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Tecnociencia

Una rodilla electrónica ayuda a evitar tropiezos

Una rodilla artificial con control hidráulico y neumático accionado por un microprocesador, capaz de responder a la fuerza y la velocidad impuestas por el usuario. Tal la más reciente prótesis lanzada al mercado británico. Producida por la empresa inglesa Blatchford, esta rodilla hecha en compuestos de fibra de carbono tiene gran resistencia, es liviana y se adapta fácilmente a los terrenos irregulares.

Es posible programarla por control remoto, tarea ejecutada por el propio usuario allí donde se encuentre, facilitando actividades tales como subir escalones y rampas, y acelerar o disminuir el paso. Un detalle hace que la prótesis sea especialmente útil: una programación destinada a impedir tropiezos. De este modo, nuevos usuarios de la prótesis o portadores con grandes dificultades para moverse adquieren paulatinamente la confianza necesaria para usar el aparato.

Esta facilidad favorece la función de los músculos de sostén de la pierna mecánica, mejorando también las articulaciones. Las pruebas muestran que, con el correr del tiempo, el usuario se adapta bien a la prótesis y empieza caminar de manera natural. La rodilla tiene sensores y controles electrónicos que reaccionan a los movimientos del cuerpo cuando el dueño pisa en los más variados tipos de superficie, reproduciendo la cadencia normal del paso. (London Press Service)

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