El estudio intitulado “Superior Tribunal Militar (STM): entre el autoritarismo y la democracia” se abocó a demostrar de qué manera, pasados ya casi 20 años del final del régimen autoritario, los militares logran ejercer autonomía política en el aparato de Estado. “El mantenimiento de grados de autonomía política por parte de los militares, en diferentes intensidades, de acuerdo con cada país, es el precio que pagan los demócratas para asegurar la concordancia castrense en devolver el gobierno a los civiles”, afirman los autores del estudio, Jorge Zaverucha y Hugo Cavalcanti Melo Filho, investigadores del Instituto Universitario de Investigaciones de Río de Janeiro (Iuperj). Sin embargo, esa autonomía debe ser tan sólo temporal, si es que se anhela avanzar rumbo a una democracia plena. El artículo sostiene que, cuanto más autoritario o menos democrático es el país, mayor es el radio de acción de la jurisdicción militar. “La Justicia Militar, en estos casos, es empleada como un instrumento autoritario de control social por parte de la población civil”. El STM suele extrapolar los límites de acción de un órgano de la Justicia, restringido a la resolución de conflictos, para erigirse en instrumento de control de la vida social. “En materia penal, el STM se erige en brazo jurídico de los intereses institucionales de las Fuerzas Armadas”. En el artículo también se sostiene la idea de que Brasil se ubica en una zona política gris, donde no se avanza hacia una democracia sólida ni se regresa a la dictadura. “El STM es un típico ejemplo de ese hibridismo institucional, ya que posee tanto características democráticas como autoritarias”, subrayan.
Dados – Tomo 47 – nº 4 – Río de Janeiro – 2004
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