Una exesclava del Estado Islámico en Siria, la activista iraquí Nadia Murad, de 25 años, y el ginecólogo congoleño Denis Mukwege, de 63 años, que atiende a víctimas de violación en la República Democrática del Congo, ganaron el Premio Nobel de la Paz. Para el responsable de la premiación, la trayectoria de ambos da visibilidad al uso de la violencia sexual en guerras y conflictos armados y permite combatirla. Murad y Mukwege ya habían recibido el Premio Sájarov de Derechos Humanos del Parlamento Europeo. En los últimos 10 años, Mukwege y su equipo han tratado a 30 mil mujeres víctimas de violencia sexual en un hospital en Bukavu, una ciudad congoleña con 700 mil habitantes. Los delitos sexuales ocurrieron en la guerra civil que ha matado a 6 millones en el país. El médico también creó un sistema de microcrédito para ayudar a las víctimas a reestructurar sus vidas. Nombrada embajadora de la dignidad de los sobrevivientes de la trata de personas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), Murad es miembro de la minoría etnoreligiosa yazidi. Vivía en una aldea en el norte de Irak cuando el Estado Islámico atacó la región en 2014, asesinó a parte de los residentes (18 de la familia de Nadia) y secuestró a niñas y jóvenes, las mantuvo cautivas o las vendió como esclavas sexuales. Nadia fue violada y abusada. Se escapó con la ayuda de una familia musulmana.
A principios de octubre, la Fundación Nobel anunció a los ganadores de los premios de física, química, economía, medicina o fisiología y paz. La Real Academia Sueca de Ciencias selecciona a los galardonados en las primeras tres categorías. El Instituto Karolinska elige a los ganadores en medicina o fisiología y el Comité Noruego del Nobel, a aquellos por la paz. Una cuarta institución, la Academia Sueca, define al ganador del premio en literatura, que, debido a una crisis en la entidad, solo se conocerá en 2019, cuando debería haber dobles premios.
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