BRUNO NOGUEIRALa Investigación de Innovación (Pintec) de 2011, divulgada en diciembre por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), muestra que el resultado del esfuerzo de innovación de las empresas brasileñas, medido por el perfeccionamiento de procesos y el lanzamiento de productos resultó menor en el período 2009-2011, en comparación con los datos registrados entre 2006 y 2008. En un espectro de 128.699 empresas estudiadas, de los sectores industriales, de servicios y de electricidad y gas, el 35,7% de ellas lanzó productos o implementó procesos considerados novedosos o bastante mejorados. En el trienio anterior, el porcentaje de empresas innovadoras llegó a un 38,1%. Si se toma a las industrias por separado, que representan casi el 90% de la muestra, las innovadoras representaron el 35,6% del total de la Pintec 2011, una cifra menor que el 38,1% registrado en el estudio de 2008. “Las condiciones macroeconómicas, que eran más favorables durante el período de la Pintec anterior, entre 2006 y 2008, se deterioraron en 2009 y parecen haber situado a las empresas en un ambiente adverso”, dice el director de la Pintec, Alessandro Pinheiro. La apreciación de este cambio también puede haber influido en los resultados de algunos sectores. “En las industrias textiles, siderúrgicas y del papel se registra una queja con respecto a la desarticulación de las cadenas productivas provocada por la competencia de China”, sostiene Pinheiro.
Como contrapartida, la Pintec 2011 también revela que la articulación y la inversión en innovación del sector privado mejoraron durante el último período, lo cual habilita a esperar mejores resultados en el futuro. En el caso de las industrias, por ejemplo, los gastos en actividades internas de Investigación y Desarrollo (I&D) en relación con los ingresos netos por ventas fueron del 0,71% en 2011, frente al 0,62% registrado en 2008. El apoyo del gobierno creció, así como el soporte de las políticas públicas a la innovación. Durante el período entre 2006 y 2008, el porcentaje de empresas industriales innovadoras que utilizaron al menos un instrumento de apoyo gubernamental fue del 22,8%. En tanto, durante el período entre 2009 y 2011, esa proporción creció hasta el 34,6%. El economista André Tosi Furtado, docente de la Unicamp, sostiene que los datos de la Pintec desmienten la percepción de algunos sectores con respecto a que los estímulos del gobierno a la innovación no surten efecto. “El gobierno está llegando a esas empresas. Queda claro que el incremento de las actividades internas de investigación y desarrollo en las empresas se encuentra relacionado con las políticas públicas”, dice, resaltando también ciertos datos como el crecimiento del porcentaje de industrias que cooperaron con algún tipo de asociado (un 10,1% en el período 2006-2008 frente a un 15,9% en 2009-2011) y las empresas que establecieron vínculos con universidades (un 13,4% ante un 16,7%).
Hubo un comportamiento desigual de los diferentes sectores de la industria en relación con la intensidad de la investigación y desarrollo, señala André Furtado. “Hay sectores que crecieron bastante y otros que incluso retrocedieron”, dice. En la industria extractiva, por ejemplo, los gastos en actividades internas de I&D en función de los beneficios netos por ventas crecieron de un 0,3% a un 0,4%, comparando la Pintec de 2011 con la de 2008. “Tal vez, en ese caso, no refleje un resultado de las políticas públicas, sino del crecimiento de las exportaciones”, analiza.
En otros sectores ligados a commodities, tales como la industria del papel y celulosa, el crecimiento del gasto subió del 0,29% al 0,42%. En sectores de intensidad tecnológica media también se registró un incremento significativo, dice el profesor. En la industria metalúrgica, fue del 0,21% y luego del 0,42%. “El acento negativo estuvo en la industria de alimentos, cuya inversión cayó del 0,24% al 0,12%”, acota. En tanto, en la industria de productos químicos creció del 0,55% al 1,11%, y lo más destacado en ese rubro fue la fabricación de jabones, detergentes, productos de limpieza, cosméticos, productos de perfumería y de higiene personal, que llegó al 3,68% de inversión en actividades internas de I&D en relación con los ingresos netos por ventas. La industria de cosméticos, una de las que más invierten en I&D en el país, es señalada como una pieza fundamental para ese desempeño.
“Las empresas se organizaron, contrataron investigadores e invirtieron mayores recursos en innovación, lo cual es algo altamente positivo. Sin embargo, debido a una serie de obstáculos, incluso hemos perdido competitividad”, dice Carlos Eduardo Calmanovici, presidente de la Asociación Nacional de Investigación y Desarrollo en Empresas Innovadoras (Anpei). Calmanovici llama la atención acerca del incremento del costo de la innovación. “Con la disputa empresarial por recursos humanos calificados para llevar adelante I&D, el costo de contratación se encareció”, afirma. “Esto, sumado a otros costos que afectan a las empresas de manera general, tales como los impuestos y la falta de infraestructura, provocó que las empresas inviertan más pero sin lograr resultados proporcionales a esa inversión”. Según los datos de la Pintec, la cantidad de investigadores que actúan en las industrias, entre profesionales con títulos de grado y de posgrado, fue de 37.737 en 2011 y creció un 29% en relación con la Pintec anterior. Es cierto que se amplió la muestra en cuanto a las industrias relevadas, aunque en una proporción menor: un 15,1%. Según revela la investigación, la queja por la falta de personal calificado creció en importancia en el ranking de obstáculos para la innovación. En el caso de la industria, este problema era el sexto de la lista en el período de 2003 a 2005. Para el período 2006-2008 pasó a ocupar el tercer puesto. En tanto, en la Pintec 2011 fue el segundo en importancia para la industria: un 72,5% de ellas le atribuyó una importancia alta o mediana a la carencia de personal calificado, un problema tan sólo superado por el costo de innovar, señalado por el 81,7% de las empresas del mismo segmento.
Contradicciones
Para el director científico de la FAPESP, Carlos Henrique de Brito Cruz, los resultados de la Pintec reflejan las contradicciones de las políticas brasileñas en el campo de la innovación. “Por un lado, la mano izquierda de esas políticas le ofrece a las empresas programas de apoyo y de estímulo a la innovación como nunca lo hizo antes”, sostiene, en referencia a los programas de subvención económica de la Finep, a los programas de la FAPESP de asociación con empresas, a los programas de innovación en pequeñas empresas y a los convenios de la Finep con las fundaciones estaduales de apoyo a la investigación científica. “En tanto, la mano derecha del gobierno dificulta o hace imposible el uso de esos instrumentos por parte de las empresas, dado que éstas se topan con obstáculos macroeconómicos. Las reglas económicas son inestables, cambian con frecuencia, dependiendo de lo que necesite hacer el gobierno para controlar la inflación. Las empresas también afrontan el costo Brasil, que se traduce en infraestructura precaria y costo laboral. Los efectos de tales impedimentos son mayores que los efectos de los estímulos”, sostiene Brito Cruz. Todo esto, señala, dificulta la búsqueda de la innovación en el ámbito empresarial brasileño.
“Hay empresas que han adoptado estrategias para innovar y han logrado avanzar. Otras, también tenían estrategias, pero debieron reducirse. Un ejemplo clásico es Petrobras, que comenzó a enfrentar problemas de caja. La Pintec refleja esas contradicciones”, afirma. Brito Cruz señala que el gasto empresarial en I&D, como porcentaje del PIB, descendió en comparación con el año 2000. Ese año, el gasto empresarial era del 0,5%. En 2011, osciló a un 0,48%. “Existen una diferencia entre los que ocurre en São Paulo y en los demás estados del país. En São Paulo, el porcentaje creció de un 0,8% al 1%, en el resto de Brasil, cayó del 0,34% al 0,23%. Y en la FAPESP notamos un aumento del interés de las empresas por las actividades de investigación y desarrollo cooperativas con universidades, incluso con un sustancial avance cualitativo hacia proyectos más audaces y de larga duración”, sostiene. La publicación Indicadores de ciência, tecnologia e inovação de la FAPESP proyectaba para 2011 una cifra de gastos en actividades internas de I&D de las empresas brasileñas por valor de 19.855 millones de reales. La cifra registrada por la Pintec estuvo muy cerca de esa proyección: 19.545 millones de reales. “Sabemos que existe una relación entre el gasto de I&D y la conformación bruta de capital fijo, y la adoptamos en la metodología de cálculo de nuestros indicadores”, dice Brito Cruz, refiriéndose al indicador que mide cuánto aumentaron las empresas sus bienes de capital. En tanto, las proyecciones de los Indicadores do Ministério de Ciência, Tecnologia e Inovação eran superiores a los datos recabados por la Pintec, con alrededor de 23.591 millones de reales para 2011.
El número de empresas que innovaron solamente perfeccionando sus procesos aumentó en relación con la Pintec anterior: eran un 15,3% del total y pasaron al 18,3% en 2011. En tanto, las empresas que innovaron tan sólo en productos, que eran un 6% del total en 2008, cayeron hasta un 3,9%. Las empresas que innovaron tanto en productos como en procesos se redujeron del 16,8% en 2008, al 13,4% en 2011. La merma en ese resultado afectó con mayor intensidad, por ejemplo, a las empresas mayores, aquéllas con más de 500 empleados. El porcentaje de firmas innovadoras en ese segmento descendió del 71,9% del total en 2008, al 55.9% en 2011. “Con la sobrevaloración del real en relación con el dólar en ese período, los sectores más sujetos a la competencia con productos importados fueron efectivamente los más afectados, lo cual comprometió principalmente a la innovación en productos”, analiza Calmanovici, de la Anpei.
La calidad de los datos
El economista João Furtado, docente de la Escuela Politécnica de la USP, contempla dos hipótesis posibles para los resultados consignados por la Pintec. La primera: como las áreas de innovación de las empresas se han estructurado mejor en los últimos años, también mejoró la calidad de los datos informados a la Pintec, lo cual pudo haber tenido impacto en el resultado, revelando una coyuntura menos favorable y más cercana a la realidad que las de las investigaciones anteriores. “Como la estructuración de los equipos de I&D implica la contratación de personal con mayores aptitudes, que controlan las propuestas y se dedican a esa función, es posible que las respuestas actuales posean mayor exactitud”, afirma. La segunda presunción señala que, pese a que tanto el esfuerzo gubernamental como el privado han crecido, el ambiente sigue siendo poco propicio para la innovación. “Nos gustaría creer que la ciencia posee la capacidad de impulsar el proceso de innovación, pero la principal fuente de innovación para la mayoría de las empresas radica en la percepción de los cambios en el mercado. Hay sectores que se volvieron extremadamente dinámicos porque el mercado consumidor aumentó”, dice Furtado, citando como ejemplo a la industria de los cosméticos. “Se trata de un sector que crece a tasas de dos dígitos desde hace más de 10 años, porque los más pobres comenzaron a consumir productos de esa naturaleza”, sostiene.
Según el profesor Furtado, la industria de los cosméticos también aporta un ejemplo simbólico de las dificultades para innovar. “Brasil es el segundo productor mundial de esmalte para uñas, pero no fabrica ni un sólo frasquito de vidrio para esmaltes, porque el costo de la energía hace inviable tal producción. ¿Cuál es el error en un país que precisa importar 700 millones de frasquitos?”, indaga. “El precio de la energía es uno de los problemas. Pero hay otros, como por ejemplo el costo de hacer investigación y desarrollo en las empresas, que es mayor en Brasil que en China o en la India”, dice.
João Furtado cree que a las políticas brasileñas de innovación les falta ambición. “En Corea del Sur, por ejemplo, el gobierno estableció metas ambiciosas, pensando en qué sectores de la industria el país podría asumir un liderazgo. En Brasil aún no ocurre nada parecido”, dice. Y cita un dato que se desprende de la Pintec, según el cual, un 65,4% de las innovaciones en productos de las empresas de electricidad y gas se realiza en asociación con otras empresas e instituciones de investigación, frente a un índice de tan sólo un 5,6% de las industrias. “El porcentaje es elevado porque la ley establece un gasto obligatorio en investigación y desarrollo para el sector eléctrico. Las políticas públicas cumplen un fuerte rol inductor en este caso, pero las inversiones se realizan en forma puntual, porque así lo determina la ley. Pero la estructura podría ser diferente. En lugar de atomizar los recursos produciendo innovaciones de bajo riesgo, parte del dinero se podría canalizar en 10 grandes proyectos de investigación en energía. La audacia y la articulación con el futuro serían distintas”, afirma.
Carlos Calmanovici, presidente de la Anpei, cree que los resultados de la próxima Pintec podrían resultar más favorables. “Algunos obstáculos, como la apreciación del real, han cedido, y ha surgido un programa ambicioso, intitulado Inova Empresa, de la Finep y del BNDES, con convocatorias públicas en sectores estratégicos”, afirma. Pero él vislumbra un agotamiento en la estrategia del gobierno federal de fomentar la innovación en las empresas, con la reducción de las fuentes de recursos del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (FNDCT). “Luego de 2014, el presupuesto del FNDCT perderá el 40% de sus recursos. La difusión de los resultados de la Pintec constituye un buen marco para plantear una reflexión profunda sobre este sistema de financiación”, sostiene.
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