La leptina tiene ahora más importancia. Al margen de participar en la regulación del apetito y del peso, indicando al cerebro cuándo el organismo cuenta con poca energía almacenada y la hora de comer de nuevo, esta proteína actúa en el sistema reproductor femenino y está asociada a problemas tales como la pérdida de masa ósea en atletas, trastornos alimentarios e infertilidad, de acuerdo con una investigación realizada en el Centro Médico Diaconisa Beth Israel y en el Hospital General Massachusetts, ambos de Estados Unidos.
Con la reducción drástica de la grasa corporal –luego de una dieta severa, debido a al ejercicio o por trastornos alimentarios–, el organismo sufre un desequilibrio energético y la menstruación se detiene, los ovarios dejan de funcionar y los niveles de hormonas sexuales caen vertiginosamente. Este descubrimiento, publicado en el New England Journal of Medicine del 2 de septiembre, interesa especialmente a tres grupos de mujeres con bajos índices de grasa corporal: las que son extremadamente delgadas, con problemas de infertilidad, las atletas competitivas y las bailarinas, cuya silueta fina las expone al riesgo de sufrir osteoporosis, y las víctimas de trastornos alimentarios como la anorexia.
En el marco de este estudio, atletas con un 40% menos de grasa que las mujeres comunes fueron tratadas con leptina. Esta proteína, producida en el tejido adiposo y secretada en el torrente sanguíneo en niveles proporcionales a la cantidad de energía almacenada, llega al cerebro e informa el stock de energía disponible –y de esta manera regula el metabolismo, la reproducción y el mantenimiento de los huesos. Los resultados del tratamiento sorprendieron: los niveles de hormonas sexuales subieron, los ovarios volvieron a funcionar y la menstruación se regularizó.
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