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Política C&T

El Incor amplia su área de laboratorios

Los cambios en el espacio físico tendrán reflejos inmediatos en las investigaciones aplicadas

MIGUEL BOYAYAN El Laboratorio de Cardiología Molecular analiza los genes responsables por la hipertensión arterialMIGUEL BOYAYAN

El Instituto del Corazón (Incor), dependiente de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (USP), está ampliando sus áreas de investigación. Los laboratorios de Genética y Cardiología Molecular, Inmunología y Biología Vascular ya se encuentran operando desde el inicio de este año en los dos últimos piso del nuevo edificio del Incor, en un área total de 2.400 metros cuadrados. El laboratorio de Bioingeniería ocupará en breve un área de 1.800 m2 en el mismo edificio.

El Incor invierte anualmente alrededor de 15 millones de reales en investigación, esto sin considerar los gastos en infraestructura, que en el caso de los nuevos laboratorios sumaron aproximadamente 4 millones de reales. “Un hospital universitario no puede brindar solamente asistencia médica. Tiene la obligación de desarrollar investigación aplicada en beneficio de los propios pacientes”, justifica el director del instituto, José Antonio Ramires.

Desde el comienzo de la década del 80, el Instituto del Corazón desarrolla investigaciones de punta en el área de las enfermedades cardiovasculares. Al principio, las principales áreas de investigación eran las de bioingeniería e inmunología, en razón de las necesidades de perfeccionamiento de las tecnologías de transplantes. “Actualmente la investigación es amplia. La genética molecular, con sus aplicaciones en cardiología, constituye un instrumento de nuestro día a día”, afirma Ramires. Sus laboratorios están realizando el mapeamiento de los genes responsables por la hipertensión arterial, por ejemplo, desarrollando una vacuna contra la fiebre reumática y también estudiando a la enzima responsable por el estrés vascular.

El Incor atiende a 250 mil pacientes anualmente y es considerado el mayor hospital de América Latina. Realiza en promedio 3.800 cirugías y 11 mil cateterismos por año. Las áreas originariamente ocupadas por los laboratorios se tornaron incompatibles con las nuevas demandas de la investigación, y el proyecto de construcción del nuevo edificio, inaugurado en agosto del año 2000, fue redimensionado de manera de permitir el incremento de la investigación científica.

El Laboratorio de Genética y Cardiología Molecular, por ejemplo, dejó un pequeño espacio en el Hemocentro para ocupar todo el 10º piso del nuevo edificio. De acuerdo con el director del Incor, el Laboratorio de Genética y Cardiología Molecular fue proyectado para atender las necesidades de desarrollo de terapias genéticas durante los próximos 15 años. El proyecto arquitectónico se inspiró en el modelo utilizado por los laboratorios de la Universidad Harvard, en Boston: las salas de los investigadores principales, la administración, las salas de reuniones y las estaciones de trabajo están dispuestas en torno a áreas de uso común, en donde se encuentran situados los secuenciadores de genes, el sector de bacteriología y el dematerial radioactivo, entre otros, y un gran laboratorio de investigación.

En la entrada de este laboratorio, fue construida un área bautizada como “hall de las ideas”, equipada con una pizarra y banquetas estampadas con motivos que imitan las bases nitrogenadas de ADN, que es utilizada por los investigadores para la presentación y la discusión de sus proyectos. También está previsto un espacio para la instalación de dos módulos de trabajo, con laboratorios específicos, en los cuales se desarrollarán investigaciones de vectores virales y expresión genómica, y cuatro salas para fisiología humana, equipadas con ecocardiógrafos para el registro de la función cardíaca.

“Contamos también con el apoyo de un grupo de bioinformática”, agrega José Eduardo Krieger, director. Los equipos, de última generación, fueron adquiridos con el apoyo de la FAPESP, de la Financiadora de Estudios y Proyectos (Finep), del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) y una pequeña participación de la industria farmacéutica. El laboratorio tiene como foco principal de investigación el mapeamiento de los genes responsables por la hipertensión arterial.

Krieger explica que el objetivo es entender el funcionamiento del sistema de control de la presión, observando el comportamiento de la enzima conversora de la angiotensina (ECA) – que funciona como un marcador de enfermedades en ratones y que parece tener el mismo papel en los seres humanos -, su importancia biológica y su variación genética en la población (lea en Pesquisa FAPESP nº 69). Con la ampliación del espacio asignado a la investigación, el laboratorio intensificará la utilización de terapia génica y celular en problemas cardiovasculares, ya realizada con animales y que, en breve, según Krieger, será testeada en seres humanos.

También se ampliarán los análisis de genes candidatos, identificados como los principales sospechosos en las enfermedades vasculares. “Con los resultados del Proyecto Genoma, es posible buscar variantes del gen, realizar estudios de asociación y, al mismo tiempo, desarrollar estudios sobre el comportamiento de la población”, dice Krieger. En asociación con la Universidad Federal de Espírito Santo, el laboratorio está iniciando los estudios sobre genes candidatos en una población de 1.600 habitantes de la ciudad de Vitória.

Inmunología
El Laboratorio de Inmunología, creado en 1985, dividía el espacio con el Instituto de Medicina Tropical, hasta que fue trasladado al 9º piso del nuevo edifico del Incor, en una área de 850 metros cuadrados. Desde el inicio, sus actividades se vincularon al estudio de la histocompatibilidad para transplantes de riñón, médula, hígado y corazón. “Actualmente somos un laboratorio de referencia en el estado de São Paulo”, dice Jorge Kalil, su director. Más recientemente, dicho laboratorio incorporó a su línea de investigación los estudios sobre enfermedades inmunológicas cardíacas, como el Mal de Chagas y la fiebre reumática, esta última responsable por las cirugías de intercambio de válvulas, muy comunes en Brasil.

La fiebre reumática es una enfermedad autoinmune, ocasionada por la infección por estreptococos en la garganta y que tiene reflejos en el corazón. Para combatirla, el laboratorio trabaja en el desarrollo de una vacuna sintética contra la fiebre reumática, ya que una vacuna producida a partir de la bacteria podría desencadenar la enfermermedad, adelanta Kalil. En los próximos meses, se iniciarán estudios para el desarrollo de la inmunología de la arteriosclerosis. En todas las líneas de investigación, el laboratorio utiliza técnicas de biología molecular y de proteonómica en los estudios de péptidos y proteínas.

El laboratorio integra, junto con los institutos de clínica y alergia de la Universidad Federal de Bahía (UFBA) y el Instituto de Investigación en Inmunología, uno de los Institutos del Milenio seleccionados por el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MCT), que contará con recursos del orden de los 4,5 millones de reales para el financiamiento de investigaciones durante los próximos tres años. El objetivo es, según explica Kalil, llevar el conocimiento acumulado en el laboratorio a la aplicación médica, abordando no solamente el tratamiento de enfermedades infecciosas, sino también alergias que afecten a un tercio de la población brasileña.

Una de las propuestas del Instituto de Inmunología consiste en desarrollar preparados alergénicos mejor estandarizados, de manera tal de crear productos con menos efecto colaterales y mayor eficiencia. Kalil recuerda que existen resultados prometedores en animales y humanos con el uso de péptidos en inmunología específica, vacunas de ADN, oligonucleótidos CpG y vacunas con antígenos de microbacterias, lo que lleva a creer que será posible prevenir o curar enfermedades atópicas en el futuro a través de la respuesta inmune. “Una vez más vamos a unir nuestra capacidad a la del Instituto Butantã, con el cual ya hemos desarrollado la vacuna Anti CD3, con la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), que trabaja con la vacuna de ADN, y con la Universidad de Brasilia (UnB), en el estudio de anticuerpos monoclonales”, relata Kalil.

Biología Vascular
El Laboratorio de Biología Vascular, dirigido por Protásio Lemos da Luz y Francisco Rafael Martins Laurindo, ocupa un área de aproximadamente 170 m2, contigua al Laboratorio de Inmunología. “Protásio inició el trabajo de investigación en la división de experimentación del Laboratorio de Fisiología, estudiando la isquemia de miocardio en animales”, comenta Laurindo, en esa época dirigido por Potásio. Actualmente, éste dirige el Grupo Clínico de Arteriosclerosis y comparte con Laurindo la coordinación de las investigaciones en Biología Vascular, que tienen como principal foco a la fisiología molecular. Uno de los proyectos desarrollados por el laboratorio es un temático financiado por la FAPESP que tiene como objetivo estudiar la enzima NADPH oxidado, responsable por el estrés vascular. El proyecto cuenta con la asociación de Hugo Monteiro, del Hemocentro.

La expansión del área de laboratorio también permitirá la ampliación de las líneas de investigación. Una de las propuestas es avanzar en el análisis del papel de la enzima superóxido-dismutasa en la lesión vascular. Se trata de una enzima protectora que se vuelve deficiente después de la lesión vascular, pero que se recompone cuando existe respuesta en el organismo animal. “Ya estamos evaluando el polimorfismo en el gen de la NADPH en seres humanos, para verificar si existen o no alteraciones similares y si ella está o no relacionada con la mayor incidencia de infarto”, explica Laurindo.

En su evaluación, la expansión del área y de las líneas de investigación del laboratorio es el resultado de la buena interacción entre el Incor y las agencias de fomento, fundamentalmente la FAPESP. “No estaríamos en condiciones de hacer esos cambios solos”, comenta. “La mayor parte de los equipos del laboratorio fue adquirida con recursos de la FAPESP y de la Finep, y todo el mobiliario fue comprado con recursos de la Reserva Técnica de la Fundación”, ejemplifica.

Bioingeniería
El Incor está reevaluando otras áreas tradicionales de investigación, como la de bioingeniería, afirma Ramires. El laboratorio se trasladará a las nuevas instalaciones equipadas para desarrollar estudios con cerámica, electrónica, cultivo de tejidos y biología molecular. El retorno de las inversiones reside en el perfeccionamiento en la manera de tratar la enfermedad y en el beneficio que esto representa para los pacientes. “La mejora en el conocimiento de la enfermedad y en los procesos de tratamiento también colabora para que otros centros adopten el mismo procedimiento. Ésa es la importancia de un hospital escuela.”

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