Líderes de Brasil, China y la India se reunieron en Inglaterra para debatir el futuro de sus países en un escenario económico mundial que privilegia el conocimiento y la innovación. El encuentro, promovido por el Instituto Banco Mundial (Bird), en Wiston House, en el Wilton Park, una propiedad del siglo XVI perteneciente al gobierno británico situada en Inglaterra, se realizó entre los días 19 y 25 de marzo, con el tema el “Uso del Conocimiento para el Desarrollo”. El objetivo de la reunión fue debatir, con líderes de diversos sectores, estrategias para que en los próximos años el conocimiento se convierta en un insumo más efectivo para el desarrollo y la superación de las desigualdades. “La capacidad de generar y absorber conocimiento es determinante para el desarrollo. Para ello, la articulación entre Estado, empresa y Universidad es esencial”, dijo Carlos Henrique de Brito Cruz, presidente de la FAPESP, que participó del encuentro en condición de miembro de la comunidad académica brasileña.
Innovación
A pesar de ser diferentes, tanto desde el punto de vista cultural como del político, con base en un conjunto de indicadores, el Bird califica a los tres países como de nivel medio de ingresos y en desarrollo. Dichos países también tienen en común un conjunto de deficiencias estructurales, como por ejemplo, el bajo nivel de educación superior, inversiones en investigación insatisfactorias, déficit de incentivos a la innovación tecnológica y pocos mecanismos de combate a la corrupción. Y representan el 45% de la población del planeta. En un escenario en el cual el Primer Mundo acelera la innovación tecnológica, esas deficiencias estructurales pueden profundizar la distancia entre el grado de desarrollo de los diversos países, llevando a lo que el Bird califica como “división digital”.
Esta fue la tercera reunión del programa “Uso del Conocimiento para el Desarrollo”. La primera, realizada en Finlandia, reunió a representantes de los países bálticos y de Polonia en junio de 1999, y la segunda, en Singapur, con la participación de líderes de Corea, Malasia, Tailandia y Vietnam, se realizó en diciembre de ese mismo año. “El programa comenzó en 1998, poco después de que el Bird publicó su informe sobre el gerenciamiento del conocimiento”, cuenta Antonio Magalhães, principal asesor de la dirección del Banco mundial en Brasil. A partir de estas informaciones, el banco adoptó una política de apoyo a los países con el objetivo de estimularlos a hacer un uso más efectivo del conocimiento para el desarrollo. El fórum es una de las estrategias del programa. Tiene como meta llamar la atención de sus participantes hacia la cuestión del conocimiento y dotarlos de metodologías que les permitan evaluar el grado de preparación de sus países para una economía del conocimiento. Otramedida adoptada por el programa consiste en desarrollar políticas de servicios que ayuden a los países clientes del Bird a crear estrategias concretas para el uso del conocimiento en la economía y en los demás sectores de la sociedad.
Educación
Para que el conocimiento se convierta en una herramienta del desarrollo, de acuerdo con el Bird, es necesario que los países en desarrollo creen un sistema educativo abarcador y de buena calidad, desde la enseñanza básica hasta el posgrado, especialmente ahora, cuando el proceso tecnológico es más sofisticado y la baja calidad de la educación compromete el desempeño de la fuerza de trabajo. Para el banco, mejorar la calidad y expandir el número de cupos en la enseñanza superior son medidas estratégicas para cualquier país, ya que es en la Universidad donde se educan los líderes de la generación del conocimiento. Y el porcentaje de jóvenes en las Universidades, tanto en Brasil como en la India o China es aún muy bajo.
“Las estadísticas brasileñas nos colocan en una posición más avanzada entre los países en desarrollo, pero aún resta un largo camino por recorrerse antes de considerarlo efectivamente abarcativo”, afirma Brito Cruz. Además de ampliar el número de cupos, es fundamental que se implemente un nuevo sistema formado tanto por las universidades con excelencia en la enseñanza e investigación como por las escuelas de enseñanza superior, con carreras cortas más eficientes para elevar masivamente el nivel educativo. En la enseñanza básica, Brasil ha logrado grandes avances, atendiendo al 96% de la población. Pero en el nivel secundario el porcentaje de matrículas es supera levemente el 30% de la población de entre 15 y 17 años. La proporción de analfabetos en la franja de los 15 años, aunque está en baja, permanecía en un 14,1% en 1996.
En los tres países, el papel de las empresas es aún poco relevante desde el punto de vista de la innovación tecnológica. “En Brasil, por ejemplo, el sistema universitario tiende a ser más fuerte que el sistema empresarial”, dice Brito Cruz. Las empresas todavía se valen poco de los especialistas formados en las Universidades. En Brasil, el total de científicos que trabajan en las empresas equivale a menos del 11% de los investigadores del país. “Un sistema nacional de innovación debería llevar a que el desarrollo tecnológico fuera liderado por las empresas.”
Información
Los debates en Wiston House arribaron a la conclusión de que el estado desempeña un papel preponderante en un sistema nacional de innovación. Cabe al estado crear un ambiente adecuado para que las empresas se preocupen con la innovación tecnológica, formulando, por ejemplo, una política de propiedad intelectual. La presencia del estado en la vida nacional también debería garantizar niveles mínimos de planeamiento.
Más allá de la ampliación y mejora de la educación y de la implantación de un sistema nacional de innovación, otro aspecto discutido por los representantes de los tres países fue la capacidad de difusión de las informaciones. “Las telecomunicaciones e Internet deben expandirse para que la información pueda fluir y se torne accesible para la mayoría de la población”, detalla Brito Cruz.En este apartado, el estado brasileño ha avanzado. El secretario de Logística y Tecnología de la Información del Ministerio de Planeamiento, Solon Lemos Pinto, también presente en el fórum, presentó los programas Gobierno Electrónico y Telecomunidad, y sorprendió a los participantes del encuentro.
El Gobierno Electrónico, en fase de implantación, conectará al gobierno con los ciudadanos, permitiendo por ejemplo el seguimiento de licitaciones y las realizaciones de obras y compras públicas. Por medio del Telecomunidad, el gobierno brasileño instalará terminales de computadoras con acceso a Internet en escuelas, hospitales y en todas las comunidades con menos de cien habitantes. El programa será financiado con dinero proveniente de un fondo constituido por la tasas pagadas por las empresas concesionarias de servicios de telecomunicaciones.
La intención del Bird al reunir a representantes y líderes de los tres países fue “destacar y llamar la atención de los formadores de opinión hacia este cuadro y alertar sobre el hecho de que el avance del conocimiento y de la tecnología podrá crear un foso aún mayor entre los países desarrollados y los que están en desarrollo”, explica Brito Cruz. La expectativa del banco es que esos “formadores de opinión” vuelvan a reunirse, por iniciativa propia, y creen un movimiento a favor de la inclusión digital de sus países. “Brasil vive un momento favorable. El Ministerio de Ciencia y Tecnología ha hecho esfuerzos importantes para colocar a la ciencia y la tecnología en un lugar de relieve en la agenda del gobierno. Y la FAPESP ha dado su contribución con programas y con los resultados obtenidos en São Paulo”, dice Cruz.
Nomina de participantes brasileños
José Paulo Silveira (Min. de Planeamiento); Carlos Américo Pacheco (Min. de Ciencia y Tecnología); Edson Machado Souza (Min. de Educación); Carlos Henrique de Brito Cruz (FAPESP); Carlos Frischtak (Worldinvest Emp. Consultoría); Sergio Fausto (Min. de Hacienda); Maria Clara do Prado (Gazeta Mercantil); Soraia Thomaz Dias Victor (Sec. Adm. de Ceará); Maurício de Almeida Abreu (Min. de Cultura); Carl Dahlman (Bird); Antonio Magalhães (Bird); Henry Uliano Quaresma (Min. de Cultura); Alberto Portugal (Embrapa); Solon Lemos Pinto (Min. de Planeamiento); Antonio Barros de Castro (UFRJ)