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Especial

Bibliotecas itinerantes

Campinas prueba un ómnibus para expandir la red

Los habitantes de la ciudad de Campinas -cerca de 1 millón de habitantes distribuidos en 850 barrios- disponen tan solo de cuatro bibliotecas públicas: la central, una infantil y dos bibliotecas de barrio, situadas en Vila Industrial y en el Distrito de Souzas. Con miras a la expansión de la red, un proyecto de la Pontificia Universidad Católica (PUC/Campinas), viabilizado por la FAPESP, identificará en dónde viven los lectores potenciales y qué género de lectura prefieren, suministrando así subsidios para que la Secretaría de Educación municipal estructure bibliotecas sectoriales en puntos estratégicos de la ciudad y de la periferia.

La región sudoeste de Campinas concentra la población que menos frecuenta las bibliotecas, de acuerdo con el pre-test realizado en la primera fase del proyecto. Al ser una región pobre, esto no fue sorpresa para Else Benetti Marques Válio, coordinadora del proyecto e investigadora que integra el programa de maestría en Biblioteconomía y Ciencia de la Información de la Facultad de Biblioteconomía de la PUC de Campinas. “Nuestro objetivo es promover la educación de los ciudadanos, llevándoles a todos posibilidades de lectura”, define.

En una etapa piloto do proyecto, dos ómnibus biblioteca recorrerán regularmente un itinerario que será definido por los investigadores de la PUC y por los funcionarios de la Secretaria de Educación involucrados en el proyecto. La municipalidad va a adquirir los ómnibus y la FAPESP los equipará con estanterías, libros (6 mil obras en cada uno) e incluso un conjunto de tres mesas con sillas -los habitantes podrán leer al aire libre, bajo un toldo.

Las bibliotecas ambulantes permitirán identificar espacios comunitarios que puedan albergar bibliotecas sectoriales. Los ómnibus solo estarán en las calles el año que viene. Hasta entonces, el proyecto definirá las preferencias de lectura y el mapeamiento de los barrios. El punto de partida es la situación concreta de los potenciales lectores. “Si son de una región industrial, vamos a suministrarles literatura relacionada”, dice Else. “Pero no dejaremos de respetar el gusto por la lectura en general, el simple placer de leer.”

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