El viejo y buen café que nos pone de pie a la mañana y nos quita el sueño en el trabajo es sospechado de ser una droga similar a la cocaína. De acuerdo con el estudio publicado en Nature (del 15 de agosto), a ejemplo de la cocaína, la cafeína ejercería su efecto estimulante alterando la bioquímica cerebral. Después de suministrarles a ratones normales una dosis de 7,5 mg de cafeína – el equivalente a tres pocillos de café para un hombre de 65 kilos –, los investigadores observaron una intensa actividad en los animales durante un período de 100 minutos. En tanto, en ratones genéticamente transformados (desprovistos del gen DARPP-32, que desempeña un papel importante en la drogadependencia) fue preciso duplicar la dosis para obtener el mismo nivel de actividad.
Los resultados son similares a los de un estudio realizado anteriormente con la cocaína. “La cafeína es la droga de uso recreativo más difundida en el mundo”, dice James Bibb, profesor de psiquiatría de la Universidad de Texas, Estados Unidos, y uno de los autores del estudio. “Sabemos poco acerca de cómo actúa ésta en el cerebro y qué efecto tiene cuando es consumida como café express o en dosis menores, en refrescos y tés. Pero se sabe que causa euforia, mejora la intelección y el desempeño y genera dependencia.”
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