El neurolólogo de paulista Esper Abrão Cavalheiro es el flamante presidente del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq). Reemplaza en esa función a Evando Mirra, que fue nombrado coordinador del recientemente creado Centro de Gestión y Estudios Estratégicos (CGEE), del Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT). Hace dos años, Cavalheiro dejó la dirección del Departamento de Neurología y Neurocirugía de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) para asumir la Secretaría de Políticas y Programas del MCT. Participó en el proceso de reformulación del ministerio, y en entrevista con la editora Claudia Izique, afirma que el cambio en el comando de la agencia es una “sustitución de continuidad”.
¿Cuáles son sus planes al frente del CNPq? ¿Hay cambios en marcha?
– No es hora de propiciar grandes cambios. Desde que fui llamado por el ministro Ronaldo Sardenberg, hace dos años, para ocupar la Secretaría de Políticas y Programas del MCT, pasé a formar parte de un equipo de trabajo que involucraba directamente a las dos agencias de fomento del gobierno: el CNPq y la Financiadora de Estudios y Proyectos (Finep). Los planes fueron trazados en aquel momento. Ahora llegó momento de ponerlos en práctica. Desde aquella época, la intención del ministro era incrementar los recursos disponibles para investigación en ciencia y tecnología. Esta meta está siendo alcanzada, con la implementación de los fondos sectoriales. El plano también preveía la estructuración de políticas de larga duración, que no fueran atropelladas por problemas circunstanciales y que permitieran una planificación y el avance del sector en el país. Este objetivo va a ser alcanzado: el MCT realizó la Conferencia Nacional de Ciencia y Tecnología en septiembre, y está elaborando el Libro Blanco, con las principales metas para el desarrollo. Por lo tanto, vivimos una fase en la cual la política está bastante clara y el papel de las agencias está definido. Recientemente, pasamos a contar con el apoyo del CGEE para la definición de políticas estratégicas. De esta manera, las reglas de juego ya se encuentran definidas. Asumo el cargo en el marco de una sustitución de continuidad.
¿Cuáles son los nuevos roles de las agencias a los cuáles usted se refiere?
– La Finep quedará claramente orientada hacia la relación con las empresas, con el objetivo de promover a su aproximación con la universidad y estimular la investigación empresarial propiamente dicha. Como ya es sabido, en Brasil la inversión en innovación es muy pequeña, salvo honrosas excepciones. Tenemos un potencial muy grande de investigadores en el área de tecnología, pero desgraciadamente están distantes del parque empresarial. En el caso del CNPq, nuestra misión consiste en financiar y apoyar a las actividades desarrolladas en las universidades e institutos de investigación, formando al mismo tiempo recursos humanos y estimulando al posgrado en el país.
En su asunción, el ministro Sardenberg dijo que el CNPq tendrá un Núcleo de Planeamiento Estratégico, en los mismos moldes que el de la Finep. ¿Cuál será su tarea?
– Estamos estudiando la constitución de ese Núcleo de Planeamiento Estratégico dentro del CNPq. El primero borrador de su estructura ya está listo. Ese núcleo hará la interfaz del CNPq con el CGEE, con la Finep y con el propio ministerio. El CNPq tiene una cantidad enorme de instrumentos, desde las becas de iniciación científica hasta los programas especiales, como el Southern Observatory for Astrophysical Research (Soar), en construcción en la región de Cerro Pachón, en Chile. El CGEE definirá cuáles son las prioridades. Necesitamos saber si el CNPq tiene los instrumentos necesarios para adecuarse a las políticas que el CGEE considera necesarias. Es conveniente recordar que el CNPq, la Finep y el CGEE tienen actividades independientes. Es necesario sintonizarlas, para no apuntar en direcciones opuestas, utilizando el mismo dinero.
Con estos reordenamientos, ¿están previstas alteraciones en las relaciones con las fundaciones estaduales de apoyo a la investigación y las secretarías estaduales de Ciencia y Tecnología?
– No habrá ningún cambio. No cabe duda de que cada región de Brasil tiene necesidades diferentes. Pero tiene que haber una clara interacción entre las acciones regionales, estaduales y municipales con aquello que el MCT definió como prioridad. Sabemos que determinadas acciones que se efectúan en algunas regiones del país son dominadas por deseos políticos que no siempre tienen relación con los problemas de la comunidad científica local. Pretendemos, en la discusión con los líderes, intentar acoplar a los programas del MCT, del CNPq y de la Finep esos anhelos, que son legítimos, apuntalados por discusiones más amplias y menos conducidos por la situación política momentánea.
El año pasado, el CNPq redujo a 4.075 el número de becas distribuidas en São Paulo. ¿Existen perspectivas de aumento del número de becas para São Paulo?
– Ésa es una buena discusión. São Paulo tiene una cantidad de grupos de investigación mucho mayor que el promedio nacional. La capacidad instalada es muy grande. Esto no es novedad. São Paulo consiguió, por medio de la FAPESP, crear mecanismos de estabilidad financiera para los grupos de investigación que son envidiados incluso en el exterior. Nosotros, acá en São Paulo, nunca nos preocupamos con la posibilidad de que el dinero no llegue. La demanda de mayores recursos para becas es justa. Pero se debe tener en cuenta que en el ámbito nacional la situación es diferente. São Paulo tiene un desempeño muy superior con relación al resto del país. En Brasil existen regiones en las cuales la ciencia comenzó ayer. São Paulo auxilia a todos los demás estados al recibir alumnos para que éstos hagan su posgrado, y esa capacitación permitió que otras áreas empezaran a producir ciencia. São Paulo formó másters y doctores, y éstos, ahora, están en actividad.
Los fondos sectoriales aumentaron significativamente el presupuesto del MCT. Este crecimiento se verá reflejado también en el presupuesto del CNPq, elevando el número de becas o los valores pagados a los becarios?
– El presupuesto del MCT crecerá, como mínimo, un 20%. Pero el dinero para recursos humanos es votado por separado dentro del Plan Plurianual. Los recursos destinados a becas representan alrededor de un 60%. Algunos programas tiene una partida específica, como por ejemplo el de biotecnología. Con relación a las becas, sus valores son proporcionales al valor de los salarios de los docentes de las universidades federales. Existen perspectivas de que esos valores sean revistos. No se puede imaginar que esos valores se mantendrán en el mismo nivel.
El Informe Tundisi preocupa a la comunidad científica. ¿El cierre de los posgrados existentes en los institutos es factible? ¿Cómo analiza usted las críticas al Informe?
– Supe del Informe en mi calidad de miembro del MCT. El debate en torno a sus propuestas pone en claro un problema: todos quieren cambios, pero nadie quiere cambiar. El Informe es el resultado de una amplia discusión con cada uno de los institutos de investigación de todo el país. Pero la gente insiste en generalizar las propuestas contenidas en él. El mayor problema reside en saber cómo esa gente evalúa su propio feudo. El posgrado no puede seguir el mismo camino de la especialización, copiando su estructura. La formación de los investigadores no es igual a la de los especialistas. En el área de la salud, por ejemplo, se ha llevado a cabo un trabajo inmenso para agrupar cosas que jamás deberían haber sido desmembradas. Con carreras fragmentadas por áreas de especialización, el posgrado acabó convirtiéndose en un feudo. Nadie quiere dividir el poder. Cuando se habla de asociación, está implícito que algunos se quedarán afuera. Si la coordinación queda en manos de las universidades y no de los institutos, el dinero será administrado por las universidades. La solución es el diálogo entre las partes intervinientes. Algunos observan que el Informe no es bueno por motivos intelectuales. Yo todavía no estoy convencido de ello.
El sistema de posgrado brasileño se enorgullece del aumento en el número de doctores formados en los últimos años. Al mismo tiempo, hay un buen número de doctores jóvenes, con buena formación, que no consigue trabajo ni en las universidades ni en los institutos. ¿Cómo abrir ese mercado?
– Nosotros nos enorgullecemos del crecimiento del número de doctores en el país. En las década del 70 y 80, crecieron las universidades privadas, lo que podría haber representado una apertura del mercado para los doctores y masters formados en las universidades públicas. Pero a Ley de Directrices y Bases de la Educación permitió que las universidades privadas colocaran especialistas, y no doctores y masters, en el comando de los posgrados. Esto llevó a un estrechamiento del mercado. Más allá de esta dificultad, los noveles doctores disputan el mercado de las universidades privadas con doctores con más tiempo de formación. Por otro lado, las universidades públicas no pueden crecer más en función de sus restricciones presupuestarias. Las particulares, desgraciadamente, han frustrado nuestras expectativas al no transformarse en centros de investigación. Claro que existen honrosas excepciones. Finalmente, existe otro problema: las empresas no están interesadas en admitir a los jóvenes investigadores. La idea es que las universidades públicas vuelvan a contratar. Asistimos a un envejecimiento de los profesores universitarios. El promedio de edad aumenta año a año, y eso que no es una buena señal para CeT. Esperamos también que las universidades privadas, en vez de armar un cuadro de personal para muestra, inviertan en las personas. Apostamos también al desarrollo empresarial y a la innovación para ampliar el mercado de trabajo para nuestros doctores.
¿Cómo se siente un investigador como usted al dejar el laboratorio de investigación para asumir un cargo como la presidencia del CNPq?
– Estoy muy contento por poder tener una visión integral del país. Nosotros, los investigadores de São Paulo, somos protegidos por una agencia de fomento como la FAPESP. Pero es un privilegio dirigir el CNPq y ver el gran número de desafíos que se presentan en CeT en el país. Solamente lamento, como investigador, no estar junto a los alumnos cuando éstos hacen una observación por primera vez, cuando descubren el conocimiento. Ahora ellos me comunican sus logros por e-mail. Ésa es la victoria del profesor. Por otro lado, en Brasilia, se vive un momento de gran dinamismo. Nunca se habló tanto de ciencia y tecnología. Cuando recibí la propuesta, la gran motivación era colocar a la CeT en la agenda nacional. Y eso fue lo que sucedió. Descubrí que había cosas importantes fuera del área de la medicina. Es interesante poder estudiar cosas de áreas que no conocía. A veces, siento deseos de comenzar de nuevo.