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LEGISLACIÓN

Científicos se organizan y modifican un proyecto de ley sobre los meteoritos que caen en Brasil

La propuesta exige que se envíe una parte de esas rocas espaciales a institutos de investigación nacionales

Un meteoro atraviesa el cielo en Patos de Minas (Minas Gerais) en enero de 2022. Aunque el suceso puede haber generado meteoritos, hasta la fecha no se han localizado fragmentos

Observatorio IDS

En agosto de 2020, la astrónoma Maria Elizabeth Zucolotto, del Museo Nacional de Río de Janeiro, recibió un llamado telefónico del coleccionista de meteoritos brasileño André Moutinho para informarle que una lluvia de estas rocas espaciales había caído sobre el municipio de Santa Filomena (Pernambuco). Pese a las restricciones a causa de la pandemia de covid-19, la investigadora, curadora de la colección de meteoritos del museo, logró viajar hasta esa ciudad. Fue testigo de una auténtica cacería de estas rocas espaciales, en la que participaron activamente los lugareños, que buscaban fragmentos para vendérselos a los traficantes de meteoritos brasileños y extranjeros que se apersonaron en el lugar.

El dueño de un bar local le contó que había guardado un meteorito que atravesó el techo de su casa. Zucolotto le propuso comprárselo, pero el comerciante se negó; luego se enteró de que el cazador de meteoritos estadounidense Michael Farmer había adquirido la roca en cuestión, de casi 2,5 kilogramos (kg), en una subasta. La astrónoma se contactó con Farmer. “Acabó accediendo a revenderla por el precio que había pagado. Tuvimos que conseguir 18.000 reales en efectivo”, recuerda.

La pieza fue incorporada al Museo Nacional como la primera adquisición de la colección de meteoritos tras el incendio de 2018 y será expuesta cuando la institución reabra al público. Según un análisis publicado en abril de 2023 por Zucolotto y otros colegas en la revista Meteoritics and Planetary Science, se trata de un condrito, un tipo de meteorito rocoso con una edad estimada de 4.560 millones de años, probablemente procedente del cinturón de asteroides situado entre las órbitas de Marte y Júpiter.

El caso de Santa Filomena revela las dificultades que existen para asegurarse de que los investigadores puedan acceder a las muestras de meteoritos que caen en el país. Como no existe ninguna regulación, cualquiera puede comprarlos o venderlos, sin que los científicos tengan la posibilidad de examinarlos. Para resolver este tema, la Cámara de Diputados está tratando el Proyecto de Ley (PL) nº 4.471/2020, que propone regular la propiedad de las rocas espaciales con miras a garantizar que las muestras también sean enviadas a instituciones científicas brasileñas.

Las articulaciones en Brasilia
El proyecto recibió sugerencias de científicos del sector que se aliaron para modificar el texto inicial. Otro proyecto de ley, elaborado también en septiembre de 2020, acabó siendo rechazado. “Cuando se presentaron, los proyectos proponían caminos opuestos: uno apuntaba a definir a los meteoritos como propiedad privada y el otro como propiedad del Estado”, explica Rodrigo Vesule, miembro del grupo de investigación de derecho y política espacial de la Universidade Católica de Santos.

“Ambos contenían textos simplificados que no daban cuenta de la complejidad del tema ni garantizaban que las muestras de los meteoritos fueran analizadas en el país”, añade. Vesule fue invitado a formar parte de un grupo de trabajo liderado por la Sociedad Brasileña de Geología (SBG) ‒de la que Zucolotto también forma parte‒, que reunió a investigadores para debatir qué puntos deberían incluirse en un proyecto de ley de esta naturaleza.

“Creamos el grupo de trabajo para asegurarnos de que se tuvieran en cuenta los intereses científicos”, dice la geóloga Elisa Rocha Barbosa, de la Universidad Federal de Goiás (UFG), presidenta de la SBG. El equipo estaba compuesto por miembros de universidades públicas, institutos de investigación y astrónomos aficionados. Barbosa viajó a Brasilia en tres oportunidades, junto a Zucolotto, para conversar sobre el proyecto con los parlamentarios.

Maria Elizabeth Zucolotto / Museo NacionalEl meteorito de Santa Filomena, de 2,5 kg, que ahora forma parte de la colección del Museo NacionalMaria Elizabeth Zucolotto / Museo Nacional

Las recomendaciones de los científicos fueron presentadas en una audiencia pública realizada por la Comisión de Minas y Energía de la Cámara en 2022. “Una de las cosas en que hicimos hincapié fue definir qué son los meteoritos y por qué no se los puede considerar rocas comunes. Si así fuera, serían obligatoriamente propiedad del Estado federal, de acuerdo con el Código de Minería brasileño”, explica Vesule. La propuesta crea un certificado nacional de registro de meteoritos. Así, si la ley fuera aprobada, todo meteorito hallado en el territorio nacional deberá registrarse en el país. “Esto le garantiza su propiedad al dueño del objeto, quien podrá venderlo, y asegura una muestra para la institución científica que lo analice”, subraya la especialista.

Para ello, el proyecto contempla la figura de las instituciones de registro, que deben organizaciones de investigación brasileñas, y propone que quien encuentra un meteorito dispondrá de una ventana de 180 días para solicitar su registro gratuito. A cambio, deberá cederse a la institución alrededor de un 20 % de su composición. El texto también establece que las rocas espaciales solo podrán salir del país una vez que hayan sido registradas.

“En la actualidad eso es tierra de nadie. Si alguien hoy encuentra un meteorito se lo apropia y sale del país, no tenemos ningún tipo de control ni un beneficio para la ciencia”, dice el geólogo Alvaro Crósta, de la Universidad de Campinas (Unicamp), también miembro del grupo de trabajo.

Éste parece haber sido el caso de un meteorito procedente de Marte, que pesaba casi 4,5 kg, recogido en la ciudad de Socorro (Pernambuco), del que los investigadores brasileños solo se enteraron cuando apareció en la base de datos de la organización internacional The Meteoritical Society, referencia mundial en lo que hace al registro de meteoritos, en octubre de 2021. La roca habría sido llevada a Miami (EE. UU.) y vendida a un coleccionista que prefirió mantener su anonimato.

“Se estima que, dado su tamaño, rareza y el valor de este tipo de meteoritos en el mercado, podría haberse vendido por cientos de miles de dólares”, explica Crósta, miembro de la dirección de The Meteoritical Society. Zucolotto consiguió la cesión de una muestra de unos 3 gramos (g) de la roca para la colección del museo. Debido a su pequeñez, no es posible llevar a cabo una investigación del material en profundidad; lo ideal es que los fragmentos por analizarse pesen al menos 30 g. Actualmente, Brasil cuenta con 88 meteoritos en su catálogo oficial. “Es una cifra muy pequeña comparada con la extensión del país. Existen en el mundo más de 76.000 registros”, añade Crósta.

A principios de noviembre, el proyecto de ley estaba siendo tratado en la Comisión de Constitución, Justicia y Ciudadanía (CCJC), que debe evaluar si el mismo es constitucional. En caso de aprobárselo, será sometido a debate en el plenario de la Cámara Baja. Para Barbosa, la nueva regulación puede evitar que los traficantes compren meteoritos valiosos a particulares por el precio de rocas comunes.

“Es la gente la que encuentra los meteoritos, no los científicos”, dice Zucolotto, quien recibe, en promedio, cinco mensajes diarios de personas de todo el país solicitándole analizar rocas que creen que son meteoritos. Ha viajado por todo el país con el proyecto de extensión “Meteoritos en la ruta”. Más allá de la divulgación científica, esta iniciativa busca despertar el interés de la gente por los meteoritos, demostrando que puede estar a su alcance encontrarlos. “Al estudiar la composición y las características de los meteoritos, podemos entender la formación y la evolución del Sistema Solar”, culmina diciendo.

Este artículo salió publicado con el título “El destino de los meteoritos” en la edición impresa n° 346 de diciembre de 2024.

Artículo científico
TOSI, A. et. al. The Santa Filomena meteorite shower: Trajectory, classification, and opaque phases as indicators of metamorphic conditions. Meteoritics and Planetary Science, v. 58, p 621-42. Abr. 2023.

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