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Especial

A la vanguardia de la investigación

La Unicamp conquista espacio

Los recursos del Programa de Infraestructura de la FAPESP financiaron las reformas y la modernización de los laboratorios del Instituto de Química de la Universidad del Estado de Campinas (Unicamp). Las inversiones, por un total 5,340 millones de reales, garantizaron las condiciones adecuadas para el desarrollo de la enseñanza y de investigaciones importantes con aplicaciones en las áreas de medio ambiente, telecomunicaciones y medicina, entre otras. El Laboratorio de Química de Estado Sólido, por ejemplo, cuenta con un área de investigaciones totalmente modernizada.

Sus instalaciones están equipadas con grifos de acero inoxidable, armarios debajo de los bancos con ruedas, para facilitar el acceso a la red hidráulica y eléctrica, bancos ergonómicas, líneas de gases y tuberías estandarizadas y sala con temperatura y humedad controladas. La parte eléctrica recibió una atención especial, ya que las investigaciones utilizan hornos de hasta 1.700ºC para la fusión de vidrios y cerámicas especiales. “Necesitábamos una línea eléctrica específica (de 50KVA), independiente de la usada para las computadoras y equipos electrónicos más sensibles”, relata el coordinador del laboratorio, Oswaldo Luiz Alves.

Existía, además, la necesidad de reubicar esos hornos instalados en un laboratorio de enseñanza, por lo que solo podían ser usados por la noche, los fines de semana o en horarios no ocupados por los alumnos, y garantizar que éstos operasen de acuerdo con las normas de seguridad. “Trabajamos con óxidos de azufre y gas sulfídrico que pueden causar reacciones alérgicas e incluso una seria afección del aparato respiratorio”, justifica Alves. La instalación de campanas con flujo laminar proporcionó la ventilación necesaria.

Después de las reformas, varias investigaciones importantes pudieron ser realizadas en este laboratorio que actualmente integra el Centro de Investigaciones en Óptica y Fotónica, uno de los diez Centros de Investigación, Innovación y Difusión (Cepids) mantenidos por la FAPESP. El laboratorio estudia, por ejemplo, el desarrollo de materiales porosos para el retiro de colorantes que son desechados en los efluentes por empresas de tintes de tejidos, y que pueden perjudicar al medio ambiente, y tecnologías de depósito de películas sobre sustratos vítreos (films finos), que pueden ser usados como sensores para gases de contaminación en situaciones industriales.

Investiga también la utilización de partículas nanométricas que le confieren al vidrio propiedades ópticas no lineales o efectos cuánticos, de utilización en telecomunicaciones rápidas. “Además del aumento de la motivación, el Infra le proporcionó al equipo un laboratorio de nivel internacional, aumentó nuestra competitividad con relación a otras universidades y suscitó el interés de investigadores extranjeros”, afirma Alves.

Área mayor
El Programa también benefició a alumnos e investigadores del Laboratorio Thomson de espectometría de masas del IQ-Unicamp. Su coordinador, Marcos Nogueira Eberlin, recuerda que, antes de las reformas, las condiciones de trabajo creaban, muchas veces, situaciones problemáticas. En un área de solo 50m2, investigadores y alumnos se turnaban en un único espectómetro. Hoy, con un área casi cinco veces mayor, de 240m2, utilizada solamente para investigaciones, y un nuevo laboratorio totalmente estructurado, el equipo puede dedicarse al desarrollo y aplicación de nuevas técnicas para la resolución de problemas analíticos de contaminates en agua, suelo y aire y de existencia de metabolitos en fluidos biológicos, solamente para citar algunos ejemplos.

La infraestructura adecuada posibilitó la instalación del primer espectómetro concebido para ser un pentacuadrupolar (acopla espectómetros de masas de triple fase – tres análisis de masas). Se trata de un aparato más sensible, que permite multiplicar la potencialidad de uso del equipamiento y realizar una mayor cantidad de experimentos, explica Eberlin. “Pudimos salir al frente en la investigación básica de mecanismos de reacciones. Actualmente desarrollamos nuevas técnicas para la determinación de la homocisteína – un aminoácido de la sangre -, que puede reemplazar con ventajas a las tradicionales dosis de colesterol”, cuenta Eberlin. El equipo también está investigando nuevas técnicas de monitoreo de reacciones químicas en medio acuoso (análisis de compuestos orgánicos en agua).

El laboratorio mantiene asociaciones con varias universidades de São Paulo y de otros estados, y cooperación con grupos de investigaciones de Dinamarca, Finlandia y Estados Unidos. Junto con la Universidad de Purdue, en Indiana (EE.UU.), por ejemplo, están siendo realizados trabajos con biomoléculas, basados en el descubrimiento del proceso de selección natural de aminoácidos quirales.

El Laboratorio de Productos Naturales, Síntesis y Aislamiento, donde trabajan cinco profesores, no pasaba por refacciones desde su construcción, en 1972. Según Anita Jocelyne Marsaioli, solo la estructura estaba intacta. Los recursos del Programa de Infraestructura permitieron la reforma de sus instalaciones, en un área de 300 m2, y el desarrollo de investigaciones importantes. “Una de nuestras alumnas de posdoctorado recibió recientemente mención honorífica del premio Mário Covas por sus investigaciones del filtro solar con acción anticáncer in vitro“, revela Anita.

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