De seguir todo tal cual como ha sido planificado, la Marina de Brasil presentará primer prototipo de su Misil Antibuque Nacional de Superficie, conocido en el ambiente según su sigla: MAN-SUP, en 2017. Este armamento es considerado crucial cuando se trata de contar con una fuerza naval moderna y bien equipada para acciones de defensa, junto a los portaaviones y los submarinos. Pocos países en el mundo dominan la tecnología de fabricación de estos vectores. La Armada brasileña y empresas de alta tecnología del país suscribieron los contratos de desarrollo del misil nacional a finales de 2011. Omnisys, una empresa con sede en la localidad de São Bernardo do Campo, en la Región Metropolitana de São Paulo, fue seleccionada para suministrar el autodirector o seeker, un radar embarcado en el misil, que se encarga de que éste llegue al blanco con precisión. “Estamos orgullosos de formar parte de un programa tan importante para el país. El desarrollo de este instrumento para el primer misil del género fabricado en Brasil es un trabajo de gran complejidad, y uno de los más relevantes en la cartera actual de proyectos de Omnisys”, afirma Lionel Collot, de 46 años, director del área de ingeniería de la empresa.
Graduado en ingeniería aeronáutica en la École Nationale Supérieure de L’Aéronautique et de L’Espace, en Toulouse, Francia, con trayectoria por la fábrica de aviones Airbus y por la Direction Générale de l’Armement (DGA) del Ministerio de Defensa francés, Collot encabeza desde hace dos años el equipo de 70 técnicos e ingenieros encargados de las innovaciones que salen de los laboratorios de Omnisys. La empresa fue fundada en 1997 por tres ingenieros electrónicos, Luiz Henriques, Jorge Ohashi y Edgard Menezes, quienes trabajaron durante algunos años en Elebra, una de las mayores compañías brasileñas de electrónica de la década de 1980. Al principio, Omnisys actuaba como prestadora de servicios con enfoque en los sistemas destinados a aplicaciones aeronáuticas, navales y meteorológicas. Pero en 2001 expandió su área de actuación al incorporar las actividades industriales de fabricación mecánica y electrónica. A partir de entonces, su crecimiento se acentuó. La facturación trepó de 700 mil reales en 2001 a 23 millones de reales cuatro años después; llegó casi a 80 millones de reales en 2012 y pues crecer un 30% este año.
En 2006, el control de la empresa pasó a manos de la multinacional francesa Thales, una de las líderes mundiales de tecnología en los mercados de defensa, seguridad, aeroespacial y de transportes. Presente en 56 países, Thales (la antigua Thomson-CSF) cuenta con 67 mil colaboradores, un tercera parte de ellos ingenieros e investigadores, y destina alrededor del 20% de su facturación a investigación y desarrollo (I&D), un porcentaje que replican todas las empresas del grupo, incluso Omnisys. En 2012, los ingresos del grupo ascendieron a 14.200 millones de euros (42.600 millones de reales), y los recursos destinados a I&D sumaron 2.500 millones de euros (7 mil millones de reales). Brasil es el epicentro de la estructura latinoamericana de la multinacional, y en poco tiempo más concentrará más del 50% de los negocios del continente. “El primer contacto entre Thales y Omnisys se concretó en 2001, cuando el grupo llegó en busca de un socio brasileño para instalar radares de tráfico aéreo en el país. Posteriormente, también en 2006, ambas empresas presentaron un programa común con el objetivo de desarrollar una nueva gama de radares de control de tráfico aéreo de largo alcance e instalar en Brasil toda la infraestructura industrial necesaria para la fabricación de dichos radares, tanto para el mercado brasileño como para el mercado mundial.
“Se tomó esta decisión en reconocimiento de la capacitación técnica y el liderazgo de Omnisys en los sectores de microondas, electrónica, defensa y radares. A partir de allí, la sociedad se fortaleció a punto tal que la empresa se convirtió en un brazo de Thales en Brasil”, comenta Collot. Desde entonces, los franceses invirtieron alrededor de 120 millones de euros (360 millones de reales) en la transferencia de tecnología para que los ingenieros brasileños de Omnisys pudiesen absorberla y fabricar, integrar y probar sus radares en São Bernardo do Campo Lionel Collot, en Thales desde 1999, trabajó durante 10 años en el desarrollo de aparatos para aviación en la sede francesa del grupo, ubicada en la ciudad de Vendôme, antes de ser trasladado a Brasil para dirigir el sector de ingeniería de la empresa. Durante ese período tomó parte en varios proyectos, entre ellos uno que comprendía el suministro de sistemas para jets de la brasileña Embraer. En un portugués con un leve acento, Collot explica que el área de investigación y desarrollo de Omnisys se divide en tres sectores: electrónica y software, microondas y analógicos, que se encarga de los proyectos de radares, y la oficina de diseño, abocada a delinear y a documentar las innovaciones. “En estos tres sectores contamos con seis líneas principales de productos en desarrollo. Además del autodirector del MAN-SUP, proyectamos y construimos radares de rastreo, de tráfico aéreo, sonares para submarinos, aparatos para la Marina y componentes de satélites. Cada uno de ellos cuenta con un ingeniero de sistemas que se encarga de la coordinación del proyecto.”
Los ingenieros Thiago Kaneshiro y Sergio Forcellini integran el equipo de 25 investigadores que proyecta el autodirector para el misil de la Marina brasileña. Kaneshiro, de 30 años, ingresó en la empresa en 2005 como pasante, cuando todavía cursaba ingeniería eléctrica en la Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo (USP). “Mi primer proyecto en Omnisys consistió en el desarrollo de una estación de telemedidas para el Centro de Lanzamiento Espacial de Alcântara, en el estado de Maranhão. Estuve allí hasta 2007, cuando ya había sido contratado. Después participé en el equipo encargado de la elaboración de un componente del Satélite Sino-Brasileño de Recursos Terrestres, el Cbers: la antena del transmisor en banda X que envía las imágenes captadas por el satélite a las estaciones ubicadas en tierra. Además de la antena del transmisor, la participación de Omnisys en el proyecto del Cbers comprendió también el proyecto y la construcción de un subsistema de recabado de datos, un subsistema de transmisión de imágenes y una computadora para su ubicación a bordo, destinada al procesamiento de datos. Los contratos para la provisión de estos componentes, que culminarán este año, totalizan 53 millones de reales.
El ingeniero de telecomunicaciones Sergio Forcellini, de 52 años, uno de los investigadores del sector de microondas y analógicos de Omnisys, trabaja en el desarrollo del receptor del seeker. Esta pieza se encarga de recibir y amplificar las señales emitidas por el transmisor del radar y reflejadas en el blanco, en este caso, el buque que se pretende alcanzar. “Antes de este proyecto, trabajé en un discriminador de frecuencia digital, un aparato capaz de detectar la frecuencia de las señales de los radares existentes alrededor de un buque. Con base en la lectura de estas señales, el aparato determina si un buque es amigo o enemigo”, dice Forcellini. El científico, máster y doctor en sistemas electrónicos egresado de la Escuela Politécnica de la USP, inició su trayectoria en la compañía de telecomunicaciones NEC de Brasil.
Otra importante área de actuación de Omnisys se relaciona con el desarrollo de radares meteorológicos, de control de tráfico aéreo y de rastreo; éstos últimos se emplean para detectar la trayectoria de cohetes, misiles y aeronaves. “En este momento estamos concretando la renovación del sistema de comando y telemetría de 24 radares de rastreo para clientes de Brasil, Francia y la Guayana Francesa”, dice Collot. Acá en el país forman parte del paquete dos radares del Centro de Lanzamiento de Alcântara y otros dos del Centro de Lanzamiento de Barreira do Inferno, en Rio Grande do Norte. En la Guayana Francesa se están modernizando dos unidades del Centro Espacial de Kourou, utilizado para el lanzamiento de los cohetes franceses Ariane, en tanto que en Francia, Omnisys está renovando 18 equipos instalados por el Ministerio de Defensa en la costa sur y oeste del país para el seguimiento de los lanzamientos de misiles y cohetes.
El líder del trabajo de modernización de estos radares es el ingeniero electricista Gustavo Sukadolnik, de 33 años, gerente de ingeniería de sistemas. “Empecé a trabajar en Omnisys en 2008, rehaciendo el software embarcado y la plaqueta de control de los radares de rastreo que allí se desarrollaba. Nos solicitaron que renovásemos los equipos de la Guayana y de Francia debido a la capacidad que adquirimos con el correr de los años. Nunca llegamos a fabricar un radar de rastreo desde el vamos, pero tenemos la capacidad para ello, porque sabemos desarrollar todos los subsistemas”, dice Sukadolnik. El investigador, que viajó 25 veces a Francia durante los últimos cinco años para seguir de cerca el trabajo de renovación de los radares, también coordina el equipo abocado al proyecto del seeker. Este radar, explica, comienza a funcionar solamente después del lanzamiento del misil, en la fase final de aproximación al blanco. “Si el buque se desplaza, la función del seeker consiste en ajustar la ruta del misil para que éste dé en el blanco.”
Intensidades meteorológicas
La experiencia de Omnisys en la fabricación de radares tuvo su inicio en 2005, cuando se convirtió en la primera empresa de Brasil y de Latinoamérica en desarrollar un radar meteorológico tipo Doppler operando en la llamada banda S, con un radio de alcance de hasta 400 kilómetros. El proyecto recibió tres financiaciones del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe) de la FAPESP y una del Programa de Apoyo a la Investigación en Empresas (Pappe-Pipe), en el marco de un convenio entre la Fundación y la Financiadora de Estudios y Proyectos (Finep). La diferencia entre un radar Doppler y uno convencional reside en que el primero es capaz de determinar la intensidad de los fenómenos meteorológicos. Y logra medir la velocidad y la dirección de las nubes y las lluvias, en tanto que el convencional determina solamente el volumen de precipitaciones en determinada localidad y tiene un alcance promedio limitado a 100 kilómetros (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 117).
El ingeniero electricista Carlos Mitikami, de 36 años, coordinador del sector de microondas y analógicos de Omnisys, fue uno de los cuatro investigadores responsables del proyecto del radar Doppler. “Mi primera función en la compañía consistió en producir pequeños módulos del radar de trayectografía del centro de Alcântara, que es un aparato que se usa para seguir el lanzamiento del cohete y verificar si el mismo se encuentra dentro de la trayectoria programada. Cuando finalizamos el proyecto, pasé a trabajar en el desarrollo del receptor del radar Doppler”, dice Mitikami. “Debemos mantenernos constantemente actualizados, pues desarrollamos productos que elaboran pocas empresas en el mundo”. Antes de trabajar en Omnisys, Mitikami lo hizo en Ericsson, en São José dos Campos (São Paulo).
Omnisys también obtuvo la aprobación de varios proyectos ante la Finep. En 2006 proyectó y construyó con efectiva transferencia de tecnología de Thales una nueva generación de radares de control de tráfico aéreo civil y militar. Desde entonces ha fabricado 30 unidades de estos aparatos, que se le vendieron al gobierno brasileño y también se exportaron a América Latina, Europa y Asia. En total, Omnisys ha comercializado sus productos con clientes de nueve países, entre ellos México, Argentina, Paquistán y Francia. El más reciente campo de actuación de la empresa es el desarrollo de sonares. “Estamos erigiendo el primer centro de excelencia de acústica submarina de Brasil. Para ello llegará personal proveniente de Francia, que formará parte del equipo e impartirá capacitación”, afirma Lionel Collot, quien a su vez informa que este año se ha creado un programa internacional llamado Cifre-Brasil, que cuenta con la participación del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) y de su par francés –la Agence National pour la Recherche Technologique (ANRT)–, cuyo objetivo consiste en la formación de doctores en el área. “Dos investigadores brasileños irán a hacer sus doctorados en Francia en 2014. Allá estarán en contacto con Thales y, al regresar a Brasil, trabajarán en Omnisys”, afirma el director de ingeniería de la empresa. Para capacitar a su personal, Thales mantiene cinco centros de investigación y tecnología dispersos por el mundo, cuyas sedes se encuentran en Singapur, Francia, Canadá, el Reino Unido y Holanda, además de un centro de capacitación: la Thales Université, ubicada en las afueras de París. La empresa tiene en cartera más de 5 mil productos y 13 mil patentes, 350 de éstas obtenidas en 2012.
Proyectos
1. Transmisor de banda S para integrar un sistema de radar meteorológico Doppler (02/ 07909-0); Modalidad Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Coord. Jean Claude Lamarche – Omnisys; Inversión R$ 167.228,00 (FAPESP).
2. Conjunto de antena de banda S para integrar un sistema radar meteorológico Doppler (02/ 07910-8); Modalidad Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Coord. Luiz Manoel Dias Henriques – Omnisys; Inversión R$ 286.804,60 (FAPESP).
3. Receptor de banda S para integrar un sistema de radar meteorológico Doppler (02/ 07911-4); Modalidad Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Coord. Jorge Hidemi Ohashi – Omnisys; Inversión R$ 250.092,40 (FAPESP).
4. Conjunto de antena de banda S para integrar un sistema radar meteorológico Doppler (04/ 13928-2); Modalidad Pappe-Pipe – Programa de Apoyo a la Investigación en Empresas y Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas; Coord. Luiz Manoel Henriques – (FAPESP). Omnisys; Inversión R$ 498.400,00.