Los miembros del Comité Científico Consultivo del Proyecto Biota/FAPESP se reunieron en diciembre del año pasado en la Fazenda de Intervales para realizar la segunda evaluación de dicho programa, que tiene como objetivo estudiar y mapear la fauna y flora del estado de São Paulo. James Staley, del Departamento de Microbiología de la Universidad de Washington, en Seattle; Arthur Chapman, coordinador científico de Environmental Resources Information Network (Erin), del gobierno australiano; Frank Bisby, de la Universidad de Reading en Inglaterra y coordinador de Species 2000; y Robert Colwell, del departamento de Biología y Evolución de la Universidad de Connecticut, todos ellos integrantes del Comité, fueron unánimes al caracterizar al Biota como “animador” y “excitante”, sobre todo por la interacción, sinergia y cohesión entre los 21 proyectos. Reunidos en la FAPESP, los cuatro investigadores conversaron con los periodistas Mariluce Moura y Fernando Cunha.
¿Cuál es la evaluación que ustedes hacen de las diversas fases del programa Biota/FAPESP tras el encuentro en Intervales?
Staley – Estuve aquí en diciembre de 1999 y muchas cosas han cambiado desde entonces. Una de las constataciones más importantes indica que los alumnos ahora están muy activos en el programa. La investigación propiamente dicha también está más adelantada. Es fantástico lo que está ocurriendo: excelentes investigadores realizando excelentes trabajos sobre una de las grandes cosas de Brasil y su fantástica biodiversidad. La FAPESP permitió que todas esas cosas se reunieran. Los investigadores, con apoyo para realizar sus investigaciones, junto la riqueza del medio ambiente, colaboran para un programa imponente de biodiversidad.
Colwell – Estuve en la Conferencia de Serra Negra, antes del lanzamiento del Biota/FAPESP, cuando se concluyó que era importante desarrollar un programa como éste. Desde aquella época, los progresos en el estudio de la biodiversidad me impresionan más que al Dr. Staley, que estuvo aquí hace cerca de un año, cuando el programa ya estaba en marcha. Una de las grandes esperanzas que tuvimos en la Conferencia de Serra Negra fue la de que el Programa Biota fuera más que una colección de proyectos independientes. La expectativa era que la sinergia, las interrelaciones, las interacciones y, de hecho, el progreso creativo, pudieran unir a distintos tipos de investigadores. Después del encuentro en Intervales, constatamos que todo eso sucedió de verdad. Quizás lo más excitante haya sido observar que, cuando un investigador relataba lo que estaba haciendo en su área, alguien de la platea sugería: “¿Por qué no nos unimos? Haremos eso juntos porque tenemos los datos sobre lo que ustedes están haciendo”. Esa es,probablemente, la principal característica del Programa Biota-FAPESP: es lo suficientemente grande para contar con muchos interlocutores y lo suficientemente pequeño para que muchas disciplinas se unan, interactuando de manera sinérgica.
Chapman – Al igual que el profesor Colwell, ya también estuve en el encuentro de Serra Negra, donde surgieron muchas ideas para el Programa Biota. Los investigadores verificaron las deficiencias en la investigación y definieron qué debería hacerse en lo que se refiere a la conservación de la biodiversidad en el estado de São Paulo. Como el profesor Staley, yo también estuve acá el año pasado. Muchos proyectos estaban recién comenzando. Este año, el programa despegó y hay muchos grupos y publicaciones en la mira de la investigación. Los nuevos proyectos dieron mayor vigor al Biota, apuntando nuevos caminos. Algunos llegaron incluso a verificar el nivel de dióxido de carbono producido por diversos tipos de vegetales, relacionándolo a los cambios climáticos, etc. Es sorprendente ver el brillo que ese programa ha adquirido en tan poco tiempo, rellenando las lagunas que hace cuatro años eran identificadas como un problema y que están comenzando a ser rellenadas.
Bisby – Esta fue mi primera incursión en el panel de evaluación del programa, pero acompaño el desarrollo de los proyectos desde su comienzo. También quedé impresionado con la velocidad con la que el Comité elaboró este gran programa y con la calidad de los proyectos, algunos, particularmente, de notable calidad. Hay una o dos cosas que me gustaría mencionar. Soy un taxonomista de plantas y me parece que una de las características fuertes del Biota es que, al mismo tiempo que busca desarrollar las investigaciones de excelente calidad en la interacción entre plantas y animales llevadas adelante por los diferentes componentes del sistema, también fortalece la información básica de la taxonomía, es decir, el conocimiento básico sobre cuáles organismos están presentes, cuáles organismos existen. Ése es su punto fuerte. La otra cuestión que me gustaría mencionar es la que se refiere a la cohesión del programa, que unifica la información de todos los proyectos en un solo sistema de información. Esas son las dos cosas que yo considero particularmente dignas de destacar en el Biota y que aprecio mucho.
Profesor Staley, ¿usted notó entre los 21 proyectos alguno que sea más importante que los otros? ¿O son todos del mismo nivel?
Staley – Notamos que São Paulo es el único estado de Brasil que tiene ese programa. Tal vez se pueda extenderlo a otros estados del país. Por esa razón, nosotros estamos incentivando a la FAPESP a considerar de qué manera eso podría agilizarse. Sería absolutamente fantástico si todo Brasil lograra una integración de este tipo.
¿Cuáles son las orientaciones para las próximas etapas del programa?
Bisby – Estructuramos el informe con recomendaciones en varios items. Primeramente, hablamos sobre incumbencias y protocolos para anotar información entre países. Proseguimos presentando algunas ideas para el futuro y también sobre el tamaño del programa. Bajo el título de incumbencias y protocolos, observamos que a lo largo del año ha habido un progreso real en dirección de un acuerdo sobre los sistemas de notación de todo el programa, especialmente en los proyectos sobre peces. Pero creemos que se requiere aún más. Sugerimos la realización de talleres para definir algunas técnicas de muestreo y la cuestión acerca de cuándo una muestra es suficiente. Otro punto es cuál es la hipótesis que está siendo probada. Sugerimos también la realización de talleres para analizar los kits operativos, que están aumentando. Son instrumentos muy sofisticados para modelar y medir la biodiversidad y para verificar los diferentes componentes de la biodiversidad. Sentimos que sería una idea útil reunir en un taller a personas de diferentes proyectos para definir desarrollos posteriores. Percibimos que algunos proyectos están encaminándose desde un estadio preliminar, que incluye la colecta, hacia un estadio más avanzado de probar hipótesis, observando modelos, resolviendo cómo las cosas cambian, si otros parámetros se alteran en el estado. Nosotros también hicimos dos o tres sugerencias sobre la anotación de protocolos en todo el proyecto, aunque ellas no sean importantes en el actual contexto, sino meros detalles técnicos. Además, pese a que el proyecto Biota estudia el estado de São Paulo, sugerimos que el sistema de información sea modificado ligeramente para permitir la presentación de informaciones tanto defuera como de dentro del estado.
Chapman – Una de las recomendaciones que hicimos el año pasado fue en el sentido de que algunos de los estudiantes investigadores y los investigadores graduados recientemente se involucraran más en los encuentros de evaluación. Quedamos satisfechos al saber que, en este encuentro de Intervales, hubo una reunión de los jóvenes científicos de cuatro o cinco días. Nosotros nos reunimos con ellos el último día y conseguimos discutir muchos temas por ellos presentados. Analizamos los resultados de nuestro informe del año pasado y las cosas que estaban poniéndose en práctica. Creo que uno de los problemas que encontramos residió en la recomendación de integración entre los proyectos del año pasado. Estábamos sugiriendo que las personas pensaran en la integración de una manera amplia, en buscar formas de integración. No estábamos queriendo forzar a las personas. Algunos proyectos realmente no podían integrarse, pero otros podían. Estábamos pensando en cuestiones tales como técnicas, trabajo en una misma área o colecta de materiales, que pudieran tener algún valor para otros grupos de otros proyectos. Queríamos que ellos se concientizaran de ese intercambio de información que está produciéndose de manera amplia.
¿Ustedes efectuaron alguna sugerencia con relación a la capacitación de nuevos investigadores?
Staley – Una de las cosas que estamos sugiriendo para el Programa Biota es un programa especial de capacitación para estudiantes que están trabajando en sus doctorados, que incluye a aquellos formados en Zoología y Botánica. Si hicieran cursos especiales en biodiversidad, además del doctorado en sus propias áreas, podrían convertirse en un tipo de especialistas en terapia del medio ambiente. Desconozco un programa que ofrezca ese tipo de calificación a sus alumnos. Le estamos sugiriendo al Programa Biota-FAPESP que considere ese tipo de calificación, porque los alumnos adherirían.
La FAPESP tiene una política para atraer a jóvenes doctores hacia programas de investigación en São Paulo. La idea es ligar a jóvenes investigadores brasileños en varios proyectos de alto nivel y también atraer personas de fuera: Argentina, Chile, etc. ¿El Biota tendría potencial para absorber a esos jóvenes investigadores y sus proyectos?
Colwell – Yo creo que el Programa Biota es importante para atraer a personas de Chile, de Argentina e incluso de Europa, porque la integración de los proyectos y el hecho de que está trabajando con el bosque atlántico (mata atlântica) en extinción, el denominado cerrado (monte) específicamente, va a atraer investigadores de nivel internacional. Por lo que yo sé, éste sería el primer programa de posdoctorado ofrecido por un país de América para atraer personas importantes de dentro y fuera del país. Pensamos que es el momento justo para que el Biota delinee un plan a largo plazo con el objetivo de planear el uso del conocimiento de todos sus proyectos o aquellos que son apropiados para este propósito y construir lo que llamamos una infraestructura de conocimiento para aumentar el conocimiento del público sobre el Programa Biota y la FAPESP. A veces nosotros dejamos la educación de la gente en manos de profesores con materiales quizá producidos por amateurs o incluso confeccionados en el exterior. Creemos que, con el profundo conocimiento que los investigadores tienen del Programa Biota y del estado de São Paulo, éstos podrían formar, o aconsejar acerca de cómo formar, monitores de alta calidad, de nivel internacional, para grandes grupos de personas interesadas en pájaros, mariposas, algunas familias comunes de cascarudos (coleópteros), peces de agua dulce, mamíferos, etc. En vez de ir al Pantanal, los visitantes podrían ir a Intervales con un guía preparado, con materiales adecuados para estudiar biodiversidad. Ésa es apenas una fantasía de cómo el Biota podría unir a todos, niños y adultos, en el estado.
¿Cuál es el soporte que el conocimiento generado por el Biota puede aportar para una política general de conservación del medio ambiente?
Chapman – Este tema tiene varios aspectos. En la mayoría de los países, las políticas de medio ambiente congregaron áreas en un vacío de información. Cuánto más información obtengamos, más decisiones pertinentes podremos tomar al respecto de los asuntos relacionados con la conservación. En el inventario de las especies no sabemos cuáles de ellas están amenazadas y cuáles son comunes. No conocemos los hábitats realmente críticos para las especies. En la medida en que esas informaciones están disponibles, uno de los materiales para una política ambiental es la protección de las especies amenazadas y de los hábitats amenazados o en estado crítico. Sería posible decidir, por ejemplo, que ciertas áreas se tornarán importantes, cosa que en las actuales circunstancias no puede hacerse por la ausencia de leyes. Podría darse incluso que el gobierno invirtiese en la compra de esas tierras o, en su defecto, si creyese que ellas podrían tornarse valiosas por sus productos, que decidiera sobre su uso diverso, ya sea en el área forestal, en el de drogas medicinales o en los distintos tipos de turismo. En la región donde vivo, en Australia, es de esa manera que tales asuntos son considerados importantes por el gobierno. La gente no estaba preocupada con el medio ambiente. Tenía preocupaciones, pero éstas no eran canalizadas en la arena política. Ahora, tenemos personas preparadas para reciclar la basura en latas separadas. Se preocupan con las áreas de vegetación. Eso está ocurriendo en todo el mundo. A medida que la gente se preocupa, los gobiernos también lo hacen cada vez más, porque cuentan con los votos de esas personas. El medio ambiente se convierte en un gran tema en las mudanzas globales del medio ambiente.