EDUARDO CESARLa alimentación a base de pescado y harina de mandioca de las poblaciones de la ribera del río Tapajós, en el estado norteño de Pará, parece estar lejos de ser saludable. El químico Fernando Barbosa, de la Universidad de São Paulo (USP) con sede en la localidad de Ribeirão Preto analizó muestras de sangre de 453 habitantes de 13 comunidades ribereñas y detectó tenores de plomo hasta 10 veces superiores al límite considerado aceptable. Al buscar el origen de dicha contaminación, el investigador descubrió que prácticamente todas las poblaciones tuestan harina de mandioca en planchas metálicas que la contaminan. “Llegamos a detectar harina con 1 microgramo por gramo de plomo”, declaró Barbosa a EcoAgência. En Brasil no existe una legislación que regule la concentración de plomo en la harina de mandioca; pero, para alimentos similares, en otros países, la concentración máxima permitida es 0,1 microgramo de plomo por gramo del producto. Otros estudios habían demostrado anteriormente que también el pescado está contaminado con mercurio. La ingestión del alimento con este metal puede perjudicar la capacidad intelectual y el crecimiento de los niños, y generar otros problemas neurológicos.
Republicar