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Carta del editor | 69

El cerco a la hipertensión

Ya se está convirtiendo en rutina: investigadores brasileños concretaron otro descubrimiento importante relacionado con la hipertensión. Un equipo de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) y del Instituto del Corazón (Incor) encontró una proteína que es producida solamente en individuos que ya tienen presión alta o que muestran predisposición a desarrollarla. La hipertensión es un importante objeto de estudio en todo el mundo debido a la amenaza silenciosa que representa. Cuando se consiguen nuevas informaciones que puedan redundar efectivamente en un diagnóstico precoz, el mundo científico celebra. El que aquí citamos constituye un paso más en el combate contra una enfermedad que, cuando se manifiesta, normalmente ya ha provocado estragos en la salud del paciente. Una estimación de la Organización Mundial de la Salud indica que existen más 600 millones de hipertensos en el mundo: solamente en Brasil, el 20% de la población adulta padece el problema.

Los investigadores crearon un kit para medir la presencia de la proteína en la orina humana, que podrá convertirse en un test predictivo de la hipertensión. Ellos también han solicitado la patente para el uso de ese marcador y del test en Brasil, y harán lo propio en Estados Unidos, Europa y Japón. La buena noticia sigue la línea de investigaciones importantes ya realizadas sobre el tema. En la década del 60 fue identificada en la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto la molécula BPF (factor de potenciación de la bradicinina), que dio origen a un remedio muy utilizado contra la enfermedad. Este año, el Centro de Toxicología Aplicada del Instituto Butantan patentó el principio activo de otra molécula: el Evasin, que también dará origen a un fármaco antihipertensivo. Ahora aparece el trabajo del equipo conjunto de la Unifesp y del Incor, que valió el titular de la portada de esta edición. Una muestra de que la aptitud instalada en el sistema de investigación del estado de São Paulo raramente deja de rendir frutos cuando dispone de los medios adecuados.

Lo mismo vale para otros centros de investigación brasileños reconocidamente competentes. El Instituto de Tecnología en Fármacos (Far-Manguinhos), de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), por ejemplo, está preparado para ayudar a países de África de lengua portuguesa que tienen convenios de cooperación con Brasil. Far-Manguinhos le transferirá la tecnología de fabricación de antirretrovirales a Angola, un país con un alto índice de contaminados por el VIH, causante del Sida. La historia de este interesante trabajo de la Fiocruz esta en la sección Política C&T.

En la sección Tecnología puede verse un ejemplo de la asociación entre la universidad y la empresa con óptimos resultados. La Universidad Federal de São Carlos (UFSCar) y Alcoa Aluminio crearon el reómetro para concretos, un instrumento destinado a determinar el grado de calidad y las reacciones entre las materias primas usadas en la formulación de cementos refractarios. Dicho estudio es un éxito: generó diez disertaciones de maestría, siete tesis de doctorado, un libro y tres registros de patentes. Alcoa lanzó unsoftware específico que cuesta 800 reales, cuyos ingresos por ventas serán destinados íntegramente a la UFSCar. Pesquisa FAPESP ha venido esmerándose al mostrar este tipo de trabajos, como pruebas de las numerosas posibilidades de aproximación entre la academia y el sector productivo. Es un hecho comprobado que dicha aproximación, cuando es adecuadamente articulada, redunda en beneficios para ambas partes.

En Humanidades, investigadores del Instituto de Psicología de la USP concluyeron un diccionario brasileño con la lengua de señales para deficientes auditivos, el primero en el país. Para finalizar, acompaña a esta edición el suplemento Innovación Tecnólogica, que actualiza los datos del sector desde 1999.

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