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TRAYECTORIAS

Barreras transpuestas

Ana Amália Barbosa, incluso sin poder caminar ni hablar, cursó el doctorado, sacó un libro sobre su experiencia con niños afectados por parálisis cerebral y realizó un posdoctorado

Anna Amalia: comunicación a través de un software especial y por medio de una tarjeta con letras y números

LÉO RAMOSAnna Amalia: comunicación a través de un software especial y por medio de una tarjeta con letras y númerosLÉO RAMOS

Su vista, un leve movimiento de la barbilla y un programa de computadora son los medios que utiliza Ana Amália Tavares Bastos Barbosa, de 49 años, artista plástica y educadora de arte para comunicarse. Desde que sufrió un accidente cerebrovascular (ACV) de tronco encefálico en 2002, quedó prácticamente sin movilidad en el cuerpo y sin habla. Pero conserva su memoria y su cognición. Así como también la necesidad de expresar sus sentimientos y sus pensamientos, tal como muestran las noticias posteadas en su blog que actualiza semanalmente, las obras que realiza en papel, pintando con la ayuda de un soporte plástico y las clases que imparte a niños con parálisis cerebral de la asociación Nosso Sonho [Nuestro Sueño], en el barrio de Perdizes, en São Paulo. Se trata del mismo barrio donde reside junto a su madre, Ana Mae Barbosa, docente jubilada de la Escuela de Comunicación y Artes de la Universidad de São Paulo (ECA-USP), y su hija Ana Lia, de 15 años, en un departamento repleto de libros y pinturas realizadas antes y después del ACV.

Tavares Bastos Barbosa se graduó en artes plásticas en la Fundación Armando Álvares Penteado (Faap) en 1991 y realizó cursos en el exterior: grabado y diseño en la Universidad Columbia de Nueva York, y de arte japonés en la Universidad de Texas. Impartió clases de artes visuales en la Universidad São Judas Tadeu y de inglés en el Centro Británico, una escuela de idiomas. Esos dos temas en conjunto, la enseñanza de arte y de inglés, constituyó el tema de su tesina de maestría, que defendió en la ECA. El día que debía presentar el estudio sufrió el ACV, a raíz del cual, quedó internada en el hospital durante cuatro meses.

Para retomar su carrera como artista plástica y educadora ella tuvo que reaprender a comunicarse. El primer instrumento que empleó, luego de que le practicaran adaptaciones, fue una tarjeta con símbolos, letras y números, que un acompañante lee en voz alta para que ella pueda manifestar sus deseos y entablar conversaciones por medio de guiños de ojo. Luego vino un programa de computadora desarrollado especialmente para ella por el Hospital Sarah Kubitschek, en Brasilia. El programa cuenta con un teclado virtual de barrido, que se maneja mediante un sensor colocado inmediatamente debajo del mentón. Con la ayuda de ese dispositivo, ella respondió a las preguntas del jurado que evaluó su tesis de doctorado en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de la USP, en mayo de 2012.

A pesar de todas las dificultades afrontadas, Ana Amália Barbosa dice que nunca abandonó sus proyectos porque le hizo una promesa a su padre, João Alexandre Costa Barbosa, escritor y profesor de literatura de la USP, antes de que éste falleciera, en 2006. “Le prometí a mi padre que nunca dejaría de estudiar”, dice con guiños rápidos. En la investigación de doctorado, realizada en la ECA, ella analiza el trabajo de artes visuales que desarrolló entre 2008 y 2010 con niños afectados por parálisis cerebral de la asociación Nosso Sonho. En el marco de su estudio, trabajó la relación del cuerpo en el espacio y en el desarrollo de la percepción de sentidos, tales como la vista, el oído, el tacto, el olfato y el gusto. “Antes, los niños rechazaban el contacto, ahora dominan sus cuerpos”, escribe ella con su barbilla en el sensor. La visita a espacios culturales, tales como el Instituto Tomie Ohtake, y a exposiciones, forma parte de su proyecto de inclusión cultural de esos niños.

La investigación que llevó a cabo para su tesis doctoral figura en el libro Além do corpo, uma experiência em Arte/ Educação (Editorial Cortez), que se presentó el 9 de junio. En la actualidad, Tavares Bastos Barbosa estudia la creación de una interfaz para que los tetrapléjicos puedan esculpir empleando una computadora y una impresora 3D en el marco de su posdoctorado en la Universidade Estadual Paulista (Unesp)

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