponen a los deportistas en mejores condiciones para enfrentar las infecciones ocasionadas por virus y bacterias.
Por último, otras dos noticias importantes. En Política, mostramos cómo los impuestos pagados por las empresas innovadoras son hoy en día más altos que las inversiones destinadas a la investigación. Y en Tecnología, presentamos un apósito de hidrogel que alivia el dolor provocado por las quemaduras y combate bacterias. Buena lectura entonces.
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