BRAZInternet se ha consolidado en Canadá como un poderoso instrumento de educación a distancia (e-learning), impulsada por iniciativas como la de Canarie, un consorcio integrado por el gobierno y la iniciativa privada canadiense, que es responsable por “Canada’s National Research and Innovation Network”. CA*net, como es conocida, es una red de fibra óptica de alta velocidad de 8 mil kilómetros, que conecta a más de 80 universidades, 50 facultades, 2 mil escuelas y cerca de diez centros de investigación, desde la Costa Atlántica hasta el Pacífico.
Tiene una estructura muy similar a la red que será construida en el marco del Programa Tecnología de Información para el Desarrollo de Internet Avanzada (Tidia), que cuenta con el patrocinio de la FAPESP, que implementará, en sociedad con la iniciativa privada, una red de fibra óptica de extensión estadual, con velocidad de hasta 400 gigabits/segundo, para el desarrollo de investigaciones de comunicación óptica y aplicaciones especiales de Internet.
Además de invertir en la construcción de la red, presupuestada en 1,2 mil millones de dólares, Canarie tiene en caja 28 millones de dólares para financiar programas de distribución de contenidos en Internet o de formación de un repositorio de objetos de aprendizaje (Learning Object Repository – LOR). El proyecto Belle (Broadband Enabled Lifelong Learning), por ejemplo, que está siendo implantado en la provincia de Alberta, permitirá que los alumnos del área de ciencias de la salud utilicen la base de datos del microscopio electrónico de la Universidad de Lethbridges, cuyas imágenes, de tan grandes que son, no pueden observarse por medio de la red convencional, pero se vuelven accesibles con el apoyo de la red avanzada.
“Nuestro papel es ayudar al desarrollo de redes avanzadas y en la próxima generación de redes, tanto en la industria como en las universidades”, explica Rafiq Kahn, director de desarrollo estratégico de Canarie, que participó de una sesión paralela del 9º Congreso de la Asociación Brasileña de Educación a Distancia (Abed), realizada en la sede de la FAPESP.
Alta velocidad
El Tidia también apoyará programas de aprendizaje en la red, y financiará el desarrollo de herramientas para la producción de contenidos, así como también la propia generación de contenido educativo. “Pese a que nuestra red es de investigación y no de producción, las dificultades de implementación son las mismas enfrentadas por Canarie y la experiencia de ellos tiene un valor incalculable para nosotros”, dice Luis Fernandez Lopez, coordinador del Tidia. Lopez adelantó que la Fundación ya ha iniciado los entendimientos con la empresa canadiense con el objetivo futuro de firmar acuerdos de cooperación oasociación.
Canarie entró en operación en 1993 con CA*net1, una red que tenía una capacidad de transmisión de datos de 56 Kbps por segundo y que permitía únicamente la transferencia de e-mails. Actualmente, ya está en operación CA*net4, con una velocidad de 40 gigabits. Costó 110 millones de dólares, pero permite, por ejemplo, que la red sea controlada por el usuario. Esto significa que universidades, instituciones, empresas y administraciones locales pueden, por ejemplo, construir sus propias cañerías de fibra óptica, participar en condominios de fibra óptica e incluso controlar la longitud de onda y la configuración de la red.
La ventaja es que los costos son muy bajos, ya que eliminan los gastos con las operadoras. La Universidad de Quebec, por ejemplo, ya cuenta con un condominio de fibra óptica de 3.500 kilómetros, presupuestado en 2 millones de dólares. Esto solamente es posible porque en Canadá las operadoras de telecomunicaciones permiten que los usuarios administren sus fibras ópticas mediante contratos de derecho de uso.
Tercera generación
La nueva tecnología, con alta velocidad de transmisión de datos, sumada a la posibilidad de controlar el uso de la fibra óptica, permiten al usuario de la CA*net4 tener acceso a aplicativos y servicios de la tercera generación de Internet. “En este nuevo momento de Internet, los datos y aplicativos son distribuidos en el ciberespacio. En lugar de un proveedor de contenido, tendremos proveedores múltiples, con entrega distribuida”, ejemplifica Rene Hatem, ingeniero jefe de Canarie.
Hatem cree que la nueva red será la base para lo que él denomina como e-investigación (e-research). Cita el ejemplo de la Red Nacional de Observatorios de Ecología (Neon), apoyada por la National Science Foundation (NSF), e integrada por diez instituciones, que servirá como plataforma para conjugar investigaciones en el campo de la biología.
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