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ARTE

Un modo de bailar

Un grupo de la USP traduce los principios del Tanztheater alemán

La bailarina Bárbara Lins, en la coreografía Momento(s) de silêncio

Silvia MachadoLa bailarina Bárbara Lins, en la coreografía Momento(s) de silêncioSilvia Machado

Cuando creó el Laboratorio de Investigación y Estudios en Tanz Theatralidades (Lapett), en 2011, dentro del Departamento de Artes Escénicas de la Escuela de Comunicación y Arte de la Universidad de São Paulo (ECA-USP), la profesora, investigadora y coreógrafa Sayonara Pereira sabía que uno de los primeros desafíos seria revelar los alcances de la expresión Tanztheater. El término, que según la traducción común en Brasil se conoce como “danza teatro”, en particular, por las obras de la coreógrafa alemana Pina Bausch (1940-2009), para ella debería tomarse hoy como un modo de pensar y hacer danza a partir de las enseñanzas de los pioneros de ese movimiento, pero teniendo en cuenta los aportes de quien crea y de quien interpreta.

Se creía que el coreógrafo y pedagogo alemán Kurt Joos (1901-1979) había sido el primero que empleó este concepto, en 1935. A él le pertenece la coreografía La mesa verde, de 1932, que se considera la manifestación inicial del Tanztheater, que versa sobre las miserias de la guerra, inspirándose en danzas macabras alemanas del siglo XV. Su temática y su construcción, con diversos sketch, se alejaban de los recursos comunes del ballet clásico e hicieron de ella un hito para la época. Hoy en día, todavía hay compañías por el mundo que mantienen la obra en cartel.

“Lo característico del Tanztheater fue que trascendió la técnica del ballet clásico, valiéndose del dramatismo del teatro”, dice Pereira. La bailarina y coreógrafa alemana Susanne Linke, una apasionada del Tanztheather, fue quien recomendó a Pereira para la Folkwang Hochschule de Essen (la actual Folkwang Universität der Künste), en Alemania, que en ese entonces dirigía Pina Bausch. Eso sucedió luego de verla en un ensayo en 1984, cuando Pereira iniciaba la carrera en Porto Alegre, su ciudad natal. “En Essen, desarrollé el comienzo de mi caligrafía coreográfica y el proyecto de pedagogía de la danza que luego elaboraría”, relata la profesora.

Escena de Unterwegs

Silvia MachadoEscena de UnterwegsSilvia Machado

El Lapett, que está integrado por alumnos de grado y de posgrado de la carrera de Artes Escénicas de la ECA y de universidades colaboradoras, cuenta actualmente con seis participantes. Los actores bailarines se escogen anualmente, al comienzo del primer semestre, mediante una clase de prueba donde no es obligatorio contar con conocimientos previos de danza.

Las reuniones del Lapett son dos veces por semana, duran algo más de tres horas y combinan entrenamiento corporal, ejercicios para desarrollar las cualidades expresivas de los movimientos y clases teóricas sobre la historia del Tanztheater y sus coreografías. Los modelos con los que trabaja Pereira pueden ser tareas cotidianas (caminar, comer, cepillarse los dientes) o bien, la exploración de nuevos planos espaciales.

“No existe una clase que enseñe las técnicas del Tanztheater”, dice la profesora, quien también es autora de un libro sobre las relaciones del grupo alemán con su trabajo, Rastros do Tanztheater no processo criativo Es-boço (editorial Annablume). “Se trata de un modo de conducción del trabajo, que se centra en el intérprete, en sus sentimientos, sensaciones y recuerdos. Kurt Joos sugería que el intérprete ya trae en su cuerpo el material preciso”.

resultados del diálogo entre el Lapett y el Tanztheater

Silvia MachadoResultados del diálogo entre el Lapett y el TanztheaterSilvia Machado

En el Lapett, Pereira intenta aunar investigación y práctica. “Ella siempre dejaba en claro sus ganas de conocer lo que cada uno tenía para mostrar, decir o sostener por medio del movimiento”, comenta Rafael Sertori, hoy cursando una maestría en Artes Escénicas en la ECA con una beca de la FAPESP, quien participó en el Lapett entre 2011 y 2013 e integró el elenco de Momento(s) de silêncio (2012), el primer espectáculo del grupo. “A medida que se sucedían los encuentros semanales del grupo, él tuvo la sensibilidad para percibir el surgimiento de temáticas comunes en nuestras conversaciones, en los textos y en las imágenes que traíamos”.

“El trabajo se inicia siempre tratando de activar la memoria del cuerpo de los intérpretes, las sensaciones y los sentimientos”, dice Pereira. En Vãos, que se estrenó en el mes de agosto, la coreógrafa recurrió a fotografías. Cada intérprete estudió y luego fotografió espacios o situaciones que identificaban con la propuesta: ¿qué vendrían a ser los vacíos de la ciudad y quiénes habitan en esos espacios? El primer impulso es siempre la investigación individual de los participantes. A partir de eso, Pereira sugiere gestos o secuencias para armar una construcción conjunta.

El Lapett también fue impulsor del segundo posdoctorado de Pereira. Con una beca de la FAPESP, ella asistirá a partir del mes de diciembre a la Freie Universität Berlín para desarrollar el proyecto intitulado “Archivos corporales de los intérpretes: memorias llevadas a escena”. “El grupo siempre es objeto de inspiración”, dice. “Ahora procuro pensar en mi ‘quehacer’, conceptuar en forma académica los trabajos que desarrollé pensando prioritariamente en la práctica”.

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