¿Se pueden contar las ideas humanas, para saber si son finitas o infinitas? Por más exótico que parezca, ése es el plan del profesor Darryl Macer, de la Universidad de Tsukuba, Japón. En un artículo reciente (publicado en la edición de diciembre del Eubios Journal of Asian and International Bioethics), Mecer defiende la creación de un proyecto de mapeamiento del intelecto humano, y convoca a los interesados a participar de un congreso que se realizará en Japón en febrero de 2003 (información en el sitio www.biol.tsukuba.a.c.jp/~macer/index. html). Macer cree que, si definimos que una idea es la concepción mental de un objeto –ya sea éste físico, psicológico o producto de experiencias sensoriales–, y teniendo en cuenta que el número de objetos existentes en el mundo es limitado, las ideas también lo serían.
Esta hipótesis, lógicamente, tiene diversas implicaciones. En una carta enviada a la revista Nature (del 14 de noviembre), el investigador afirma que, en caso de que se compruebe que las ideas son efectivamente finitas, las afirmaciones nacionalistas, por ejemplo, perderán asidero. “¿Cómo podría una cultura afirmar la particularidad de sus valores”, pregunta, “si esos valores son tan solo variaciones de ideas presentes en todas las culturas?” Además, si las ideas no son más que respuestas a estímulos sensoriales y motores, no tiene sentido considerar que el pensamiento es un producto exclusivo de la racionalidad humana.
Macer recuerda que los elefantes visitan los huesos de sus antepasados, de la misma manera que los hombres visitan las tumbas de los suyos. En ese caso, el reverenciar a los muertos sería una idea universal y compartida por ambas especies. Por tal motivo, de acuerdo con las cuentas del científico, el hecho de descubrir cuántas y cuales de las ideas humanas son efectivamente universales ayudaría no solamente a superar los particularismos entre los hombres, sino también a entender las “ideas y pensamientos” de las otras especies.
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