Imprimir Republish

EPIDEMIOLOGÍA

Alrededor 400.000 personas murieron en 2022 en Brasil debido a problemas cardiovasculares

Los infartos de miocardio y distintas formas de accidentes cerebrovasculares responden por el 76 % de los casos

Science Photo Library / FotoarenaImagen obtenida mediante rayos X (angiografía) muestra en detalle las arterias de un corazón sanoScience Photo Library / Fotoarena

Las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte en Brasil. Tras un breve lapso en que perdió el liderazgo en 2021 a manos del covid-19, que ese año mató a 411.000 personas, las enfermedades cardíacas y del sistema circulatorio recuperaron la delantera. Según los datos del último informe “Carga Mundial de Enfermedades y Factores de Riesgo Cardiovasculares”, publicado en diciembre de 2023 en la revista médica Journal of the American College of Cardiology, un conjunto de 18 enfermedades cardiovasculares se cobró la vida de unos 400.000 brasileños en 2022, una cifra similar a la del total de fallecidos en el peor año de la pandemia del nuevo coronavirus.

El informe forma parte de un estudio más amplio denominado Carga Mundial de Enfermedades (GBD, por sus siglas en inglés), que cuenta con la participación de más de 10.000 investigadores, brasileños inclusive, y que desde 1990 registra la evolución de 371 causas de muerte y 88 factores de riesgo asociados a ellas en todo el mundo. En la edición de 2023 del documento sobre enfermedades cardiovasculares, los datos correspondientes a Brasil incluyen también los de Paraguay, que entonces tenía 6,1 millones de habitantes, lo que corresponde a aproximadamente un 3 % de la población brasileña.

En ambos países, los dos únicos miembros de la subregión denominada América Latina Tropical en el GBD, las enfermedades cardiovasculares acabaron con 408.000 personas en 2022, un incremento del 48,4 % en comparación con las 275.000 muertes de 1990, período en el que la población de ambos países creció un 35,6 %. A nivel mundial, las muertes por enfermedades cardiovasculares aumentaron algo menos, un 39,4 %, pasando de 12,4 millones en 1990 a 19,8 millones en 2022, mientras que la población mundial, en el mismo lapso, creció un 51 %. En la página web del GBD pueden consultarse las cifras unitarias de cada país hasta 2019.

Tan solo dos problemas respondieron por una amplia mayoría (el 76 %) de las muertes en 2022 en América Latina Tropical: el infarto de miocardio y las distintas variantes de accidentes cerebrovasculares (ACV). Hubo 170.500 defunciones por problemas cardíacos y 138.400 por ACV. “Las cifras absolutas de fallecidos aumentan porque la población está creciendo y las personas viven más”, explica el médico y epidemiólogo Paulo Lotufo, de la Universidad de São Paulo (USP), uno de los colaboradores del GBD.

A pesar del aumento del total de casos debido al crecimiento y envejecimiento de la población, la situación viene mejorando en gran parte del mundo y el número relativo de muertes por enfermedades cardiovasculares ajustados por edad, un recurso estadístico que permite comparar datos de poblaciones con estructuras etarias diferentes viene disminuyendo en estas tres últimas décadas. En Brasil, el descenso fue de un 55,6 %: de 356 muertes por cada 100.000 personas en 1990 a 158 por cada 100.000 en 2022. En el resto del planeta, la merma fue de un 35 %. Pasó de 358 decesos por cada 100.000 en 1990 a 233 por cada 100.000 en 2022.

Alexandre Affonso / Revista Pesquisa FAPESP

“Hasta la década de 2000, los infartos y los ACV competían como la principal causa de muerte en los estados brasileños. El diagnóstico y el control de la hipertensión arterial hicieron que la tasa de mortalidad por ACV disminuyera más que la de muertes por infarto”, dice la cardióloga Luisa Brant, de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), también colaboradora del GBD. El porcentaje de muertes por ictus en cada grupo de 100.000 personas pasó de 138 en 1990 a 58 en 2019, un descenso del 58 %. El de los infartos se redujo un 52,5 % en el mismo período, de 158 a 75.

Aunque la hipertensión es el factor de riesgo principal para ambos problemas, otros trastornos metabólicos como la diabetes no controlada y los altos niveles de colesterol, frecuentes entre la población brasileña, propician los casos de infarto, que siguen siendo la principal causa de muerte en todos los estados brasileños, explica la investigadora.

Sin embargo, las mejorías que han venido registrándose en estos últimos 30 años son dispares. “En la década de 2000, la mortalidad era mayor en los municipios más grandes y ricos, que acapararon las políticas para hacer frente a los factores de riesgo y ampliaron el acceso a la atención de urgencias”, dice Brant. “A medida que las ciudades han ido creciendo, las personas adoptaron un estilo de vida más sedentario y pasaron a consumir alimentos de menor calidad. Estamos observando una migración de los casos de los estados del sudeste y de las grandes capitales hacia el norte y el nordeste, como así también a municipios periféricos, con menor acceso a los servicios sanitarios”, concluye.

Aunque la incidencia de las enfermedades cardiovasculares es más alta entre los adultos mayores, los expertos afirman que no constituyen una característica natural del envejecimiento. Por el contrario, serían una consecuencia de los daños provocados por hábitos acumulativos y poco saludables a lo largo de los años: el fumar, el consumo de bebidas alcohólicas, dormir mal, el sedentarismo, el sobrepeso, la falta de control de la diabetes y la hipertensión, figuran entre los principales factores de riesgo para el desarrollo de problemas cardiovasculares.

“Un individuo que pasa un año con presión alta tendrá un cierto riesgo de sufrir un infarto. Si no se cuida de manera acorde, al cabo de 20 años, el riesgo se vuelve mayor cuando se suman el envejecimiento natural de las arterias y diversos factores de riesgo y exposición, que se asocian negativamente y causan daños”, explica el cardiólogo e investigador André Durães, de la Universidad Federal de Bahía (UFBA), otro de los miembros del GBD. “Para que las estrategias de salud pública surtan efecto y reduzcan las muertes por problemas cardiovasculares, es necesario combatir cada uno de los principales factores de riesgo. Para ello, se necesita ampliar el acceso a la atención primaria de la salud, que aún no es universal, y concientizar a las personas para que adopten un estilo de vida más saludable, incluyendo una dieta equilibrada y la práctica de actividades físicas”, sostiene.

Artículos científicos
MENSAH, G. A. et alGlobal burden of cardiovascular diseases and risks, 1990-2022Journal of the American College of Cardiology. dic. 2023.
MENSAH, G. A. et alA heart-healthy and stroke-free world: Using data to inform global action. Journal of the American College of Cardiology. dic. 2023.

Republicar