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Cáncer cinco años después

Según un estudio efectuado en 71 países, Brasil registra sobrevida alta en tumores de próstata y baja en neoplasias infantiles

Lámina con muestras de tejidos utilizada para la identificación y análisis de tumores en el A.C.Camargo Cancer Center, en São Paulo

Léo Ramos Chaves

De cada 10 varones con cáncer de próstata en Brasil, nueve viven al menos cinco años luego del comienzo del tratamiento. Es un índice igual al de Alemania y cercano a los de Japón y Estados Unidos, que sólo quedan algo a la zaga de la isla de Chipre, en el Mediterráneo, donde prácticamente todos los pacientes con ese tipo de cáncer sobreviven más de cinco años. En el mismo estudio que detalla esos datos, publicado en la edición de enero de la revista The Lancet, Brasil figura con la menor tasa de sobrevida global en cáncer cerebral infantil: casi cuatro de cada 10 sobreviven cinco años, un resultado muy diferente al de Islandia, donde nueve de cada 10 viven más de cinco años.

Con resultados buenos y otros no tanto, Brasil figuró en una posición intermedia en la tercera versión del Concord, un programa internacional de monitoreo global de la sobrevida en cáncer coordinado por el epidemiólogo Michel Coleman, docente de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, quien analizó la sobrevida en cinco años de 37,5 millones de pacientes con cáncer en 71 países y territorios, entre 2000 y 2014. En ese estudio, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia presentaron la mayor sobrevida en cinco años para la mayoría de los 18 tipos de cáncer evaluados. Como es tendencia general a nivel mundial, la sobrevida aumentó, incluso en los tipos más letales, tales como el cáncer de hígado, de páncreas y de pulmón, aunque los contrastes entre los países siguen siendo acentuados.

En esos 15 años, la sobrevida en cinco años de las mujeres con cáncer de mama fue del 90,2% en Estados Unidos, de un 66% en la India y del 0% en Mali (África). En Brasil, entre 2000-2004 y 2010-2014, la sobrevida de los adultos con cáncer de páncreas se incrementó en un 141% y la de las mujeres con cáncer de mama en un 9,5%, mientras que la de los niños con cáncer cerebral decayó un 48% y la de adultos con cáncer de pulmón, un 20%.

“La sobrevida de los pacientes en los 18 tipos de cáncer está íntimamente relacionada con el índice de desarrollo humano de cada país y con el acceso al sistema de salud”, dice la epidemióloga Maria Paula Curado, investigadora del A.C.Camargo Cancer Center, de São Paulo, quien participó en el estudio. “En Brasil, para algunos tipos de cáncer, más del 70% de los casos se diagnostican en fase avanzada, lo que dificulta el tratamiento y merma las posibilidades de sobrevida”.

Brasil participó con información provista por seis ciudades –Aracaju, Cuiabá, Curitiba, Goiânia, Jaú (SP) y São Paulo– sobre un conjunto de 134.597 pacientes, el equivalente al 7,7% del total de pacientes con cáncer en tratamiento en el país. “Tendríamos que haber evaluado la sobrevida de al menos el 80% de los pacientes bajo tratamiento en Brasil”, informa Curado, quien creó y también administró, de 1988 a 2006, la base de datos de pacientes con cáncer en Goiânia. “La mayoría de las ciudades no suministró información porque los registros no estaban completos o no tenían calidad suficiente, lo que refuerza la necesidad de ayuda para los equipos responsables de los registros de cáncer sobre la base poblacional en el país”. De los 71 países partícipes, 41 aportaron datos nacionales y otros, como en el caso de Brasil, informes con bases menores.

“Necesitamos determinar las causas de la falta de acceso de la población a mejores formas de tratamiento y elevar nuestras tasas de sobrevida”, dice la epidemióloga Gulnar Azevedo e Silva, directora del Instituto de Medicina Social de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (Uerj) y una de las coautoras del artículo en The Lancet. “La sobrevida en cinco años de las mujeres brasileñas con cáncer de cuello de útero es de un 60%, pero debería ser más alta, porque es totalmente evitable; en Europa, hoy en día, es una afección rara”. De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer (Inca), en Río de Janeiro, casi 600 mil personas habrían recibido en 2016 un diagnóstico positivo de cáncer de cualquier tipo en Brasil. Cada año, esta enfermedad causa 225 mil muertes en el país.

Gulnar coordinó un estudio que salió publicado en 2016 en la revista PLOS ONE donde apunta que el 34,2% de los casos y el 42% de los decesos previstos para 2020 en Brasil, asociados a 25 tipos de cáncer, podrían evitarse, porque son corolario de factores relacionados con el modo de vida o el ambiente, tales como el tabaquismo, escaso consumo de frutas y verduras, exceso de peso, consumo excesivo de alcohol, infecciones y exposición permanente al sol y a la contaminación. El tabaquismo es responsable de alrededor del 30% de las muertes por cáncer, principalmente el de pulmón, que presentó una sobrevida en cinco años de un 8,5% en Brasil, bastante lejos de la sobrevida de un 32,9% que se registró en Japón.

Joel Silva/ Folhapress Mujeres aguardando para realizarse el examen en un ómnibus equipado con un mamógrafo en Barretos, una localidad del interior paulista, en 2003Joel Silva/ Folhapress

Oferta y demanda
Gulnar y la psicóloga y epidemióloga Jeane Glaucia Tomazelli, investigadora del Inca, evaluaron la atención médica a las mujeres con cáncer de mama –para el cual el Concord registró una sobrevida de cinco años en un 75% en Brasil y de un 90,2% en Estados Unidos– y verificaron que, pese al estímulo a la realización de mamografías, la oferta de servicios de diagnóstico y tratamiento en la red pública de salud es mucho menor que las necesidades de la población.

Tal como se detalla en un estudio publicado en 2017 en la revista Epidemiologia e Serviços de Saúde, con 27 mamografías por cada 100 mujeres, Brasil aún se encuentra bastante por debajo del índice recomendado de 50 exámenes de ese tipo por cada 100 mujeres. En el estado de Río de Janeiro, el 44% de los casos de cáncer de mama se diagnosticaron en etapa avanzada, aunque el 68% de las mujeres eran residentes de ciudades que ofrecían servicios médicos especializados en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. Las investigadoras comprobaron que, más allá de las recomendaciones del Ministerio de Salud (MS) para el control del cáncer de mama, todavía son escasos los sistemas de informaciones con el registro de las mujeres a las que se les solicita la realización de exámenes y un seguimiento a lo largo de dos años.

También se registran desigualdades regionales que dificultan el acceso al diagnóstico precoz y a la cirugía. De acuerdo con ese estudio, la región norte dispone de un mamógrafo para cada grupo de 100 mil mujeres, mientras que en la región sur hay dos para esa misma cantidad de mujeres. La región norte también es la que cuenta con menos profesionales especializados en cirugía de mama (102 por cada 100 mil mujeres), una vez más, en contraste con la región sur (244 por cada 100 mil).

“Si una mujer tiene una mamografía con sospecha de cáncer de mama”, dice Gulnar, “debería tener que esperar como máximo cuatro semanas para realizarse una biopsia que confirme el diagnóstico y otras cuatro para iniciar el tratamiento”. Para ella, es preciso una mayor agilidad y procesos continuos de reformulación y monitoreo de los resultados.

Una de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el control del cáncer que se anunciaron en mayo de 2017 es, justamente, la anticipación del diagnóstico y asegurar un tratamiento adecuado para aquellos tipos de cáncer potencialmente curables, como en el caso de la leucemia mieloide aguda infantil. La supervivencia en los casos de ese tipo de cáncer fue del 66% en Brasil, del 89% en Estados Unidos y del 91% en Alemania. “Debemos prevenir, diagnosticar y tratar inmediatamente”, dice Curado. “La chance de cura para un tumor en su etapa inicial es de un 90%, pero se reduce bastante para una fase más avanzada”.

Pérdidas económicas
En Brasil, cada muerte por cáncer genera una pérdida económica promedio de 176 mil reales (147 mil reales en el caso de las mujeres y 197 mil reales en el de los varones), de acuerdo con los datos que figuran en un estudio de enero de este año en la revista Cancer Epidemiology. Las pérdidas se calcularon con base en los ingresos promedio de las personas económicamente activas, con edades entre 15 y 65 años. Los 87 mil óbitos anuales prematuros por cáncer en Brasil generan pérdidas estimadas en 15 mil millones de reales, un equivalente al 0,21% del Producto Interno Bruto (PIB). “Si bien una parte de esa fuerza laboral se repone, el estudio muestra el impacto macroeconómico del cáncer, con la desaparición de personas que dejan de aportar a la economía con el rédito de su trabajo”, analiza la epidemióloga Marianna de Camargo Cancela, investigadora del Inca y coautora del estudio.

El estudio coordinado por la economista Alison Pearce, investigadora de la Academia de Tecnología de Sídney, en Australia, analizó al bloque de los BRICS, que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. En los cinco países, las muertes por cáncer derivan en pérdidas cuyo monto se calculó en 46.300 millones de dólares (alrededor de 150 mil millones de reales) por año.

Los fallecimientos a causa de cáncer de pulmón generaron las mayores pérdidas de productividad, principalmente en Rusia (1.000 millones de dólares) y en Brasil (500 millones de dólares). “Estamos verificando el efecto del tabaquismo que se remonta a 20 años atrás”, dice Camargo Cancela. “Las campañas no reducen la mortalidad de inmediato, porque el cáncer de pulmón se desarrolla con lentitud y tarda en manifestarse”.

Los autores del estudio sostienen que esos resultados indican que la prevención del cáncer y el acceso a mejores formas de tratamiento pueden impactar no sólo en la vida de la gente, sino también en la economía de los países donde viven.

Artículos científicos
ALLEMANI, C. et al. Global surveillance of trends in cancer survival 2000–14 (CONCORD-3): analysis of individual records for 37 513 025 patients diagnosed with one of 18 cancers from 322 population-based registries in 71 countries. Lancet. On line. 30 jan. 2018.
AZEVEDO E SILVA, G. et al. The fraction of cancer attributable to ways of life, infections, occupation, and environmental agents in Brazil in 2020. PLOS ONE. v. 11, n. 2, e0148761. fev. 2016.
TOMAZELLI, J. G. e SILVA, G. A. Rastreamento do câncer de mama no Brasil: uma avaliação da oferta e utilização da rede assistencial do Sistema Único de Saúde no período 2010-2012. Epidemiologia e Serviços de Saúde, v. 26, p. 713-24. out.-dez. 2017
PEARCE, A. et al. Productivity losses due to premature mortality from cancer in Brazil, Russia, India, China, and South Africa (BRICS): A population-based comparison. Cancer Epidemiology. v. 16, n. 53, p. 27-34. abr. 2018.

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