Daniel Bueno“Nadé contra la corriente y tuve que superar muchos obstáculos”, dice el profesor José Agnaldo Gomes, de 43 años, del Departamento de Psicología Social de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC-SP). Nacido en Maracaí, a 463 kilómetros de la capital paulista, Gomes empezó a trabajar a los 13 años como cortador de caña de azúcar en la zafra. Durante siete años la escuela estuvo ausente en su rutina de despertarse de madrugada, trabajar duro y caer rendido de cansancio por las noches. Hasta que se decidió a hacer un curso acelerado para concluir la primaria y la secundaria. “Incluso cuando trabajaba en la zafra, siempre alimenté el sueño de ser psicólogo”, dice. Al cabo de 10 años como bracero [boia-fria], entró a trabajar en la oficina del ingenio, pero luego decidió dejar a su madre, sus hermanos y su empleo y venirse a São Paulo, en donde trabajó en las tiendas Casas Bahia. Posteriormente empezó a cursar Psicología en la Universidad São Judas Tadeu, pero no tenía dinero para pagar las cuotas mensuales. A través de amigos, conoció a monseñor Luciano Mendes de Almeida, quien le consiguió una beca de estudios completa.
Como quería ser docente, realizó su maestría en Psicología Social en la PUC, también como becario, con foco en las personas en situación de calle. En 2003 se postuló para el doctorado en Psicología Laboral en la Universidad de São Paulo (USP). Tropezó en el examen de aptitud en alemán, entonces se fue a aprender el idioma en Alemania, donde permaneció durante seis meses como voluntario en una asociación que trabaja con personas que viven en la calle. De regreso a Brasil, lo aprobaron en el doctorado de la USP. “Debido a mi tema de estudio, fui a Cosmópolis para estudiar las condiciones de vida de los cortadores de caña de azúcar”, relata. En la defensa del doctorado, el tribunal le sugirió que publicase en libro su tesis. Y salió publicada en 2012, con el título Do trabalho penoso à dignidade no trabalho.
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