La motivación vino de un experimento hecho por investigadores de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) que produjeron pequeños ratones domésticos transgénicos, capaces de liberar en la leche el factor estimulante de colonias de granulocitos humanos (hG-CSF). El hG-CSF induce a la producción y maduración de células de defensa, en especial neutrófilos, y ha sido usado para compensar la disminución de neutrófilos en terapias contra el cáncer y regenerar áreas del corazón post-infarto. En la Universidad Estadual de Ceará, un equipo trató de producir hG-CSF en mayor cantidad de una sola vez, lo que exigió un animal mayor: cabras, más simples para lidiar que las vacas. Con equipos de la Academia de Ciencias de Rusia y de la UFRJ, Vicente Freitas indujo la ovulación en 24 cabras de la raza saanen (Anales de la Academia Brasileña de Ciencias). Recuperó 129 embriones, que recibieron el gen de hG-CSF y fueron transferidos a 27 cabras. Nacieron 12 crías –una es transgenica, un chivito llamado Carlos, nombre de un alumno de iniciación científica. “Un macho transgénico puede rápidamente formar un rebaño transgénico”, dice Freitas, que cree que ese sea el primer caprino transgénico de América Latina. Estudios muestran la factibilidad de producir medicamento en la leche de animales.
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