Un estudio efectuado con cucarachas (Blattella germanica) en establecimientos comerciales de São Paulo y Río de Janeiro demostró que las mismas están desarrollando resistencia contra los productos más utilizados por las empresas de fumigación, como deltametrina (piretroide), clorpirifos (organofosforado) y sus mezclas. Según el profesor Celso Omoto, del departamento de Entomología Agrícola de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz (Esalq) de Piracicaba, que colectó e investigó las muestras, la variabilidad genética en los linajes estudiados confiere resistencia contra ambos insecticidas. Pero no se observaron resistencias cruzadas con el fipronil, un nuevo insecticida en gel usado en cebos. “No es posible determinar un índice único de resistencia, pues dicho porcentaje varía de acuerdo con el lugar de colecta”, explica Omoto. “El mayor problema reside en el control irracional, con dosis muy altas de insecticidas o de sus misturas, que contaminan a las personas y al ambiente, y elevan los costos con el control. No existen muchos productos en el mercado y las alternativas no surgen fácilmente. Es necesario saber si las cucarachas manifiestan resistencia y cuál es el porcentaje de la misma, en cada uno de los locales en donde las colonias se encuentran, para la indicación del insecticida correcto y de la dosis adecuada para el exterminio de los insectos. “Ese monitoreo debe ser permanente y debe ir acompañado de otras medidas, como la limpieza y la higiene de los ambientes”, observa Omoto, que también es consultor del Comité Brasileño de Acción Contra la Resistencia a Insecticidas.
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