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Neurociencia

Ciencia con misión social

Un plan para la implantación de 11 instituciones en moldes similares sigue a la inauguración del Instituto de Neurociencia de Natal

Algunos de los más relevantes y avanzados temas de investigación en neurociencia en marcha en diferentes partes del mundo fueron presentados en el marco de una programación intensa durante el II Simposio Internacional de Neurociencia de Natal, del  23 al 25 de febrero pasado. Las perspectivas de desarrollo de robots de alto interés en la neurociencia, por ejemplo, con comportamiento cada vez más cercano al humano, fueron mostradas por el investigador japonés Gordon Cheng, director del  Departamento de Robótica Humanoide y Neurociencia Comportamental del Instituto Internacional de Investigaciones Avanzadas en Telecomunicaciones (ATR).

La  institución con sede en Kyoto, Japón, integra una red internacional de centros de investigación  en neurociencia que, entre varios objetivos, tiene el de desarrollar prótesis neurales basadas en la interfaz cerebro/máquina, capaces de desarrollar a personas mutiladas, o con los movimientos comprometidos por graves enfermedades neurológicas, motilidad y sensibilidad. Dicho de otra forma, Cheng, un de los 30 convidados extranjeros para el simposio de Natal, trabaja en la búsqueda de robots o miembros robóticos más perfectos, finamente controlados por la actividad eléctrica del  cerebro, en colaboración la distancia, más estrecha, con el laboratorio del neurólogo brasileño Miguel Nicolelis en la Universidad Duke, en los Estados Unidos, y ahora también con el Instituto Internacional de Neurociencia de Natal, proyectado e implantado bajo el liderazgo de este científico (lea en Pesquisa FAPESP, edición 132).

De otra manera, los datos festivos, musicales, relativos a la inauguración del instituto, en el primer día y en la clausura del simposio  que consiguió reunir en un fin de semana, dentro de un auditorio, cerca de 400 personas de todo  Brasil, dieron la dimensión política de lo que estaba ocurriendo  allí, en paralelo al denso contenido científico del  evento.

Así, en el comienzo de la tarde del viernes, después de las cinco conferencias de la parte de la mañana que habían dado inicio a los trabajos del simposio, se destacaban al frente de la platea el presidente del Banco Central de Brasil, Henrique Meirelles, el presidente de la Financiera de Estudios y Proyectos (Finep), Odilon Macuzzo do Canto, y la presidente de la Fundación Safra, Lily Safra. Antes de llamarlos al palco del auditorio, Nicolelis leyó fragmentos de una   carta del presidente de la República, Luís Inácio da Silva, enviada especialmente para la ocasión. Lula destacaba la vertiente social del proyecto del instituto, que a la par del centro de investigaciones avanzadas involucra un centro de educación para jóvenes y un instituto de salud materno-infantil, y enfatizaba que por varias razones, inclusive la capacidad de movilizar recursos públicos y privados, nacionales y de fuera, el emprendimiento liderado por Nicolelis estaba trayendo para este país nuevas maneras de hacer ciencia.

Decía por fin su deseo de que el instituto de Natal fuese solamente el primero de muchos similares. Eso sonó como una especie de bendición oficial para el ambicioso plan del científico de implantar, en regiones carentes del país, 11 institutos más en el modelo del de Natal, en diferentes áreas del conocimiento, comenzando por biotecnología y energía. ¿Recursos para eso? No es un problema, será posible levantarlos, garantiza el autor de la idea. Fue un emocionado Nicolelis el que se presentó al público durante la lectura de la carta y que destacó, en seguida, el sentido especial que tiene para los investigadores brasileños que están lejos del país el poder retornar a casa y devolver en la forma de emprendimientos científicos buena parte de lo que allá afuera aprendieron y conquistaron. Fue ahí que él anunció también que la nueva institución  pasaba a  llamarse Instituto Internacional de Neurociencia de Natal Edmond y Lily Safra.

Responsable, vía Fundación Safra, por una significativa donación financiera privada para el instituto, que todo indica no tiene precedentes en el ambiente de producción científica nacional, doña Lily, viuda del banquero Edmond Safra, afirmó en su breve discurso que estaba en aquel evento celebrando dos de sus pasiones. En primer lugar, apoyar la neurociencia a través de proyectos en el mundo entero ha sido una de mis prioridades hace mucho tiempo, afirmó. Más adelante dijo que el proyecto también la  atrajo por abrazar  otra causa prioritaria en mi vida buscar medios innovadores para traer los beneficios de una educación y del aprendizaje de las ciencias para la juventud desposeída.

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