ZanskyLas carreras de maestría profesional se están afianzando en Brasil como una alternativa de capacitación y calificación profesional en diversas áreas, dado que ofrecen una propuesta curricular que apunta a articular la investigación científica con la práctica profesional como un modo de calificar al individuo para el mercado laboral y ampliar la competitividad y productividad de empresas y organizaciones públicas y privadas. La maestría profesional, reconocida por la Coordinación de Perfeccionamiento del Personal de Nivel Superior (Capes) en 1999, se transformó en una de las modalidades de posgrado que más crecieron en el país en los últimos años. Al comienzo de los años 2000, poco tiempo después de instituirlos, había disponibles unas 60 carreras, sobre todo en instituciones de enseñanza superior privadas. Con todo, en los últimos siete años la oferta creció en forma exponencial, llegando a una cifra de 338 carreras en 2011 y a alrededor de 700 en 2016. En el mes de marzo de este año el Ministerio de Educación (MEC) también instituyó el doctorado profesional en el ámbito del Sistema Nacional de Posgrado, con el propósito de estrechar las relaciones entre las universidades y el sector productivo nacional.
Más cerca del mercado laboral que el máster académico y más teórica que las especializaciones y MBA (Master in Business Administration), la maestría profesional fue inicialmente desarrollada a imagen del máster tradicional, es decir, el académico. “Con el tiempo, esta modalidad comenzó a orientarse por la transferencia del conocimiento producido en la universidad hacia la sociedad, mediante el perfeccionamiento de metodologías, técnicas y procesos que atienden demandas específicas del mercado de trabajo”, dice la profesora Ana Lúcia Gomes da Silva, del Departamento de Ciencias Humanas de la Universidad Estadual de Bahía (Uneb). Este desplazamiento generó resquemores en algunos sectores de la academia. El argumento fue que este tipo de carreras podría representar una amenaza para el futuro de las maestrías y doctorados tradicionales, comprometiendo la generación de nuevos conocimientos y la formación de investigadores para atender las demandas de la ciencia en Brasil. “Como consecuencia de ese debate, surgieron muchas dudas sobre las similitudes y diferencias entre esas dos modalidades de posgrado”, comenta Gomes da Silva.
Grosso modo, el proceso selectivo para ingresar al máster profesional suele ser similar al caso del académico, mediante una prueba escrita, entrevista y evaluación del currículo. En ambos casos, las carreras tienen una duración de dos años. Suele ocurrir que el alumno no necesite presentar un proyecto de investigación para que se lo admita o elaborar una tesina para obtener el título de magíster en la modalidad profesional. Dependiendo de la institución, el trabajo final puede ser una revisión de la literatura, un artículo, un estudio de caso, un informe, una propuesta de intervención, un proyecto de adecuación o innovación tecnológica, desarrollo de instrumental, equipos, prototipos, entre otros formatos.
ZanskyEn otros casos, se le exige al candidato un proyecto de investigación similar al del máster académico, con objetivos claros y metodologías bien definidas y coherentes con el tipo de investigación que se pretende desarrollar. “Sea como sea, la investigación en el ámbito de la maestría profesional debe estar comprometida con el perfeccionamiento profesional del individuo, ya sea que fuera empleado o empresario, enfatizando la articulación entre el conocimiento actualizado, dominio de la metodología y aplicación orientada hacia un área específica”, explica Gomes da Silva.
A diferencia del máster académico, se orienta al profesional según su línea de actuación, enfocándose en la construcción de un conocimiento instrumental de rápida aplicación. “Es fundamental que la investigación realizada en esa modalidad pueda incorporarse al ejercicio de la profesión no académica, logrando una confluencia de la teoría y la práctica, con propuestas de intervención a presentar al final de la carrera”, dice la profesora Marli Eliza André, del Programa de Estudios de Posgrado en Psicología de la Educación de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC-SP). Según la investigadora, la maestría profesional debe estar comprometida con la instrumentación de la práctica profesional del alumno.
Las carreras disponibles en la actualidad abarcan áreas tales como economía, administración, derecho, entre otras. No obstante, predominan algunos campos. El área de la educación es la que lidera la oferta de carreras de maestría profesional en Brasil. Hay 82 carreras destinadas sobre todo a la formación de docentes de la educación básica. “El objetivo del máster profesional en educación consiste en estrechar las relaciones entre la universidad, las redes educativas y los gestores educativos por medio de la capacitación de recursos humanos para actuar en sectores académicos y no académicos”, dice Gomes da Silva.
El área de la salud colectiva también presenta una participación significativa, con 39 cursos. De acuerdo con la nutricionista Silvia Medici Saldiva, coordinadora del Programa de Maestría Profesional en Salud Colectiva que ofrece el Instituto de Salud de São Paulo, esta modalidad educativa podría contribuir a la capacitación de individuos aptos para identificar problemas por medio de abordajes multidisciplinarios, capaces de establecer prioridades e intervenir sobre la situación de la salud en diferentes grupos de la población.
ZanskyLa Capes, más allá de reglamentar los programas de maestría profesional, analiza las carreras. El título de magíster cuenta con validez nacional y le confiere al profesional que lo posee los mismos derechos que se le conceden a los titulares de la versión académica, tales como poder dar clases en carreras de enseñanza superior. Frente a la vasta oferta de carreras, se requiere de un cierto criterio para hallar programas de buena calidad. Hay algunos que se destacan, como es el caso del máster profesional en ingeniería aeronáutica y mecánica impartido por el Instituto Tecnológico de Aeronáutica (ITA) en colaboración con la Empresa Brasileña de Aeronáutica (Embraer). El mismo tiene una duración de 18 meses y una estructura curricular enfocada en las necesidades tecnológicas de la propia compañía y ofrece especializaciones en las áreas de aerodinámica, propulsión y energía, estructuras y mecánica de los sólidos y mecatrónica y dinámica de sistemas aeroespaciales. Esta carrera lleva capacitados a más de 1.400 profesionales, según informa Daniela Sena, directora de recursos humanos de Embraer. “Casi todos son contratados por la empresa para implementar los proyectos desarrollados durante la maestría”.
En el sitio web de la Capes pueden cotejarse los artículos sobre los programas y la propuesta curricular de los que se ofrecen actualmente en el país: bit.ly/1DI9DJ7.
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