DANIEL BUENOLa revista Nature publicó una edición especial sobre las modificaciones en el modo de hacerse ciencia actualmente en el mundo, donde destaca la inclusión de nuevos actores, como lo son China, la India, Singapur, Brasil y Corea del Sur, en el escenario de las naciones que realizan investigaciones de alto nivel. El texto sugiere que la creciente globalización de la investigación científica, impulsada por la expansión de redes de cooperación en todas las regiones del mundo, está reforzando la capacidad investigativa de los países emergentes y alterando el equilibrio global de la ciencia.
“Las barreras nacionales están siendo superadas por redes de colaboración en investigación y por la ‘circulación de cerebros’, que permite a los científicos moverse en forma mucho más fluida que en el pasado, por todo el mundo”, señala la publicación.
Nature recabó la opinión de ocho líderes de instituciones, programas y agencias de fomento sobre las medidas que deben tomarse para impulsar la investigación en sus países durante la próxima década. Uno de ellos fue el director científico de la FAPESP, Carlos Henrique de Brito Cruz, quien destacó el avance científico de Brasil en los últimos 30 años. En 2011, el país otorgó más de 12 mil títulos de doctor y publicó 35 mil artículos en revistas científicas internacionales.
No obstante, en promedio, las citas de artículos científicos cuyos autores son brasileños, durante el mismo año, continuaron siendo las mismas que en 1994. “Los científicos brasileños tendrían que colaborar y publicar más con investigadores de instituciones de categoría mundial en el exterior”, señaló Brito Cruz.
Una de las propuestas que presentó implica que el gobierno desarrolle un plan para apoyar a alrededor de una decena de universidades en la ejecución de programas de excelencia, que hagan posible ubicarlas entre las 100 mejores del mundo en el transcurso de una década.
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