Con base en el conocimiento de que algunos hongos producen compuestos denominados hidrocarburos para protegerse contra bacterias, investigadores de las universidades del Estado de Washington, en Estados Unidos, y Aalborg, de Copenhague, en Dinamarca, desarrollaron un método para que un linaje del hongo Aspergillus carbonarius produzca combustible de aviación, un tipo de hidrocarburo, mediante el empleo de biomasa lignocelulósica. Las enzimas que secreta ese hongo encontrado en hojas y frutos en descomposición transforman la biomasa en combustible, sin necesidad de aplicar ningún proceso químico industrial. En el experimento encabezado por Birgitte Ahring y publicado en la revista Fungal Biology, en su edición de abril, la biomasa que presentó mayor eficiencia fue el salvado de avena. Los investigadores trabajan ahora con ingeniería genética para mejorar los linajes de hongos productores de combustible.
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