La producción del músico Antonio José Madureira Ferreira, oriundo de Rio Grande do Norte, es tan vasta como la cultura brasileña, pero, aun así, no es tan conocida como amerita, escribió el músico e historiador paulista Francisco Andrade en un artículo publicado el año pasado en la revista Iberic@l, Revue d’études ibériques et ibéro-américaines, de la Universidad Sorbona, en Francia. Desde 2014, el investigador estudia la obra del autor, quien estuvo al frente del Quinteto Armorial, y se ha encargado de reunir su colección musical, hasta entonces dispersa en 12 cajas guardadas en la casa donde vive Madureira, que hoy tiene 73 años, en Recife (Pernambuco). Ahora, parte de esta producción ha sido publicada en el libro Quinteto Armorial: Do romance ao galope nordestino (Editorial Letra da Cidade/Instituto Çarê), organizado por Andrade y lanzado en junio pasado. Primera entrega de la trilogía Antonio Madureira Armorial – Histórias e partituras, la publicación recopila siete composiciones del músico que forman parte del primer disco del grupo, Do romance ao galope nordestino (1974), considerado el mejor álbum de música instrumental de aquel año por la Asociación Paulista de Críticos de Arte (APCA). “A lo largo de su obra, Madureira propone una intersección entre lo erudito y lo popular”, dice Andrade, actualmente radicado en el estado de Paraíba.
Para entender la trayectoria de Madureira, primero hay que remontarse a la génesis de la música armorial, un despliegue de lo que se hizo conocido como Movimiento Armorial, liderado por Ariano Suassuna (1927-2014). El término “armorial”, empleado a principios de la década de 1970 por el escritor, poeta y dramaturgo paraibano, hace alusión a una propuesta que proponía repensar el nordeste brasileño como un espacio para nuevas posibilidades de creación estética. Suassuna empezó a utilizar este sustantivo, que en su acepción original significa “libro de registro de heráldica”, como adjetivo, inaugurando un movimiento que pretendía reinterpretar las tradiciones culturales brasileñas, tales como la literatura de cordel, la xilografía, el repentismo o canturía y el uso de instrumentos tales como la viola, el rabel y el pífano. “La música fue uno de los campos más fecundos para la investigación y la creación armorial”, escribe Andrade en el libro.
El Movimiento Armorial fue lanzado oficialmente el 18 de octubre de 1970 en la Iglesia de São Pedro dos Clérigos, en el barrio de Recife Antiguo, con una exposición de artes visuales y un concierto de la Orquesta Armorial de Cámara de Pernambuco, que había hecho su debut dos meses antes. Al año siguiente, el encuentro entre Suassuna, por entonces profesor de estética, cultura brasileña y filosofía de la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE), y Madureira, de 21 años, infundiría un nuevo rumbo a la historia de la música armorial. El joven había estudiado guitarra en la Escuela de Bellas Artes de Pernambuco, de la UFPE, y desde 1969 se desempeñaba como guitarrista y compositor en el Teatro Popular del Nordeste (TPN). Se inspiraba en las reflexiones del modernista Mário de Andrade (1893-1945) sobre la música y la cultura brasileña, y entonces Suassuna despertó en él la sensibilidad para tocar la viola nordestina, como así también la experiencia de escuchar e investigar la cultura popular, que incluía los folguedos [celebraciones populares de espíritu lúdico] tradicionales y sus referencias ibéricas (cristianas, árabes y judías).
“Suassuna consideraba ‘muy europea’ a la sonoridad de la Orquesta Armorial, dirigida por Cussy de Almeida [1936-2010]”, comenta Ariana Perazzo da Nóbrega, docente del Departamento de Música de la Universidad Federal de Paraíba (UFPB) y autora de la tesina de maestría intitulada “La música en el Movimiento Armorial”, defendida en 2000 en la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), uno de los primeros estudios académicos sobre el tema. En gran parte, Madureira fue responsable de la formación del Quinteto Armorial (1972-1980), al llevar la música del sertón a los escenarios de los conservatorios y salas de conciertos y plantear un debate más amplio sobre la cultura popular, la música y la “nordestinidad”. “Para Suassuna, el trabajo realizado por el Quinteto Armorial fue el más relevante en la música del movimiento, en busca de acercarse al universo sertanejo utilizando instrumentos como el pífano, el rabel y la viola nordestina”, continúa Nóbrega.
Además del disco Do romance ao galope nordestino, el quinteto grabó otros tres álbumes: Aralume (1976), Quinteto Armorial (1978) y Sete flechas (1980). En su formación más duradera estaban Madureira (viola nordestina), Antonio Nóbrega (violín y rabel), Edilson Eulálio Cabral (guitarra), Egildo Vieira do Nascimento (flauta y pífano) y Fernando Torres (marimbau). Todos los LP fueron editados por el sello paulistano independiente Discos Marcus Pereira (1974-1981), conocido por los registros de manifestaciones populares de varias regiones brasileñas y también por haber grabado a sambistas como Agenor de Oliveira, más conocido como “Cartola” (1908-1980), y Paulo Vanzolini (1924-2013). Según Andrade, en la grabación de una de las pistas del primer disco del quinteto participaron dos admiradores del trabajo del conjunto instrumental: el propio Vanzolini y el músico Geraldo Vandré. En aquel momento, Aluízio Falcão, el productor del disco, preguntó a los miembros del grupo y a los dos invitados qué les parecía incorporar el bombo, un instrumento de percusión, al conjunto. Vanzolini, quien también era zoólogo y fue investigador y director del Museo de Zoología de la USP, le respondió: “No sé, yo solo entiendo de lagartijas”.
La trilogía de libros surge de la tesina de maestría de Andrade defendida en 2017 en el Instituto de Estudios Brasileños de la Universidad de São Paulo (IEB-USP). Actualmente, realiza una investigación de doctorado en la UFPB sobre la música de Madureira y prepara los otros dos volúmenes sobre el autor potiguar [natural de Rio Grande do Norte] para la serie. El segundo volumen, cuyo lanzamiento está previsto para finales de noviembre, abarca el período comprendido entre 1975 y 1981 y trata, entre otros temas, del traslado de los miembros del Quinteto Armorial, que trabajaban como músicos investigadores en la UFPE, al recientemente creado Núcleo de Extensión Cultural de la UFPB, con sede en Campina Grande y centrado en la enseñanza y la investigación de la música popular brasileña. Por entonces, Egildo Vieira do Nascimento fue reemplazado por Antonio Fernandes de Farias, conocido como Fernando Pintassilgo (flauta y flauta de caboclinhos). Contratados como profesores de música, permanecieron en la institución entre 1978 y 1981. El tercer volumen, cuyos temas incluyen una aproximación al significado de la música armorial para la actualidad, habla del Quarteto Romançal, un grupo que se formaría en 1995, tras la asunción de Suassuna en la Secretaría de Cultura de Pernambuco y la creación de un proyecto llamado Pernambuco Brasil, con la participación de Madureira. La publicación será lanzada en el primer semestre de 2024.
Según Andrade, la serie de libros pretende reunir 40 composiciones de Madureira, grabadas en seis discos: cuatro del Quinteto Armorial y dos del Quarteto Romançal, Quarteto Romançal (1997) y Tríptico – No reino da ave dos três punhais (1999), ambos lanzados por el sello Ancestral. “Esta colección fue pensada para que su obra circule, para facilitar a los músicos que quieran tocarla el acceso a ella, y para romper barreras dentro de los conservatorios y facultades que todavía insisten en tratar como música de cámara solamente a las producciones de los compositores europeos”, escribe el guitarrista Ivan Vilela, docente del Departamento de Música de la Escuela de Comunicación y Artes de la USP, en la presentación del primer volumen de la trilogía.
En sus investigaciones, el violinista Rucker Bezerra de Queiroz, docente de la Escuela de Música de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte (UFRN), se dedica a investigar la influencia ibérica y árabe en la música armorial. “Me propuse seguir el camino inverso de Luis Soler [1920-2011], un violinista catalán que vivió mucho tiempo en Recife antes de convertirse en docente de la Universidad del Estado de Santa Catarina [Udesc]”, comenta en referencia al autor de Origens árabes no folclore do sertão brasileiro (Editorial de la UFSC, 1995). “Fue en Brasil donde Soler se dio cuenta de la influencia mora en la península ibérica. Cuando llega a Recife, se topa con repentistas haciendo desafíos de viola y dice: ‘Esto lo veía en las calles de Barcelona cuando era niño’”, comenta Queiroz, quien investigó esta temática en España y en países árabes. “En los recitales que di en lugares como los Emiratos Árabes, el público quedaba sorprendido y muchos me dijeron: ‘Esto no es música brasileña, suena como nuestra música, tan solo un poco diferente’”.
Sin embargo, según opina Erik Pronk, docente del Departamento de Música de la UFPB, no hay que idealizar una relación armoniosa entre los elementos ibéricos, africanos e indígenas presentes en la música armorial como si las tres culturas que configuraron al país estuviesen en pie de igualdad. “Las expresiones populares que Madureira procuró defender en su música armorial expresan diversos rasgos de resistencia de las culturas originarias, que llevan impresas en sí mismas las marcas de los conflictos entre los diferentes pueblos que tomaron parte en la formación de la nación brasileña. Toda la violencia asociada a estos conflictos sigue teniendo repercusiones muy evidentes en nuestra sociedad actual”, analiza.
Pronk centró su atención en la música armorial entre 2008 y 2010, cuando desarrollaba su investigación de maestría en guitarra clásica en el Royal Conservatoire de los Países Bajos. Fue allí donde despuntó su interés inicial por la viola como instrumento. “El hecho de hallarme lejos de Brasil suscitó en mí un mayor sentido de identidad y pertenencia a la cultura brasileña”, relata. La viola, explica el investigador, está asociada a la figura del cantante popular, que utiliza el instrumento como acompañamiento para narrar historias a través del canto. El marimbau, por su parte, según Pronk, es “el instrumento ‘más armorial’ del movimiento”. Fue ideado por los miembros del Quinteto a partir del birimbao de lata, un ejemplo de cómo “las personas con escasos recursos materiales y sin acceso a instrumentos musicales convencionales transforman objetos cotidianos en medios expresivos para poder presentarse en escenarios populares, por lo general, plazas y mercados al aire libre”.
En 2016, Pronk comenzó su investigación doctoral en el Departamento de Comunicación y Artes de la Universidad de Aveiro, en Portugal, que tenía tres pilares fundamentales: la viola brasileña, la música armorial y el live looping, una tecnología empleada en las actuaciones que permite llevar a cabo arreglos en la música en tiempo real a partir de la repetición de segmentos grabados. Como una derivación de su tesis, defendida en 2021, el investigador redactó un capítulo para el libro intitulado Live looping in musical performance: Lusophone experiences in dialogue, publicado este año por la editorial británica Routledge. El texto habla de la adaptación del tema “Repente”, de Madureira, para su interpretación utilizando loops. “Se trata de una contextualización acerca del repente del nordeste brasileño, señalando cómo aparece en la composición de Madureira, y describo mi proceso de experimentación creativa con la ayuda de la tecnología”, explica. “Es una forma de demostrar que la música de Madureira está cada vez más viva”.
Para el etnomusicólogo Carlos Sandroni, docente del Departamento de Música de la UFPE, Madureira forma parte de un panteón de compositores de la música brasileña que desafían las fronteras entre lo erudito y lo popular. Según el académico, este grupo incluye a Ernesto Nazareth (1863-1934), Pixinguinha (1897-1973), Tom Jobim (1927-1994), Egberto Gismonti, Hermeto Pascoal y Guinga. “El armorialismo tiene una conexión muy clara con la búsqueda de una música clásica brasileña inspirada en lo popular”, dice Sandroni, quien también es docente del Programa de Posgrado en Música de la UFPB, donde actualmente dirige la investigación doctoral de Andrade. “Muchos compositores del siglo XX han hecho eso, pero el armorialismo es diferente, porque su medio de difusión no fue la partitura sino la grabación. Recién ahora se están publicando las partituras de Madureira. En otras palabras, la música armorial diluye, a su manera, las fronteras entre los popular y lo erudito”.
Artículo científico
ANDRADE, F. A percepção de música brasileira de Antonio Madureira: Música e modernismo. Iberical, Revue d’études ibériques et ibéro-américaines, n. 22. 2022.