Imprimir Republish

Salud

El amor después de la menopausia

Un estudio identifica factores que van en detrimento del ejercicio de la sexualidad femenina una vez pasada la edad reproductiva

memoria.tifPAULINE BONAPARTE BORGHESE, ANTONIO CANOVA, 1808Después de la menopausia, cuando cesa la ovulación mensual y los tenores de hormonas femeninas disminuyen bastante, la calidad de la vida sexual de más de una tercera parte de las mujeres cae sobremanera. Ellas empiezan a evitar las relaciones sexuales, en gran medida por sentir molestias y dolores que hacen del sexo casi un suplicio. Tales constataciones se desprenden de un estudio coordinado por el ginecólogo Aarão Mendes Pinto-Neto, de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp) y detallado en tres artículos publicados en 2008 en la revista Menopause.

En el marco de este trabajo, parte de la tesis doctoral de la ginecóloga Ana Lúcia Valadares, los investigadores evaluaron la calidad de vida sexual de 378 mujeres con edades entre 40 y 65 años que habían terminado la enseñanza media, una población muy poco estudiada en Brasil. Todas las entrevistadas eran habitantes de Belo Horizonte, la capital de Minas Gerais. Las mujeres contestaron un cuestionario -desarrollado en Australia y traducido al portugués por el grupo de la Unicamp- que investiga la vida sexual mediante preguntas sobre la frecuencia de las relaciones sexuales (solitarias o de dos, con o sin penetración vaginal), la intensidad del placer alcanzado con el sexo y la frecuencia y la intensidad de pensamientos sobre sexo y del deseo sexual.

Uno de los resultados que llamaron la atención fue la gran frecuencia de dolor durante la penetración -trastorno llamado por los médicos dispareunia-, mencionada por casi el 40% de las entrevistadas. “Entre dos y tres años después de la menopausia, casi todas las mujeres sienten algún nivel de incomodidad debido a la resequedad vaginal”, comenta Aarão. En muchos casos, nada que la información y un poco de gel lubricante no resuelvan.

La compañía de un compañero cariñoso y sano también se mostró indispensable para una buena sexualidad. Ana verificó que las mujeres cuyos compañeros tenían problemas tales como disfunción eréctil o eyaculación precoz presentaban mayor tendencia a sentir dolor durante el sexo. Una explicación probable, según los investigadores, es que esas mujeres, para alcanzar un nivel de lubricación agradable, necesitan recibir más caricias, cosa que no siempre logra hacer un compañero más presuroso.  La dispareunia fue más común entre las mujeres con depresión y aquéllas que se ponen nerviosas en relación con el sexo. Como el cuestionario establece la correlación, pero no permite inferir si el dolor causa el problema emocional o si es consecuencia de éste, los investigadores se valen de la experiencia clínica para entender mejor los resultados. Con base en los casos que vio en más de 20 años de estudio, el ginecólogo de la Unicamp cree que el malestar físico surge antes que el problema emocional. Y cuando la mujer anticipa el dolor que sentirá, comienza la evitar la actividad sexual.

Algunos de los síntomas desagradables de la menopausia obstaculizan el sexo, lo que hace que sea la disfunción sexual más común entre las mujeres que tienen esos síntomas. No es de sorprender. Quien transpira y siente falta de aire durante oleadas súbitas de calor, no produce lubricación vaginal, sufre de insomnio, tiene depresión y pasa por un período en el cual las oscilaciones del humor parecen una montaña rusa a punto tal de echar de menos las tensiones premenstruales de la juventud, difícilmente verá el sexo con buenos ojos. Asimismo, los medicamentos contra la depresión y la hipertensión, problemas comunes en esta fase de la vida, pueden disminuir el apetito sexual.

Una medida personal
Una buena vida sexual, subraya Aarão, es aquélla que satisface a la propia persona. Hay quienes estén felices haciendo sexo una vez al mes, y quienes sienten que tres veces por semana es poco. El deseo sexual, añade, naturalmente disminuye con la edad -pero no con la menopausia. “Un hombre de 50 años tiene menos deseo que cuando tenía 20 años; lo propio sucede con as mujeres”.

Por esta razón, el investigador no habla de sexualidad buena o normal, sino adecuada a cada mujer.  Sin embargo, la satisfacción no depende solamente de la salud física. Para tener una vida sexual plena, la salud emocional de la relación debe estar al día. “Para tener una sexualidad adecuada, la mujer necesita sentirse atraída por su pareja”, comenta el investigador de la Unicamp. El cuestionario incluye preguntas sobre cuán satisfecha estaba la participante con su pareja como amante, si estaba enamorada y, de manera general, cómo se sentía con relación a él -o ella, en el caso de relaciones homosexuales. Una proporción mayor (del 71% al 86%) de mujeres que dieron nota máxima en una escala de 0 a 6 a cada uno de esos tres puntos -es decir, estaban enamoradas, sus parejas las satisfacían y para ellas eran buenos compañeros- afirmó tener una buena vida sexual. Entre las menos satisfechas con sus parejas, más de la mitad (entre el 53% y el 56%) tenían una la sexualidad perjudicada.

Entre las mujeres de la capital Minas Gerais, quedó claro que tener una pareja sexual saludable es importante para tener una buena vida sexual, pero vivir con ese compañero complica las cosas. Según el ginecólogo, algunos sexólogos sostienen que la cura para la disfunción sexual femenina es un compañero joven y atractivo.

Con base en este estudio, los ginecólogos pueden ayudar a las mujeres a rescatar su sexualidad después de la edad reproductiva. Para ello es necesario evaluar los casos de cada paciente y buscar las soluciones más adecuadas a cada una. La terapia de reposición hormonal, por ejemplo, puede reducir la falta de lubricación y los calores, y determinadas posiciones sexuales pueden ser más cómodas y placenteras para la mujer. “Nuestra función”, resume Aarão, “es ofrecer bienestar general a las mujeres y preservar su salud hasta la vejez”.

El proyecto
Sexualidad en mujeres climatéricas: un estudio poblacional en Belo Horizonte (nº 04/10524-8); Modalidad Auxilio Regular a Proyecto de Investigación; Coordinador Aarão Pinto-Neto/FCM-Unicamp; Inversión R$ 32.391,30

Artículos científicos
VALADARES, A.L. et al. Sexuality in Brazilian women aged 40 to 65 years with 11 years or more of formal education: associated factors. Menopause. v. 15, n. 2, p. 264-269. mar.-abr. 2008.
VALADARES, A.L. et al. The sexuality of middle-aged women with a sexual partner: a population-based study. Menopause. v. 15, n. 2, p. 706-713. jul-ago. 2008.
VALADARES, A.L. et al. A population-based study of dyspareunia in a cohort of middle-aged Brazilian women. Menopause. v. 15, n. 6, p. 1.184-1.190. nov-dic. 2008.

Republicar