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Tecnociencia

Cultivo preserva ostras autóctonas

Preservar el medio ambiente y aumentar los ingresos de una comunidad de pescadores del litoral sur de São Paulo. Con esos dos objetivos se inició en 1994 el proyecto de explotación y cultivo de ostras del manglar de Cananéia. Es una iniciativa conjunta del Instituto de Pesca, de la Secretaría de Agricultura y Abastecimiento del Estado de São Paulo y de la Fundación Forestal, de la Secretaría de Medio Ambiente, para enseñarle a la comunidad a producir y comercializar las ostras autóctonas de manera sostenible, que resultó en la preservación de la especie.

Este año fue uno de los 24 proyectos escogidos en el mundo y uno de los cuatro proyectos brasileños nominados para concurrir al premio Iniciativa Ecuatorial 2002. “Introducimos la cría en viveros como un mecanismo para disminuir la presión sobre el manglar, y así, recomponer las existencias”, comenta Ingrid Cabral Machado, investigadora del Instituto de Pesca y encargada de la parte científica del proyecto. Antes de llegar a la mesa para saborearlas, las ostras pasan por una depuradora para su descontaminación, montada según los criterios establecidos por los investigadores. La venta de dicho producto es llevada a cabo por una cooperativa de pescadores de la comunidad – Cooperostra –, integrada por 48 asociados.

El proyecto de la Cooperostra no se metió entre los seis finalistas, anunciados al final de agosto, en el marco de la Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible en África del Sur, pero de cualquier manera recibió el premio de 30 mil dólares destinado a los primeros colocados. La organización no gubernamental (ONG) norteamericana TNC (The Nature Conservancy) extendió el premio a los proyectos escogidos en la primera fase, por entender que todos tenían relevancia ambiental y contribuían a la reducción de la pobreza. 

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