Comunes en las áreas urbanas, las loxosceles o arañas de los rincones no son precisamente unas vecinas bienvenidas. Se esconden en cualquier rincón de la casa, entra las ropas y en las grietas de las aceras, y pican a los incautos. En el momento, la picadura pasa casi desapercibida, pero 24 horas después puede surgir una necrosis a su alrededor. En los casos más graves, el veneno destruye células de la sangre y puede ocasionar la falencia de los riñones y llevar a la muerte. En colaboración con investigadores franceses, un grupo de la Universidad Federal de Minas Gerais, encabezado por el bioquímico Carlos Olórtegui, halló una proteína que estimula al sistema inmunológico a combatir el veneno de la araña Loxosceles intermedia, común en las regiones sur y sudeste de Brasil. Con base en este descubrimiento, publicado en Toxicon, el grupo produjo una proteína sintética y verificó su efecto inmunizante en pruebas con ratones y conejos. Una vez inmunizados, los ratones resistieron a dosis letales del veneno de araña y los conejos no sufrieron necrosis en la piel cuando se los expuso a la proteína rLiD1 del veneno de la araña.
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