Archivo personal En 2004, a los 29 años, el biólogo carioca Glauco Machado, por entonces investigador en pasantía de posdoctorado en la Universidad de Campinas (Unicamp), recibió una invitación para coordinar un curso de campo sobre ecología en el Amazonas, en reservas forestales cercanas a la ciudad de Manaos. Un grupo integrado por 20 estudiantes realizando maestría y doctorado, bajo su supervisión y la de otros profesores, pasó casi un mes en la selva recopilando y analizando datos. El trabajo final, sería un texto bajo el formato de un artículo científico redactado por los propios estudiantes. “Los alumnos no lograron armar un relato de los resultados de los estudios que habían llevado a cabo en campo”, comenta Machado. Entonces, él decidió organizar un curso de redacción científica, en principio, enfocado en la presentación de métodos para la escritura de artículos.
El resultado fue satisfactorio y el curso creció. En 2007, en São Paulo, para entonces ya como docente del Instituto de Biociencias de la Universidad de São Paulo (IB-USP), Machado elaboró algo con la misma dinámica para los estudiantes del curso de campo de ecología en el Bosque Atlántico, el cual coordina en forma conjunta con los biólogos Paulo Inácio Prado y Adriana Martini, del mismo instituto. En las clases, él comprobó que las dificultades de los alumnos iban más allá de la redacción del artículo científico. “La elaboración de un paper exige que el investigador domine los aspectos básicos del método científico”, explica. “La mayoría de los estudiantes de posgrado, no obstante, ni siquiera logran redactar una introducción, ni tampoco ensamblar los argumentos lógicos que avalen sus resultados ante la perspectiva de un debate”. Según él, muchos estudiantes no sabían cómo plantear una hipótesis.
El curso, que antes duraba un día, tuvo que ampliarse; y ahora tiene una duración promedio de una semana. En ese período, los alumnos aprenden a comunicar los resultados de sus trabajos, a redactar una introducción y a organizar la descripción de la metodología, entre otros aspectos inherentes a la elaboración de artículos científicos. “Repasamos todos los pormenores del proceso de redacción del artículo hasta llegar a su remisión a las revistas especializadas”, comenta. “También debatimos al respecto de la elección de las publicaciones más adecuadas para el tipo de investigación que hayan hecho, conforme al perfil del trabajo”.
En 2009, Machado trascendió las fronteras de la universidad. El IPÊ, Instituto de Investigaciones Ecológicas, en Nazaré Paulista, una localidad del interior del estado, fue el primero en albergar una edición del curso, que se tornó itinerante. Más allá de su trabajo en el IB-USP, donde estudia el comportamiento de los opiliones ‒un orden de arácnidos‒ (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 144), el biólogo, que hoy cuenta con 40 años, también viaja por el país impartiendo clases sobre redacción científica en universidades, ONGs e institutos de investigación. “En total, ya he visitado 10 estados brasileños”, dice. Un aspecto relevante del curso, según él, se refiere al tema de la ética en la investigación científica. “Los estudiantes albergan muchas dudas al respecto del tema de la mala conducta”, explica. “Todavía no saben reconocer aquello que se configura como plagio y autoplagio, por ejemplo”.
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