Como ingeniero y docente de la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo (Poli-USP), Benedito Braga se ha dedicado a extender el conocimiento técnico más allá de las fronteras académicas. Como presidente, desde 2012, del Consejo Mundial del Agua, es el artífice del Foro Mundial del Agua, que tendrá lugar en Brasilia del 19 al 23 de marzo, organizado por el Gobierno Federal de Brasil y el del Distrito Federal. Esta octava edición es la primera que tiene lugar en el hemisferio sur y la segunda en América (en 2006 se llevó a cabo en México).
En la Secretaría de Saneamiento y Recursos Hídricos, en la capital paulista, Braga –quien es secretario de estado de la gobernación paulista– subrayó la importancia de que el agua sea reconocida como un tema estratégico central. Al fin y al cabo, es un derecho de toda la humanidad, según lo determinó la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
¿Cuáles son sus expectativas al respecto del Foro mundial del Agua?
El foro incluye un Proceso Temático, en el que se discuten los temas relevantes desde un punto de vista técnico; un Proceso Político, que abarca desde alcaldes hasta jefes de Estado; y un Proceso Regional, entendiendo que es necesario tener en cuenta las situaciones de cada continente. En Brasil, también se creó un grupo para debatir sobre sostenibilidad. Ésta es la estructura del foro, que apunta a temas reales tales como el saneamiento, el tratamiento de residuos cloacales, el acceso al agua potable, su gestión urbana y la seguridad hídrica con la perspectiva de los cambios climáticos. También versará sobre la financiación de las obras que posibiliten que todos dispongan de acceso al agua potable, más allá de aumentar la resiliencia ante los cambios climáticos por medio de la construcción de embalses y represas. Sin olvidar la incidencia sobre los ecosistemas y la biodiversidad.
¿Cómo se garantiza un encuentro productivo entre técnicos, políticos y sociedad?
Los temas planteados en los procesos Temático, Regional y de Sostenibilidad quedan resumidos en cartas de compromiso. Todo el conjunto se envía al Proceso Político, donde se discute una declaración que indica lo que la clase política pretende en lo concerniente a la temática del agua.
¿Hay alguna manera de evaluar el éxito de las ediciones previas del foro?
Uno de los objetivos consiste en aumentar la conciencia de la clase política con respecto al agua. En el primero de los foros, que tuvo lugar en Marrakech, en 1997, participaron 400 personas. En el último, en Corea [2015], intervinieron 40 mil personas. Hubo jefes de Estado que asistieron al de Corea y también estuvieron en Francia [2012]. Considero que eso refleja la motivación de la clase política en lo concerniente a la temática del agua.
Desde un punto de vista técnico, ¿hay algunos temas o propuestas principales?
Aguardamos por formas innovadoras de financiación para resolver el problema de la infraestructura hídrica. En el ámbito de los cambios climáticos, imaginamos propuestas para que en las próximas COPs [Conferencias de las Partes] el agua sea un tema central y surjan recomendaciones para que no nos preocupemos tanto con la adaptación sino con brindar un alivio en el área de la energía. Tenemos que adquirir más resiliencia ante la situación actual. Como el foro está abierto a nuevas ideas, no sabemos que podría surgir. Esperamos que prospere ese debate en la gestión urbana del agua, inundaciones, residuos sólidos, vivienda, etc. El agua es inherente a todos esos sectores.
¿Y la energía? El funcionamiento de las hidroeléctricas depende del agua.
El agua no interviene en la generación de energía solamente en el caso de las centrales hidroeléctricas, sino también en la refrigeración de otros sistemas. Uno de los paneles de alto nivel, por ejemplo, debatirán acerca del nexo entre agua, energía y alimentación: cómo se desarrolla ese proceso a nivel de la cuenca hidrográfica, minimizando los conflictos por su utilización. El tema central del foro es “Compartir el agua”. Hay más de 260 cuencas hidrográficas compartidas por dos o más países. ¿Cómo se administra el agua que fluye más allá de las fronteras geopolíticas, cómo se puede compatibilizar la soberanía nacional con el uso compartido del agua? Evidentemente, cada Estado puede hacer lo que considere mejor en su territorio, pero esas acciones necesariamente impactan sobre los países que se ubican río abajo. Brasil dispone de la cuenca amazónica, en la cual estamos ubicados aguas abajo, y la cuenca del Plata, en la cual estamos aguas arriba. Hay que poner mucha atención para no tener un tipo de comportamiento aquí y otro allá.
¿Lo mismo ocurre con los acuíferos?
Exacto, el agua subterránea ofrece las mismas perspectivas.
¿Hay cierta tendencia a recurrir más al agua subterránea frente a su escasez?
El agua subterránea constituye una reserva estratégica. En el interior del estado de São Paulo, la gran mayoría de los municipios utiliza el agua de los acuíferos Botucatu y Bauru, que son muy generosos. Pero en ocasiones resulta más fácil construir un embalse sobre un arroyo y utilizar el agua directamente; la desventaja es que se requiere de un tratamiento más exigente, porque la misma está sujeta a la contaminación.
¿Hay negociaciones en cuanto a la privatización de los acuíferos?
No que yo sepa. La idea de la privatización es algo retórico; el agua es un bien público, eso está instituido en la Carta Magna. El municipio le concede a una autarquía pública o a una empresa privada el derecho de explotación del servicio de tratamiento del agua y alcantarillado. No me imagino la privatización de un acuífero como algo posible. Una empresa puede perforar un pozo y tener acceso al agua, pero su uso está regulado, y en el estado de São Paulo, eso le concierne al Departamento de Aguas y Energía Eléctrica.
¿Qué opinión le merece la movilización en torno a un Foro Alternativo?
Eso también ocurrió en Marsella, en Francia. Se trata de gente que tiene cierta ideología y quieren promover determinados puntos de vista. En Brasilia, el lema será “El agua no es una mercancía”. O sea, se refiere a la privatización del agua, eso que digo que no es posible. Aparentemente ellos están en contra de la injerencia del sector privado en las concesiones de los servicios de agua y saneamiento. Nosotros no adoptamos una postura en contra o a favor, muy por el contrario: cada uno defiende su postura y surgen debates.
¿El Consejo Mundial del Agua no tiene posturas definidas?
El consejo trabaja en la línea del foro, no desea imponer ningún punto de vista. Nuestro objetivo es motivar a la clase política para que se centre en la importancia del agua, pero no tenemos opinión en cuanto a la concesión de los servicios de agua y saneamiento. Tanto da que sean públicos o privados, lo importante es que sean eficientes. Somos productores de conocimiento en el área de la seguridad hídrica: brindamos ejemplos de los lugares del mundo que han hecho un buen trabajo aumentando la resiliencia a los cambios climáticos, tenemos publicaciones sobre los tipos de financiación que pueden utilizarse para la infraestructura hídrica, que se encuentran disponibles en el sitio web worldwatercouncil.org.
¿Podemos ser optimistas?
Creo que sí, estamos mucho mejor que antes. El estado de São Paulo, por ejemplo, superó en 2014 una crisis hídrica similar a la que actualmente atraviesa Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, por medio de la planificación, la infraestructura, las obras y los servicios que se han puesto en marcha. Además, la población redujo el consumo en un 15%.
¿Estaríamos preparados para otro 2014?
En efecto, lo estamos. Espero que eso no suceda, por supuesto. Hay tomadores de decisiones involucrados en este proceso que vislumbran en el agua un elemento fundamental para el desarrollo del territorio.