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Necrológica

El filósofo de la vida cotidiana

Maestro de varias generaciones, Oswaldo Porchat criticaba las teorías especulativas que alejan a la reflexión filosófica de las verdades esenciales de los hombres comunes

Oswaldo Porchat, pensador original, docente y estructurador de la filosofía en Brasil

Archivo personal

La imagen del profesor recién graduado en letras clásicas que cautivó a los alumnos de una escuela secundaria del ABC paulista hablando en latín constituye un cuadro representativo de la trayectoria del filósofo Oswaldo Porchat de Assis Pereira da Silva, quien falleció en São Paulo el 15 de octubre, a los 84 años. Al rememorar el recorrido del intelectual, amigos, exalumnos y docente resaltaron la originalidad de su pensamiento filosófico y su postura abierta al diálogo con estudiantes y gente con ideas diferentes a las suyas.

Se definía a sí mismo como un filósofo neopirrónico, un heredero contemporáneo del pensamiento de Pirrón de Elis (365-275 a. C.). El profesor Roberto Bolzani Filho, docente del Departamento de Filosofía de la Universidad de São Paulo (USP), piensa que el principal aporte de Porchat fue su crítica a las filosofías especulativas que alejan a la reflexión filosófica de las verdades básicas de la vida cotidiana y de los hombres comunes. “Porchat siempre puso de relieve la vida común, pautada por las verdades simples de la gente, desprovista de pretensiones metafísicas. Por eso, con el tiempo, acabó reconociendo en el escepticismo –y en las críticas que esa filosofía formula contra los dogmatismos valiéndose de argumentos racionales– la mejor postura que podría adoptarse, deviniendo en un escéptico neopirrónico”, explica.

El filósofo, profesor emérito de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la USP (FFLCH-USP) y de la Universidad de Campinas (Unicamp), era licenciado en letras clásicas graduado en la USP (1956) y en filosofía, en la Universidad de Rennes, en Francia (1959). En 1967 defendió en el Departamento de Filosofía de la USP su tesis “La doctrina aristotélica de la ciencia”, un trabajo que, en 2001, luego de una minuciosa revisión, fue publicado con el título Ciência e dialética em Aristóteles (Editorial Unesp), convirtiéndose en referencia para filósofos y estudiantes de filosofía. “Cierta vez, Jules Vuillemin (1920-2001) me dijo que pocos tenían tanta familiaridad con los textos aristotélicos como él”, refiere José Arthur Giannotti, también profesor emérito de la FFLCH.

En el libro, Porchat analiza la obra Segundos analíticos, de Aristóteles, intentando mostrar su coherencia interna, en oposición a los críticos que vieron en ella muchas ambigüedades y vacilaciones. Además, sostiene que, para Aristóteles, ciencia y dialéctica son complementarias, oponiéndose a aquéllos que vislumbran contradicciones entre su teoría y su práctica de la ciencia. Para Marco Zingano, docente del Departamento de Filosofía de la FFLCH-USP, el doctorado de Porchat debe considerarse como un precursor de la vertiente de comentarios de las obras de Aristóteles, que culminó con el libro Aristotle’s first principles, publicado en 1988 por el británico Terence Irwin, profesor emérito de filosofía antigua en la Universidad de Oxford, en Inglaterra.

Entre 1969 y 1970, Porchat realizó un posdoctorado en lógica en la Universidad de California en Berkeley, en Estados Unidos. En 1983, pasó una temporada en la London School of Economics and Political Sciences, en Londres, Inglaterra. Fue docente de filosofía en la USP, entre 1961 y 1975.

Un institucionalizador de la filosofía
En la década de 1970, el ingeniero y físico Rogério Cézar Cerqueira Leite, profesor emérito en la Unicamp y presidente del Consejo Administrativo del CNPEM (Centro Nacional de Investigaciones en Energía y Materiales), se desempeñaba como coordinador general de las facultades de la Unicamp e invitó a Porchat para que desarrollara un proyecto, por medio del cual se creó el Centro de Lógica, Epistemología e Historia de la Ciencia (CLE), una estructura transversal a los departamentos de la institución. “Yo ya había fundado un centro similar para el estudio de energías alternativas. El rector de aquel entonces, Zeferino Vaz, hizo lugar a la idea de Porchat, convocando a la Unicamp a un grupo de jóvenes filósofos brillantes”, recuerda Leite. En la Unicamp, Porchat también fundó el Departamento de Filosofía del Instituto de Filosofía y Ciencias Humanas (IFCH).

El profesor Raul Landim Filho, docente titular jubilado de filosofía de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), sostiene que la creación del CLE hizo posible una innovación en el universo filosófico brasileño. “El centro buscó integrar el estudio pormenorizado de los textos clásicos de filósofos antiguos y contemporáneos, que caracterizaba a la enseñanza de la filosofía en Europa, con los métodos de reconstrucción lógico-conceptuales, a los que apelaban los filósofos analíticos, mayoritariamente de origen anglosajón”, relata.

En 1985 Porchat se jubiló en la Unicamp y fue invitado a retomar sus actividades como docente en el Departamento de Filosofía de la FFLCH, donde trabajó hasta 1998.

El profesor Bento Prado de Almeida Ferraz Neto, docente del Departamento de Filosofía y Metodología de las Ciencias de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), se acuerda de la “amistad filosófica” entre Porchat y su padre, el filósofo Bento Prado de Almeida Ferraz Júnior, docente en la UFSCar y profesor emérito de la USP. “Ellos tenían pensamientos filosóficos totalmente diferentes, pero se trataban como interlocutores privilegiados”, comenta. En un mismo tono, Oswaldo Chateaubriand, docente titular de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-RJ), también recuerda que Porchat desarrolló una filosofía muy diferente a la suya, aunque igualmente mantuvieron un diálogo constante.

“Resulta imposible sobreestimar la importancia de Porchat para la filosofía brasileña”, dice Luiz Henrique Lopes dos Santos, profesor sénior del Departamento de Filosofía de la USP y autor de la primera tesis doctoral que él dirigiera. “Como filósofo, fue un pensador original, estableciendo una vía de doble mano entre filosofía e historia de la filosofía; como docente, dejó su impronta en varias generaciones de docentes e investigadores; como administrador, en sus años en la Unicamp, fue protagonista del proceso de organización institucional de la comunidad filosófica brasileña”.

La hija del filósofo, Patrícia Porchat Pereira da Silva Knudsen, docente de la carrera de psicología en la Universidade Estadual Paulista Júlio de Mesquita Filho (Unesp, campus de Bauru) y del Programa de Posgrado en Educación Sexual de la Unesp, campus de Araraquara, dice que una de las grandes marcas que su padre le dejó para sí fue la habilidad de pensar el psicoanálisis a partir de una postura crítica. “Mi padre reflexionaba mucho sobre los temas de la vida cotidiana. Era un enamorado de su profesión y le gustaba pasar momentos de distensión con sus alumnos después de las clases”, relata.

Porchat había nacido el 11 de enero de 1933 en Santos (SP), y en el mes de julio de este año sufrió un accidente cerebrovascular (ACV). A partir de entonces, su salud se quebrantó. Falleció como consecuencia de las complicaciones provocadas por una neumonía. Deja a su mujer, una hija y dos nietas.

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