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Ciencias de la Religión

Comunión entre cristianos y judíos

Un estudio indica que, aun después de la separación de la sinagoga y la iglesia, ambas religiones mantenían relaciones bilaterales

UNIVERSIDADE DE DARTMOUTH, HANOVEREpopeya de la Civilización Americana, panel de José Clemente OrozcoUNIVERSIDADE DE DARTMOUTH, HANOVER

Pese a ser de cristiano, el proverbio “dime con quién andas y te diré quién eres” no podría aplicarse en los albores del cristianismo. Una investigación desarrollada en la Universidad Metodista de São Paulo (Umesp) muestra que, al contrario de lo que muchos historiadores sugieren, los pasos de judíos y cristianos continuaron andando por senderos comunes aun luego de la separación de la iglesia y la sinagoga. Este proyecto, financiado por la FAPESP, revela que ambas religiones mantuvieron intercambios de símbolos, narrativas y tradiciones religiosas, por lo menos hasta el siglo II.

Es decir: continuaron andando juntas, pese a ser creencias distintas. “Nuestra cuestión es saber si los elementos continuos entre el judaísmo y el cristianismo primitivo desempeñaron un papel determinante solamente en los primeros impulsos y elaboraciones cristianas o si hubo intercambio incluso luego de que el cristianismo conquistase autonomía e identidad, motivados por patrones de experiencia y lenguaje religioso común”, dice Paulo Augusto de Souza Nogueira, coordinador del proyecto temático intitulado Estructuras Religiosas Convergentes en el Judaísmo y en el Cristianismo del Siglo I.

Este estudio, llevado a cabo por siete investigadores que trabajan en torno a tres ejes, publicará sus resultados en un libro que será editado el año que viene. El punto de partida es la comprensión de que el nacimiento del cristianismo no es fruto de una ruptura radical con el judaísmo, una versión muy difundida a lo largo de los tiempos. Con base en documentos literarios, en especial de las tradiciones apocalípticas, los investigadores identificaron intensas relaciones bilaterales entre el cristianismo y el judaísmo. Según Nogueira, la religión de Jesús y sus seguidores, y de las generaciones posteriores de cristianos, debe ser comprendida partiendo de prácticas y creencias religiosas judaicas.

“Muchos de los análisis de la historia presuponen que el uso de las tradiciones judaicas se habría producido en los estadios de formación de la tradición religiosa cristiana primitiva en una vía única. Es decir: se descarta la posibilidad de que cristianos y judíos se hayan influido mutuamente durante períodos mayores”, afirma. La investigación camina en la contramano de esa visión hegemónica, que indica que no hubiera habido más influencias tras la separación.”Nos preguntamos si las diferenciaciones institucionales implicaron un corte en los intercambios de tradiciones religiosas”, dice.

“¿No podrían haber coexistido en varios círculos, incluso después de la separación de los cristianos de la sinagoga?” Para responder a esta pregunta, los investigadores elaboraron un estudio comparativo en textos apocalípticos en los Manuscritos del Mar Muerto, en la literatura judaica pseudepigráfica (producida hasta el año 70 d.C.), y en la literatura del cristianismo primitivo (tanto delNuevo Testamento como de los apócrifos). El período estudiado va desde el siglo II a.C. hasta el siglo II d.C. La elección de estos textos se dio porque existen indicaciones de que los primeros cristianos eran judíos apocalípticos. “Trabajamos con una comprensión diferenciada de lo apocalíptico, situada más allá de la idea de que el fin del mundo llegaría junto con cataclismos cósmicos y con la redención de los justos”, observa.

Los investigadores consideran que el elemento central de lo apocalíptico es la experiencia religiosa visionaria, probablemente de origen extático, cuyo contenido principal son las visiones sobre los cielos, sus estructuras de poder, los ángeles y el culto místico allí desarrollado. El acceso a esas revelaciones es posible a través de viajes celestiales. “En vez de decir que Jesús era apocalíptico apenas porque creía en el fin del mundo, mostramos la religiosidad de Jesús y sus seguidores como reflejo de una compleja religiosidad visionaria, en la cual el propio Jesús pasó a ser comprendido como alguien que revela los secretos y los misterios de Dios.”

Para Paulo Nogueira, ese abordaje permite reconstruir el cuadro cultural y religioso que hace a su vez posible comprender los parámetros religiosos de los primeros cristianos y sus relaciones con el judaísmo, así como los sincretismos con las religiones del Mediterráneo. A través de la experiencia visionaria, judíos y cristianos tenían acceso a las estructuras del cosmos, a los poderes angelicales y al mundo laberíntico en el cual Dios era imaginado. “Lo apocalíptico es aquí interpretado como una forma de misticismo judaico, mucho más allá de su tradicional comprensión como expectativa de fin del mundo y de crítica a la historia y al poder”, afirma el profesor. “El destaque dado al aspecto extático y visionario permite comprender la narratividad apocalíptica con relación a las tradiciones populares e iletradas del judaísmo, y así, los textos apocalípticos tan solo representan el producto final de una corriente más amplia.”

La acepción narratividad apocalíptica como literatura de revelación visionaria puede hallarse, por ejemplo, en las elaboradas descripciones de las jerarquías de los poderes celestiales, tanto en los textos judaicos como en el Libro de los Vigilantes, del Apocalipsis de Enoc (Enoc, El Etiope), en los Cánticos del Sacrificio Sabático de Qumran, así como también en la Carta a los Efesios, en las disputas con los ángeles y su culto enHebreos , y en la busca por ascender a las moradas celestiales y en la preocupación con la contemplación de la gloria de Dios en el Evangelio de Juan, sin contar su recepción en el Apocalipsis de Juan y en la Ascención de Isaías. Nogueira destaca que lo que más importa, más que saber si esas experiencias ocurrieron de hecho con Jesús o con Paulo de Tarso, es comprender cómo esos grupos vivenciaban ese modelo de religión visionaria en sus cultos de éxtasis.

“Es muy posible que algunos relatos atribuidos a Jesús hubieran sido incluso experiencias posteriores de sus seguidores atribuidos a éste, o entonces que hubieran sido narrados en las comunidades cristianas primitivas de manera paradigmática, para ser imitados en otras ocasiones”, dice el coordinador de la investigación. “Pero esto no quita la importancia del tema, al contrario, muestra cierta conexión entre los presupuestos religiosos de Jesús con sus seguidores posteriores, puesto que proceden de un ámbito común: la narratividad apocalíptica judaica.”

El investigador Luigi Schiavo, que desarrolle su tesis doctorado en el marco de ese proyecto temático, se ha dedicado a estudiar precisamente la tentación de Jesús de Lucas, considerado uno de los textos más importantes del documento Q, también llamado de Fuente de los Dichos, por presentar una narratividad en la que Jesús lucha contra Satanás por el dominio cósmico. “Los temas del juicio, de la oposición dualística, de la espera mesiánica, del reino de Dios y de la presentación de su ética nos llevan a pensar en un documento de fuerte carácter escatológico, con elementos apocalípticos de visión y revelación”, se afirma en la investigación. “En ese contexto, el relato de las tentaciones de Jesús es aquí interpretado como un relato de viaje celestial, una forma literaria bastante conocida en la literatura apocalíptica y pseudepigráfica a partir del siglo II a.C., cuyo objetivo era describir la experiencia extática del visionario.”

Esa interpretación, en varios aspectos, como el término técnico de la visión “llevado en espíritu”, se basa en el transporte hacia fuera del cuerpo y el viaje por el cielo, el ángel que acompaña al visionario, el lugar desierto que, con el ayuno, representa la condición para que tal experiencia pueda suceder, etc. La investigación adopta como modelo para la comprensión de Jesús en su embate con Satanás en ese relato el mito del combate entre el ángel Miguel y Satanás, tal como es retratado, por ejemplo, en la Regla de la Guerra de Qumran y reflejado en el Nuevo Testamento enApocalipsis 12. La investigación de Schiavo se inserta en un eje del proyecto que analiza figuras mesiánicas de la narratividad apocalíptica judaica que pueden haber influido en las primeras elaboraciones cristológicas, es decir, las primeras afirmaciones sobre la divinidad de Jesús y su origen celestial.

Otro eje de la investigación pretende relacionar estos textos apocalípticos de los cristianos primitivos con el culto celestial tal como era idealizado por los círculos judaicos místicos del período. Esta hipótesis, en este caso, indica que ese mundo místico se inserta en el culto de las casas de los primeros cristianos, permitiendo la formación de la identidad religiosa y la organización social en torno a la experiencia religiosa. Al margen de esa discusión de la relación del cristianismo con el judaísmo, el proyecto contempla otro eje de investigación que analiza también la recepción de temas apocalípticos en la religión popular del Mediterráneo, más específicamente en los papiros mágicos y en los amuletos y talismanes antiguos. Al fin de cuentas, judíos y cristianos estaban a su vez inmersos en el mundo religioso grecorromano.

Para el coordinador, los textos seleccionados para la investigación establecen también conexiones con los días actuales, pues se refieren a un nuevo milenio, al deseo de cambio libertario, y la realización de utopías y sueños. “Los estudios bíblicos son de gran relevancia en Brasil, toda vez que se trata de un país con vertientes de su cultura popular y un gran número de grupos religiosos que se alimentan de símbolos bíblicos”, justifica. “En una sociedad plural en lo cultural y en lo religioso como la nuestra, análisis estancados que no consideran también la complejidad de los textos fundacionales corren el riesgo de no comprender el pasado, y tampoco el presente”, concluye.

El proyecto
Estructuras Religiosas Convergentes en el Judaísmo y en el Cristianismo del Siglo II  (nº 98/13311-2); Modalidad Proyecto temático; Coordinador Paulo Augusto de Souza Nogueira – Universidad Metodista de São Paulo; Inversión R$ 83.871,00

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