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Estrategias

El arte ayuda a la ciencia

En la ceremonia de entrega del Nobel de 1980, el director Thomas Gover preguntó a sus colegas: “¿Ustedes conocen algún ejemplo en el que un artista haya suministrado la pieza que faltaba para alguna comprensión del mundo físico?” El arte no le dio nada a la ciencia, dijeron los participantes. Robert S. Root-Bernstein, del Departamento de Humanidades Médicas de la Universidad Estadual de Michigan, Estados Unidos, demostró en un artículo en la revista Nature que ellos estaban equivocados. Para el investigador, las artes contribuyen frecuentemente con la ciencia moderna. Los artistas muchas veces inventan estructuras nuevas que los científicos descubren posteriormente en la naturaleza. Los virólogos que intentaban comprender, en los años 50, la estructura de las capas de proteínas que envuelven a los virus esféricos, como el de la polio, fueron guiados por el conocimiento de las estructuras geodésicas del arquitecto norteamericano Richard Buckminster Fuller. Al artista Wallace Walker, cuando era estudiante en los años 60, se le pidió que hiciera un objeto tridimensional a partir de una hoja de papel con doblas y cola. La matemática de Doris Schattschneider determinó que la escultura de papel de Walker era la primera de una nueva clase de objetos geométricos hoy llamados caleidociclos. Muchas técnicas científicas se originaron también en el arte. La anamorfosis –cambio de forma– derivó del descubrimiento del dibujo en perspectiva del Renacimiento: la representación de un objeto tridimensional en una superficie plana. Esas transformaciones fueron centrales para D’Arcy Thompson y Julian Huxley: ambos describen los procesos evolutivos y embriológicos como distorsiones anamórficas. Mitchell Feingenbaum, uno de los pioneros de la teoría del caos, cree que la comprensión acerca de cómo un artista pinta podrá proporcionar los insights necesarios para mejorar a la ciencia. “Lo que los artistas lograron fue percibir que solo una pequeña parte de todo es importante, y solo después procuran ver cuál es ésta”, dice Feingenbaum. “Por eso ellos pueden hacer una parte de mi investigación por mí.”

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