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Tecnociencia

El impacto de la rabia sobre el cerebro

La bronca, el miedo, la irritabilidad, el nerviosismo y los cambios bruscos en la posición del cuerpo pueden provocar los coágulos que reducen el flujo sanguíneo al cerebro – el derrame. Casi un tercio de las 200 personas que participaron en un estudio realizado por un equipo de la Universidad de Tel-Aviv, Israel, había sentido emociones negativas dos horas antes del derrame o reaccionado rápidamente a situaciones que las sorprendieron, como levantarse de la cama en un instante al oír al nieto caer y llorar en el dormitorio contiguo.

De acuerdo con este estudio, publicado en diciembre en Neurology, cualquiera de esos factores puede aumentar 14 veces el riesgo de derrame, aunque los investigadores aún no saben ciertamente cómo esas emociones pueden interferir en el funcionamiento del organismo.

“Es posible que episodios breves de estrés mental alteren temporalmente la capacidad de coagulación de la sangre y el funcionamiento de las células que revisten los vasos sanguíneos”, comentó Silvia Koton, coordinadora de la investigación. Reacciones bruscas podrían también causar una respuesta exagerada del sistema nervioso simpático, que regula los latidos cardíacos y la presión sanguínea.

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