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Medio ambiente

Clima de incertidumbre

El Protocolo de Kyoto entra en vigor con ocho años de retraso

El día 16 de febrero entra en vigor el Protocolo de Kyoto. Pero antes incluso de la entrada en vigencia de dicho acuerdo, que prevé medidas globales de reducción de las emisiones de gases que causan el efecto invernadero, los países signatarios comenzaron a analizar los medios y modos de enfrentar las adversidades ocasionadas por los cambios climáticos. La adaptación a un probable escenario de calentamiento global fue el principal tema de discusión durante la 10ª Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco sobre Cambio Climático, realizada en Buenos Aires en diciembre del año pasado.

No existe todavía una evidencia científica de que fenómenos tales como el ciclón tropical Catarina, que azotó el sur de Brasil el año pasado, o el invierno riguroso y las inundaciones que este año asolan a países del hemisferio Norte, sean el resultado del calentamiento del planeta, subraya Newton Paciornik, asesor de la Coordinación General sobre Cambios Globales del Clima, dependiente de la Secretaría de Políticas y Programas de Investigación y Desarrollo del Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT). Sin embargo, en el encuentro de Buenos Aires se ideó un plan de trabajo que tiene por objeto evaluar vulnerabilidades y delinear estrategias de adaptación, afirmó Paciornik. (Lea las propuestas en la siguiente dirección: www.unfccc.int)

Con todo, el nivel de vulnerabilidad ante situaciones climáticas extremas solamente puede evaluarse mediante la construcción de modelos climáticos que permitan observar cambios realmente significativos. Y ese es un instrumento que los países de Sudamérica no tienen todavía. Pero ya llenaremos esa laguna, adelanta Paciornik. El año pasado, el Centro de Pronóstico del Tiempo y Estudios Climáticos (Cptec), dependiente del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciais (Inpe, sigla en portugués), compró una supercomputadora con capacidad no solamente como para hacer el pronóstico del tiempo, sino también para construir escenarios de cambios climáticos. Con ella será posible hacer simulaciones para cien años, dice José Marengo, responsable de pronósticos climáticos del Cptec. Se espera que este año esté listo un modelo del clima brasileño. Debemos evaluar el impacto de los cambios climáticos sobre la biodiversidad y la generación de energía eléctrica, entre otros puntos, explica Marengo.

El impacto del cambio
Algunos expertos consideran que es prematura la excesiva preocupación con la adaptación a los cambios, puesto que se anticipa a la vigencia de las medidas mitigadoras de los gases de efecto invernadero previstas en el Protocolo de Kyoto. Es prematuro tirar la toalla antes de poner en práctica un esfuerzo de reducción de emisiones, pues ésa es la única solución real a muy largo plazo, afirma Carlos Nobre, investigador titular del Inpe. En tanto, Luiz Pinguelli Rosa, secretario do Foro Brasileño de Cambio Climático, sostiene que debemos caminar con ambas piernas y considerar medidas de precaución, al tiempo que se ponen en marcha acciones mitigadoras. Con todo, según la evaluación de Roberto Kishinami, consultor de medio ambiente y energía, la adaptación debe estar en pauta, porque en el período en que se concibió la Convención del Clima, entre 1988 y 1992 que resultó en el Protocolo de Kyoto, nadie se imaginaba que el impacto de los cambios climáticos se diera de manera tan injusta, castigando más a los países pobres o en desarrollo. Tanto Kishinami como Pinguelli Rosa hacen referencia al ejemplo del tsunami provocado por un maremoto en el océano Índico, que pese de no tener relación alguna con el cambio climático, puso al denudo la fragilidad de la población costera de los países asiáticos. Si hubiera sido en el Pacífico, el número de víctimas sería mucho menor.

La adaptación a un planeta más cálido, recuerda Kishinami, podrá implicar, por ejemplo, el desplazamiento de las poblaciones de áreas donde faltará agua o que se volverán impropias para la agricultura. Pero no hay por qué perder siempre: Holanda, por ejemplo, hace años que pelea contra el mar. Pero allá existe un plan director elaborado de modelado de clima. Y en Alemania, en varias regiones, como Bavaria, también cuentan con algo por el estilo. En Europa en general se usa el modelado climático para definir usos y ocupaciones del suelo.

Luego de Kyoto
El retraso en la implantación del Protocolo de Kyoto provoca otra polémica. De acuerdo con el cronograma original, los países signatarios deberían evaluaFr en 2005 los resultados de las medidas implementadas e iniciar los debates con miras a definir estrategias para luego de 2012. Pese a que no existen aún medidas para evaluarse, los países desarrollados han abierto los debates para el período al que se denomina post Kyoto.

El Protocolo de Kyoto prevé la reducción del 5,2% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero hasta 2012. Las 38 naciones industrializadas son las principales responsables por el cumplimiento de esa meta, mediante acciones en su propio territorio tales como la suplantación de combustibles fósiles por energía limpia, por ejemplo o por medio del fomento a medidas compensatorias en los países en desarrollo, consolidando el aún incipiente mercado de crédito de carbono, por ejemplo.
Pero, a partir de 2012, las naciones industrializadas pretenden que rija un nuevo acuerdo que le adjudique mayor responsabilidad a países en desarrollo como la India, China y Brasil, que en los últimos años han registrado altas tasas de crecimiento y, en los casos de los dos primeros, también un aumento en el consumo de energía, afirma Francisco Maciel, director de energía y medio ambiente de TCBR, una empresa de consultoría ligada al grupo francés Altran.

En la Cop-10, en Buenos Aires, los países emergentes dejaron claro que no tiene pretenden asumir compromisos para no comprometer el desarrollo y el combate contra la exclusión social. Pero en este embate con las naciones industrializadas, la postura de Brasil, en la evaluación de Maciel, es sumamente vulnerable: el país se encuentra entre los mayores emisores de gases de efecto invernadero, siendo que al menos el 70% de las emisiones se vinculan con la deforestación. No se puede defender un patrón de desarrollo que ningún país debería desear, dice.

La deforestación depende de la política del gobierno, comenta Carlos Nobre. Pero existe también otro factor que contribuye a que Brasil encabece la lista de los grandes contaminadores: la eructación, es decir, los eructos del ganado. En este caso, la solución está en el desarrollo de un nuevo patrón de manejo de un rodeo de casi 200 millones de cabezas, el segundo del mundo. Es una operación gigantesca, dice Nobre.

La Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) estudia desde 1999 la emisión de gas metano proveniente de la eructación bovina, por solicitud del MCT y con el apoyo de la FAPESP. La cantidad de metano producto de la eructación vacuna se relaciona con el manejo nutricional de los rodeos. Durante el período de sequía, por ejemplo, el ganado no se alimenta bien y pierde energía por deficiencia nutricional, lo que provoca una mayor emisión de gas metano, afirma Odo Primavesi, de Embrapa Ganadería Sudeste. El pasto tropical, que tiene más fibra y menos proteína bruta, también colabora para aumentar la eructación. Utilizando un yugo equipado con un medidor, los investigadores constataron que las vacas holandesas en lactación, por ejemplo, producían 147 kilos de gas metano por cabeza anual en el verano, y 139 kilos en el invierno, valores muy superiores a los niveles europeo y norteamericano. Las investigaciones, hasta ahora circunscritas a una fracción del stock paulista, han revelado que el uso adecuado del pasto y una alimentación combinada de caña y granos, reduce el consumo de energía de las reses, que ganan en peso y así disminuye el volumen de emanación de metano por kilo de carne.

Tecnologías disponibles
Está agendado para mayo, en la ciudad de Bonn, Alemania, un encuentro informal en el cual se pretende realizar un balance sobre la contribución de los diversos países a la lucha contra el cambio climático. Es de esperarse la presencia de Estados Unidos, país responsable de una cuarta de las emisiones globales, y que sigue afuera del Protocolo de Kyoto. Pero antes, los expertos de todo el mundo tenían un encuentro en el Reino Unido, entre los días 1º y 3 de febrero, por invitación del primero ministro británico, Tony Blair. Dicha reunión tiene por objeto dar respuestas a cuestiones relacionadas con el impacto del cambio climático en el planeta, los niveles de emisiones de gases de efecto invernadero y las tecnologías disponibles destinadas a reducir el calentamiento global.

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