Sidney Harris jamás tuvo una educación formal en ciencia y tampoco suele mantener contacto con científicos. Pero los dibujos animados de humor que viene produciendo en los últimos 40 años capturan el alma de cuestiones con las que los investigadores de diferentes áreas lidian todos los días.
Nacido en 1933 en Brooklyn, el barrio más populoso de Nueva York, Harris no sabía qué profesión seguir durante la facultad y decidió intentar ganar algún dinero haciendo humor. En lo que considera un golpe de suerte, descubrió que algunas revistas compraban trabajos de freelancers. Para mi sorpresa, había muchas publicaciones que compraban cómics y se me ocurrió que yo podía diseñar un cartoon más rápidamente que escribir un artículo o una historia humorística, contó Harris años atrás, en entrevista a la revista Ciencia Hoje. Parece que la estrategia funcionó. Al final de cuentas, de allá para acá ya produjo más de 27 mil cómics, varios de ellos publicados en los más importantes periódicos y revistas estadounidenses como The Wall Street Journal y The New Yorker.
Por muchos años sus dibujos no abordaron específicamente ciencia. Alrededor de 1970 él se encontró con la dirección de la American Scientist, una revista de divulgación científica, y decidió mandar algunos cómics para la evaluación de los editores. En casi cuatro décadas, Harris puso en placa sus dibujos en revistas de divulgación científica, como ejemplo, de la Discover y de la Physics Today, y también en revistas científicas como la Science, una de las más respetadas del mundo, que publicó sus historietas por casi cinco años hasta 1992. Oí un rumor de que a un editor de allá no le gustaban los cómics y decidió que ellos deberían ser eliminados de la revista. Espero ahora por el día en que también él sea eliminado de la revista, dijo Harris a Ciencia Hoje.
Ahora el trabajo de Harris llega al Brasil en la colección La ciencia ríe, lanzada en octubre por la Editora de la Unesp. La idea de producir una versión en portugués fue del editor Jesus de Paula Assis, que años atrás se encantó con el trabajo de Harris después de leer uno de sus libros y comprar todos los que estaban disponibles por internet. A pesar de no tener formación científica, comenta Assis, Harris identifica problemas de historia, método y de sociología de la ciencia mejor que muchos sociólogos con carnet.
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