Dos agencias de financiamiento a la investigación de Estados Unidos están invirtiendo 2,22 millones de dólares en fitorrecuperación –plantas que absorben productos tóxicos del suelo y del agua. En Brasil, Márcia Bragato, dirigida por Omar A. El Seaoud, ambos del Instituto de Química de la Universidad de São Paulo, desarrollaron un esquema sencillo, versátil y económicamente viable para la descontaminación del suelo. Se retira el suelo contaminado para poder tratarlo sin contaminar la napa freática. Esta tierra es lavada con una mezcla biodegradable (microemulsión) compuesta por aceite vegetal, agua y un tensioactivo (una especie de detergente). “Utilizamos aceites vegetales brasileños (babaçu, coco y dendê), para confeccionar un agente descontaminante”, explica Seaoud.
Luego del lavaje, el suelo es separado de la microemulsión, lavado con agua y recolocado en el lugar de origen. En una segunda etapa, la microemulsión es separada y reciclada, y lo que sobra, la parte aceitosa que contiene contaminantes, puede ser biodegradada o incinerada. Aunque haya proyectos similares en Europa y en Estados Unidos, los aceites vegetales brasileños poseen composiciones químicas favorables, y la descontaminación es realizada a temperaturas muy similares a las del ambiente. La investigación ya ha sido concluida en laboratorio en la USP, y ahora será probada a escala piloto, afirma el investigador.
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