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Entrevista

Claudia Bauzer Medeiros: Visiones del futuro de la computación

La investigadora Claudia Bauzer Medeiros tiene una vida académica bastante ajetreada. Docente del Instituto de Computación de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp) desde hace 20 años, tiene una extensa producción académica en más de 30 proyectos en el área de bancos de datos científicos, con aplicaciones sobre todo en biodiversidad y planificación  agroambiental. El ambiente de la Unicamp es un granero de investigadores entusiastas. Aun hoy, me basta con atravesar la calle de mi edificio para encontrar aliados de investigación en otras áreas, dice la profesora, que expresa el mismo entusiasmo cuando habla de sus alumnos de iniciación científica y posgrado. Claudia también tiene un lado militante. Presidente hace cuatro años de la Sociedad Brasileña de Computación (SBC), se abocó durante su gestión de un fenómeno preocupante: la reducción a nivel mundial del número de alumnos interesados en la computación, principalmente las mujeres. El trabajo de la SBC en la búsqueda de nuevas vocaciones, traducido en iniciativas tales como la Olimpíada y el Maratón de Programación, que reúnen a estudiantes de todos los niveles, tuvo reconocimiento internacional el año pasado, cuando Claudia fue laureada con el premio Agentes de Cambio, concedido por el Instituto para Mujeres y Tecnología Anita Borg y por la Sociedad Estadounidense de Computación.

La SBC, bajo la batuta de Claudia, también se preocupó en delinear algunos grandes desafíos de la investigación a largo plazo que el área de tecnología de la información tendrá que afrontar en Brasil. Varias agencias de fomento nos buscaban para intentar definir áreas prioritarias en computación y nos faltaba una respuesta articulada, afirma. El año pasado, investigadores del área de computación se reunieron con especialistas de otras áreas, designados por la Academia Brasileña de Ciencias. Del debate emergieron cinco grandes desafíos, que van desde la búsqueda de tecnologías post era del silicio hasta el desarrollo de investigaciones capaces de asegurar la confiabilidad de la red tecnológica que abrazó nuestras vidas (celulares, cámaras de vigilancia, sistemas automatizados en automóviles, ascensores, hospitales etc.). Uno de esos desafíos, el de la accesibilidad, sirvió de base para un llamado lanzado el mes pasado por el Instituto Microsoft Research-FAPESP de Investigaciones en Tecnología de la Información (lea el reportaje en la página 22). Nacida en Río de Janeiro, Claudia Bauzer Medeiros se graduó en 1976 en ingeniería eléctrica en la PUC de Río de Janeiro. Más tarde, haría su doctorado en ciencia de la computación en la Universidad de Waterloo, Canadá, posdoctorado en el Institut National de Recherche en Informatique et en Automatique (Inria), en  Francia, y la libre docencia y concurso para titular, defendidos en la Unicamp. Soltera, tiene dos hermanos uno es profesor de ingeniería mecánica de la Universidad Federal de Minas Gerais y la otra, docente de matemática en la Universidad Federal Fluminense. Lea a continuación, los principales tramos de la entrevista concedida a Pesquisa FAPESP.

En el lanzamiento del Instituto Microsoft Research-FAPESP de investigación en TI, usted presentó una visión de la infraestructura de investigación en el área de computación en São Paulo. ¿Cómo es esa base paulista comparativamente, con el resto de Brasil?
En verdad, São Paulo es un estado privilegiado en términos de investigación en todas las áreas. En números de investigadores, de proyectos de investigación, de grupos de investigación y hasta de programas de posgrado, responde por el 25 al 30% del total de Brasil. Yo me refería a la producción científica de modo general, no sólo en la computación. Por los datos que yo obtuve, São Paulo es responsable de alrededor del 50% de la producción científica en términos de artículos publicados. En computación, conseguí dos indicadores. El primero es del CNPq. La computación tiene actualmente 26 investigadores clasificados en el CNPq como investigador 2 ó 1. Y São Paulo tiene 26% de  esos investigadores.

¿Es una comunidad pequeña?
La computación es una comunidad nueva. Es nueva en todo el mundo, y también en Brasil, comparativamente a las otras ciencias. Yo regresé ahora de Chile y he conversado con gente de varios otros países sobre el tema. Cada vez más se consolida mi noción, aunque yo no tenga números exactos para comprobarlo, de que Brasil produce más en la computación que los demás países de la América del Sur juntos, con toda seguridad, y tal vez hasta más que el resto de Latinoamérica entera. Un segundo indicador son los alumnos de posgrado. São Paulo forma un 26% de todos los doctores y maestrías en ciencia de computación en el Brasil. Un problema en esa estadística es que existen carreras de posgrado de computación asociadas no solamente a la ciencia de la computación, sino también a las ingenierías y a un área clasificada por la Capes como multidisciplinaria. Y esas carreras yo no los tuve en cuenta.  Lo interesante con relación a la juventud del área es que tenemos en el estado de São Paulo, por ejemplo, el programa de grado en computación más antiguo del Brasil y uno de los más antiguos del mundo, que es el de la Unicamp. Es de 1969. La carrera de la Universidad Federal de Bahía fue creada en la misma época, pero los primeros grupos de la Unicamp se formaron primero. Es innegable el papel de los cursos de computación de la Unicamp como pioneros en términos de definición de currícula para el resto de Brasil. Otra cosa que necesito resaltar sobre el liderazgo del estado de São Paulo es la actuación de la FAPESP. Es notorio que la mayoría de las fundaciones de apoyo a la investigación de otros estados tienen un esquema de financiación muy irregular. La FAPESP asegura a São Paulo una estabilidad en la investigación que ciertamente contribuye de manera fundamental al realce de los investigadores del estado, inclusive los de computación.

¿Cuál es la existencia de graduados en computación?
Existen carrera de computación asociadas a las ingenierías, otras a las matemáticas y a otras diferentes áreas, y es difícil cuantificar a los graduados. Los datos del censo del Ministerio de la Educación de 2005 muestran que hay alrededor de 30 mil graduados por año, una cifra alta pero insuficiente para la demanda de las empresas. Esos 30 mil reciben diplomas en ciencia de la computación, ingeniería de la computación, análisis de sistemas, administración de sistemas, una serie de denominaciones diferentes de carreras que deben ser procesadas en las estadísticas nacionales. Esos 30 mil corresponden a alrededor del 3,5% del total de graduados en todas las áreas en el Brasil, lo que no es mucho. Las diferentes denominaciones tienen que ver con otra cuestión, que  la necesidad de reconocer el área de computación como algo que permea a todas las áreas del conocimiento. Se trata de una discusión que los investigadores tienen con los órganos de fomento. El profesor Carlos Henrique de Brito Cruz, director científico de la FAPESP, de cierta forma reconoció esta característica de la computación al crear la coordinación de Ciencia e Ingeniería de  Computación.

La cuestión de la multidisciplina alcanza a todas las áreas, y no solamente la de la computación...
Uno de los grandes retos en Brasil en cualquier área de investigación es la necesidad de investigación conjunta. Difícilmente se consigue progresar solo. Y la computación es uno de los cimientos para que las otras áreas desarrollen investigaciones.

¿Cuál es su visión de ese cruzamiento de áreas?
El resultado de la investigación en computación sirve para todos y, más allá de todo, es cada vez mayor el abanico de investigaciones desarrolladas en el mundo en que hay la necesidad de un investigador en computación para resolver algún problema. Por ejemplo, como administrar los datos generados por las investigaciones, como desarrollar técnicas sofisticadas de análisis. Otro aspecto es la cooperación a distancia con otros equipos. Con las facilidades de internet, uno puede trabajar con mucha gente. ¿Pero cómo es que se maximiza la actividad de cooperación? Existe un área de investigación en computación que se llama Computer Supported Cooperative Work, que es el trabajo cooperativo apoyado por computadoras. Una gran parte de esa investigación busca apoyar personas de cualquier área en el trabajo a distancia. Ese cruzamiento también beneficia la investigación en la computación, abriendo nuevas frentes y creando desafíos

Usted mostró en su presentación algo de la base física de la informática en São Paulo…
Yo sólo mencioné algunos programas FAPESP muy importantes, por ejemplo el Tidia [Programa de Tecnología de la Información en el Desarrollo de la Internet Avanzada], que no está directamente vinculado a la base física, sino que involucra a una parte de redes, por ejemplo. Internet en Brasil, en gran parte, surgió en São Paulo, con la red ANSP. Infraestructura es una palabra buena porque me lleva a mencionar el hecho de que investigadores en otras áreas sienten la necesidad de cooperación con la computación. Sólo que nos piden trabajo de infraestructura, de montaje de red, desarrollo de programas, no realmente de investigación.

Hay una diferencia muy grande entre investigación y soporte técnico…
Para poder realmente interactuar con personas de otras áreas, quien es de la computación necesita primero convencerlas de que tienen algo con que aportar. Existe siempre el problema del vocabulario. Uno necesita realmente trabajar en conjunto para convencer a los sociólogos o a los biólogos o a los ecólogos o los filósofos, a quien quiera que sea, de que usted entiende el vocabulario de ellos y que puede cooperar en otro nivel, no solamente como un prestador de servicios.

¿Y cuál es ese otro nivel?
Es poder de alguna forma, con su investigación, contribuir a la investigación de él lo que no involucra solamente a su know-how de cómo instalar un software en la máquina de él.

¿Cómo es el nivel agregado de cooperación que un investigador de computación necesita tener, por ejemplo, con un ingeniero de tránsito que está abocado al drama de manejar el tránsito en una ciudad como São Paulo?
Voy a dar ejemplos en varios niveles, hablando en un lenguaje. El primero: investigadores del área de interfaces pueden desarrollar pantallas que le permitan al ingeniero visualizar diferentes niveles de lo que está sucediendo. El área de interfaces está creciendo mucho y la accesibilidad está asociada a eso, que es investigación en computación sobre como hacer la información accesible a quien la está usando. En un segundo nivel, tenemos la construcción de programas que faciliten simulaciones. El especialista en tráfico puede entender de optimización, pero la especificación de nuevos programas y su construcción exigen el conocimiento de algoritmos. Usted puede crear algoritmos más sofisticados, que aceleren la visualización en tiempo real que lo que está sucediendo, por ejemplo. Eso es investigación en computación. Después hay una parte de infraestructura de red. ¿De dónde el ingeniero de tránsito está recibiendo señales? De sensores. Es necesario tener especialistas en redes de computadoras que van a decir: ?Yo voy a hacer una investigación de cómo es que las señales pueden llegar hasta la central de tráfico de una forma más eficiente, con menos ruido?. Y también tiene mi área, que es el banco de datos. ¿Cómo es que usted garantiza la confiabilidad de aquellos datos? Si un sensor falla, ¿cómo es que usted sabe que está fallando? ¿Cómo usted almacena los datos para hacer un análisis del pasado para evitar que aquello ocurra de nuevo en el futuro? Si, por ejemplo, una curva describiendo la oscilación del número de carros pasando por una región está teniendo un cierto comportamiento. ¿En qué otras veces aquél comportamiento existió? Y, si existió en el pasado, ¿qué eso indica para el futuro? Si aquel comportamiento va decirme que en diez minutos tendrá lugar un embotellamiento monstruoso de cinco horas, y que está en la hora de que yo tome una decisión. Eso depende de la investigación en el banco de datos.

¿Cuántas son las subáreas de la ciencia de la computación?
Existen distintas clasificaciones de varios organismos internacionales, que las revén permanentemente porque la computación es muy dinámica. Hace unos dos o tres años se formó una gran comisión en el CNPq para reestructurar la tabla de las áreas del conocimiento usadas en la clasificación de las investigaciones. Cuando ellos publicaron los resultados, hubo una reacción muy fuerte de varios grupos (incluso de la computación) que no se sintieron adecuadamente clasificados o reclasificados. La iniciativa paró. ¿Qué fue lo que la computación hizo a la época? Habíamos sido desplazados de la actual situación, que es en la gran área de las ciencias exactas y de la tierra, y fuimos colocados junto con las ingenierías. La Sociedad Brasileña de Computación (SBC), apoyada por todos los programas de posgrado en computación en el Brasil, hizo un texto que fue enviado para esa comisión, diciendo lo siguiente: nosotros no somos solamente exactas, ni solamente ingenierías, somos las dos cosas.  Nosotros también usamos como ejemplos el modelo estadounidense, el modelo europeo, y decimos: lo que  queremos es una gran área llamada computación.

¿Sin mucha discusión teórica sobre la epistemología de la computación, no es cierto?
La SBC tiene actualmente 20 Comisiones Especiales. Son grupos de investigadores en algún área de la computación que forman un volumen suficiente para organizar al menos un evento científico por año y que tiene ya tradición en el Brasil. La SBC organiza por año 35 congresos. Ahí usted podría preguntar: ¿Son 35 las áreas de la computación?. La respuesta es no.

¿Y usted no lograr llegar a, digamos, algunas áreas prioritarias de la ciencia de la computación?
Es imposible. Todas las tentativas, incluso mundiales, fracasaron. Considere por ejemplo el criterio de definir como área prioritaria toda aquélla que tiene impacto social. Bueno, ¿será que alguien que va a proponer un teorema producirá un impacto social? Si ese teorema muestra que determinado tipo de trabajo en criptografía garantiza seguridad de los datos médicos de alguien, él tiene un impacto social. Es muy difícil decir: Ah, eso no tiene impacto social. Es difícil porque la computación permea todas las áreas.

Usted es graduada de ingeniería eléctrica. ¿Aún hoy en día la computación absorbe a profesionales de otras áreas?
La computación absorbe mucha gente de otras áreas y eso nos lleva a otro asunto, que es la cuestión de la reglamentación de la profesión. La SBC tiene una directiva volcada exclusivamente para eso. Conseguimos llevar un proyecto de ley al congreso, hace algunos años, cuyo grande mérito es tener como primer artículo una frase que básicamente dice: Es libre el ejercicio de las profesiones de computación en Brasil, independiente del registro en consejo?. ¿Qué eso significa? Que no es necesario un diploma en computación para usted ser un buen profesional. Eso no tiene que ver con la investigación obviamente, pero sí con la cuestión del profesional. Quien es responsable por contratar es la empresa. Ella va a distinguir el buen y el mal profesional, independientemente de que él tenga o no un diploma en aquella área. Otros proyectos de ley sobre el tema reglamentan el trabajo del programador, del analista, de cada categoría profesional de computación, asociando cada diploma con las actividades que cada uno puede hacer y cerceando enormemente el ejercicio de la profesión. Son basados en un titulismo excesivo que no se aplica a la computación, incluso porque, a cada tres o cuatro años, surgen nuevas profesiones asociadas al área.

¿Quiénes defienden el titulismo?
Algunos consejos profesionales o algunos alumnos de escuelas de mala calidad, que, obviamente, tiene miedo de la competición y, a veces, alumnos hasta de buenas escuelas. Tenemos un trabajo constante de convencimiento de los alumnos, de que lo importante es que usted sepa. El diploma ciertamente es importante, pero un diploma de buena calidad, no es cualquier diploma. Entonces, la mayoría se convence.

¿Cuáles son las chances del proyecto de la SBC ?
El proyecto fue presentado en la Cámara de los Diputados por el diputado Ronaldo Vasconcellos. Pero, cada vez que cambia la legislatura, regresa todo al punto de partida y los proyectos son archivados  fue lo que sucedió con el nuestro. Cuando un nuevo proyecto sobre el tema sea presentado, el relator necesita buscar los proyectos asociados a aquel asunto, juntar todos y hacer una propuesta consensual. Cuando surja una intención de reglamentar alguna profesión asociada a la computación, automáticamente va a ser halado nuestro proyecto y ahí la gente despierta y aparece allá.

La SBC organizó un evento que estableció cinco desafíos de investigación para el futuro del país en el campo de la computación. ¿Cómo se llegó a ellos?
En varios países hubo la necesidad de hacer una planificación a largo plazo del área de tecnología de la información. Órganos equivalentes al CNPq o a la FAPESP en países como Corea del Sur, Inglaterra y los Estados Unidos vienen organizando, a partir de 2000, eventos llamados grandes desafíos. Fueron creadas comisiones, se seleccionaron algunas visiones, debatidas por los investigadores involucrados, que produjeron propuestas consensuales de desafíos. Hecho eso, estos países usaron los desafíos para nortear la política de financiación a la investigación en las diferentes áreas  inclusive en computación. En Brasil, ese tipo de planificación aún no tuvo lugar. Hasta hay deseos, pero hay tanta cosa para hacer, que es difícil saber por donde comenzar. La SBC reconoció esa necesidad. A cada tres o cuatro meses surge para mi, como presidente, un pedido para auxiliar algún edicto o de responder cuales son las variadas prioridades. No soy yo el que va a decirlo. Hicimos, entonces, una llamada nacional, solicitando propuestas de Visiones del Futuro para la Computación. Eso aconteció entre diciembre de 2005 y abril de 2006. Fueron seleccionadas 22 visiones por una comisión de cinco investigadores séniors de la computación en Brasil. Yo era uno de ellos. Esas personas se reunieron en São Paulo durante 2 días y medio y debatieron con investigadores invitados, fuera del área de computación, indicados por la Academia Brasileña de Ciencias. Salieron de esa reunión los cinco grandes desafíos. Lo interesante fue reunir a especialistas de un gran número de áreas de la computación, había gente joven, gente vieja Como la computación es un área nueva, hay pocos investigadores 1A, en la clasificación del CNPq. En aquella época, mayo de 2006, habían 12 investigadores 1A en el Brasil. Diez participaron del evento.

¿Cuáles son los desafíos?
Dos factores subyacen a todos los desafíos. Uno de ellos es la multidisciplinaridad. Y el segundo es la formación de investigadores y de mano de obra que esté más preparada para trabajar en ese mundo multidisciplinario, en que es necesario cooperar con todos. Mi estilo para presentar los desafíos parte de una visión más de hardware, hasta llegar al usuario. ¿La base del primer desafío es: lo que sucede cuando acabe la era del silicio? Los chips hoy son hechos de silicio. Sólo que el silicio está llegando al límite de lo que él aguanta por causa de la demanda por alto desempeño. ¿Qué está sucediendo? El chip se calienta mucho y se derrite. ¿Qué se hace? En vez de colocar un procesador, se coloca, digamos, dos en un mismo chip. ¿Ya oyó decir computadora dual core? Es que tiene dos núcleos en vez de uno sólo. Una de las soluciones es el paralelismo, con procesadores o computadores trabajando al mismo tiempo. Pero hay un límite. ¿Qué otras soluciones existen? Un ejemplo es la computación biológica. La idea es la siguiente: el ser humano funciona en la base de mil billones de células que se reproducen y cuando, digamos, 10% de ellas fallan, las otras lo aguantan. ¿Por qué no hacer entonces computadoras basados en ese tipo de concepto, varias computadoras especializadas, como las células?  Otro ejemplo: ¿por qué la gente no usa el modelo del ADN para almacenar datos?

¿Cómo sería eso?
Una cadena de ADN almacena millones de informaciones. Si usted consigue reproducir ese tipo de mecanismo, no va a necesitar más grandes discos. Otro impacto que el nuevo hardware va a tener es en la forma como nosotros enseñamos computación, porque los computadores van a funcionar de forma diferente. Vamos a necesitar crear nuevos programas, nuevos sistemas, nuevas redes de computadores. El mundo va a cambiar. ¿Cuándo va a cambiar? No sabemos, no tenemos la más mínima idea. Pero, si la gente no comienza a  prepararse ahora, ciertamente de aquí a diez años estaremos detrás de otros que ya están pensando en eso. Ese es el desafío: la transición del silicio para las nuevas tecnologías.

Y el segundo desafío…
El segundo tiene que ver con datos, que es mi área, con la administración de grandes volúmenes de datos multimedios. Vamos a tomar como ejemplo la grabación de esta entrevista. Imagine, por ejemplo, que ella ya salga escrita. Suponga que alguien quiera tener acceso a todas las entrevistas que discutieron los grandes desafíos de la computación. ¿Quién discutió? ¿Cuáles fotos tiradas durante la entrevista? Eso exige interconectar varios tipos de datos. Existen varias máquinas de búsqueda basadas en texto. Pero hay cada vez más  necesidad de un contenido más rico. Por ejemplo, en vez de preguntar ¿cuáles son los cuadros pintados por Rembrandt?, usted hace un esbozo y dice: ?¿Qué cuadros tienen esa forma?. Su pregunta no es por texto, es por diseño. Imagine todas esas imágenes de satélite que son generadas, o datos de sensores o, en un hospital, los miles de exámenes médicos de todos los pacientes que alguien puede querer estudiar para hacer estudios de epidemiología. Esos estudios tendrían aplicaciones en periodismo, en la enseñanza, en ciencias sociales. Y lo que hace ese desafío diferente es el hecho de ser multimedia, involucra vídeo, sonido. Además de eso, los datos están en la web. Eso de nuevo puede apoyar la investigación científica.

Y el tercero…
Es el modelado computacional de fenómenos artificiales, naturales, socioculturales, de la interacción del hombre con la naturaleza.

Estamos hablando de, traduciendo, fenómenos sociales, la multitud enloquecida en el Carnaval…
¡Me encantó ese ejemplo! O interacciones sociales en la internet. O en un país, o en una comunidad. Internet exige un trabajo de investigación enorme en modelado de fenómenos artificiales. Son millones de computadoras que entran y salen de la red el tiempo todo. Eso es modelado también, modelado de tráfico.  Lo que hay de común a todos los problemas es la noción de que usted necesita descubrir cuales son las variables a estudiar, cuales son las ecuaciones que van a describir aquello, cuales son las simulaciones a hacer, cuales son los análisis de datos, las muestras. En ese workshop de los grandes desafíos yo aprendí algo muy interesante: la película El señor de los anillos muestra una batalla entre monstruos y un grupo de los del bien. ¿Cómo es que ese pedazo de la película fue hecho? Fue hecho un programa incorporando algunas interacciones interpersonales reales en cada uno de los personajes artificiales. ¿Qué fue que eso generó? Una animación que fascinó a los científicos sociales. Ellos nunca habían tenido un laboratorio que mostrase interacciones de millares de seres humanos. El modelado abre posibilidades para investigación en ciencias sociales o en psicología.

¿Y el cuarto desafío?
Ese es el que ayudó a construir el llamado de la FAPESP lanzado por el Instituto Virtual FAPESP-Microsoft. Ese primer llamado utiliza un gran trecho del texto del cuarto desafío. Y eso me dejó muy feliz. Se trata de la cuestión de la accesibilidad, del acceso universal y participativo del ciudadano brasileño al conocimiento.

Cuando usted hizo la presentación, el presidente de la FAPESP, Carlos Vogt, recordó que la cuestión social se entrañaba en el proyecto de investigación científica. Porque ahí se está tratando del acceso de toda la población brasileña…
Tiene la cuestión del acceso universal. Un segundo aspecto es el acceso participativo, algo que, de una cierta forma, tiene que ser contrastado con la visión de varios órganos del gobierno sobre la inclusión digital.

¿Significa que no basta que usted diseñe soluciones para un determinado grupo? Y ese grupo necesita hablar para que usted tenga más claridad que la que él necesita…
Necesita participar en la construcción de la solución y no sólo eso. De que vale tener un programa sofisticado si nadie va a usarlo porque no atiende a  sus necesidades. Hay centenas de historias de desastres de desarrollo de software o hardware basadas en concepción de sistemas sin la participación de quien va a usar. Son miles de millones de dólares perdidos.

¿Usted podría citar un ejemplo?
Hay uno bastante famoso que es el sistema de automatización de la red de datos del FBI. El proyecto fue descontinuado después de que el Congreso americano hubo aumentado el presupuesto varias veces. A cada rato llegaba un informe de un grupo de especialistas independientes señalando los problemas, se cambiaban los gestores y el proyecto continuaba. Todo porque no hubo un envolvimiento de quien iba a usarlo. El término participativo significa la posibilidad de decir a cada fase: Mira, es eso lo que yo quiero?.  El cuarto desafío es también entender como el ciudadano brasileño puede contribuir al crecimiento del país. Estamos hablando de la necesidad de una alfabetización digital y no solamente de la inclusión digital. La alfabetización digital no es sólo usted saber hacer clic. Es, al hacer clic, saber donde hacer clic, saberlo usar. Usted no necesita ser un especialista en computación. Y eso pasa por otro asunto que es la cuestión de entrenamiento de profesores. ¿Cómo es que usted puede querer que los niños tengan inserción digital si los profesores no saben enseñar al niño a usar una computadora de forma adecuada? Claro que dar una computadora portátil de 100 dólares debe ayudar, pero por sí solo no resuelve.

El trabajo de la SBC acabó por servir de soporte al edicto de la FAPESP. ¿La intención era municionar la formulación de políticas?
Fue para eso que hicimos los grandes desafíos, para dar subsidios a las agencias de fomento. No fue para que se quedaran restringidos a la comunidad como deseos de un grupo de investigadores. Como fueron abrazados por la Microsoft Research, me agrada saber que los desafíos elaborados por  investigadores brasileños están siendo utilizados en los Estados Unidos también. Había, tanto del punto de vista de la FAPESP como de la Microsoft, el deseo de investigación innovadora y a largo plazo que fuese socialmente interesante. Los otros desafíos también son socialmente interesantes, pero la cuestión de la accesibilidad alcanza directamente las necesidades brasileñas. En ese punto yo tengo que reconocer el apoyo que la FAPESP dio al evento de los grandes desafíos y al reconocimiento que el profesor Brito Cruz nos dio, participando de la reunión final del evento.

¿Cuál es su expectativa en relación al impacto de ese tipo de iniciativa?
Uno de los méritos es mostrar que existe la posibilidad de que una agencia de fomento haga cooperación con entidades externas ?que también desarrollan la investigación, note bien, porque fue con la Microsoft Research y que eso no es feo, porque es una visión que tiene muchos investigadores en Brasil…

¿Todavía?
Sin duda. Hay quienes creen que hacer acuerdos con multinacionales o con  empresas es feo, que el dinero del gobierno es limpio y que el dinero de empresas es impuro. Existe esa visión un tanto antigua y poco realista de que órganos públicos no pueden asociarse a empresas para apoyar una investigación seria. El instituto pode servir de modelo para otros órganos públicos de fomento. Otro impacto del llamado consiste en atraer a investigadores de otras áreas para cooperar con los de computación.

¿Y el quinto desafío?
Es el desarrollo de sistemas confiables ubicuos. Cada vez más artefactos de la computación están presentes adonde quiera que la gente va. Es un sensor, es el celular, es el Gran Hermano de 1984 [George Orwell]. Y cada vez más tenemos la necesidad de esas cosas para relacionarnos con la vida. Es el elevador que tiene una computadora adentro. Es el sistema de tránsito. Es el celular, que hoy en día sólo que a mi no me gusta usar. Eso es ubicuidad. Por otro lado, nuestra dependencia genera la necesidad de confiabilidad. Nuestras vidas dependen de que muchos sistemas computacionales estén funcionando. Y también de crecimiento en escala de todo eso, sea un software, sea un hardware. No existe en computación aún teoría e técnica suficientemente abarcadoras y comprobables que garanticen ese crecimiento, esa ubicuidad, esa confiabilidad.

Usted está al frente de la SBC, es profesora de la Unicamp y, aquí en la FAPESP, es una de las tres coordinadoras del área de computación. ¿Cómo es que usted hace para ordenar todo eso sin un software administrador de su vida?
Eso es muy complicado. No, no hay software administrador [risas]. Todo investigador con múltiples actividades va a decir que allá se van los fines de semana y las noches. En verdad,  la gente hace lo que hace porque a la gente le  gusta, pero, en compensación, existen sacrificios asociados. Yo tengo mucha suerte de hacer lo que me gusta siempre, de tener alumnos maravillosos, de carrera de formación y de posgrado. La Unicamp tiene ese gran mérito. Por ser una buena universidad, atrae buenos alumnos, y los buenos alumnos atraen buenos alumnos. Y los buenos alumnos halan a los profesores. Tengo un enorme orgullo de ser profesora de la Unicamp.

La SBC promueve olimpíadas y el maratón de programación. ¿Cuál es el impacto de estas iniciativas?
Considero la SBC un modelo porque logra, con poquísima gente, hacer muchas cosas arrancándose los pelos, es claro. Existe esa cuestión de la inclusión digital, que la SBC está reforzando bastante por la vía de las olimpíadas y, en otro nivel, vía Maratón de Programación. Las Olimpíadas de Programación tienen lugar en el Brasil entero, para niños desde el primer año de enseñanza fundamental hasta el último de enseñanza media. Son pruebas en cuatro niveles, hechas con lápiz y papel. Son cuestiones de lógica y, en los dos niveles más avanzados, para los más viejos, ya involucran un poco de programación. La escuela se inscribe y es todo gratuito. Después de dos etapas de selección, los mejores en el Brasil entero vienen para una universidad, actualmente la Unicamp, para tener clases con profesores del área. Terminado un curso de una semana, hay una prueba para los más viejos y los cuatro mejores van para las olimpíadas internacionales. El Brasil ya ganó muchas medallas de bronce y de plata. Aún no ganamos oro.

¿Cuál es el objetivo?
Atraer a más gente para el área de la computación. Eso es estratégico para nosotros y es estratégico para Brasil. En el mundo entero está disminuyendo asustadoramente el número de alumnos interesados en computación. Aquí en el Brasil, nosotros los de la SBC tuvimos la gran suerte de contar con el apoyo de la Fundación Carlos Chagas, que nos patrocina. Ella nos da, desde el año pasado, recursos para hacer avanzar adelante las olimpíadas y el maratón. La Fundación cree que esa es una forma muy buena de inclusión digital y de formación de jóvenes.

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